Adoptando "perro abandonado" - 11:00 - 9/1/10

- Bueno, no sé... ¿Qué te parece... Pelusa? - la lupina baja la cabeza, mirando a un lado - O... mmm... ¿Luna?

La lupina se acerca a él moviendo el rabo y el niño ríe.

- Parece que le gustase ¿verdad? - dice - Qué bichos tan listos... Acariciala, papá, es muy suave - recorre con las manos su pelaje.

- Pues Luna entonces - miraría a la lupina para confirmar, pero me da igual lo que le parezca.

Me acerco ante la petición de Paul y acaricio el pelaje.

- Si que es muy suave -

Aunque quito rapido la mano, tampoco quiero tentar a mi suerte.

- Pues... vamos para casa, de momento ya tienes mascota - sonrío.

- ¿Crees que vendrá con nosotros? - empieza a retroceder, llamándola, obviamente la lupina le acompaña.

- Parece que si, le habrás caído bien - sonrío

Ella os acompaña y el chico está encantado, casi eufórico.

Cuano subís a casa, el niño la muestra toda la casa.

Me acerco a Janet.

- Pues esta es su mascota... la ha llamado Luna -

Comento mientras Paul la pasea por la casa.

- Es bastante grande... ¿No será peligroso?

- Espero que no - dije un poco mas temiendo por mi seguridad que por la del pequeño - no le pasara nada, tranquila -

El niño sigue jugando con su mascota, que se muestra en todo momento cordial con él. Finalmente, Janet bosteza y le manda a la cama, es hora de dormir para los dos, deben acostumbrarse al horario de colegio.

- ¿Puedo meterla en mi cama, papá? - te pregunta.

Miro a Janet. Yo se que probablemente este limpia, aunque tampoco puedo asegurarlo, pero... tengo que dudar como buen padre que piensa que es un perro abandonado.

- No, no sabemos donde pudo haber estado. Mañana la bañas y entonces... ya veremos -

Ella te mira y gruñe un poco, no demasiado, pero tu hijo acude en seguida en tu defensa y levanta un dedo.

- ¡No! Perra mala, Luna mala - dice, dandole golpecitos en el hocico - No se le gruñe a papá, no.

La lupina los aguanta estoicamente, y luego pasa una pata por el hocico.

- Buenas noches, papá - dice yendo a darte un abrazo, luego pasa al lado de la lupina y la acaricia - ¡Buenas noches, luna, portate bien!

Correspondo al abrazo y me muestro contento porque sabe impartir disciplina, espero que el tener mascota le haga mucho bien.

- Buenas noches, que descanséis -

Me despido de los dos y me dirijo hacia el sofá, donde me dejo caer de espaldas. Pongo la tele y espero a que la lupina venga a visitarme, tendré que conocer a mi nueva huésped.

Cuando ha pasado un rato y toda la casa está en calma, oye las patas de la lupina avanzar por el pasillo hasta el salón. No cambia de forma, observándote con un brillo de inteligencia en su mirada. Mantiene una distancia prudencial.

Aun dejo que pase un poco mas de tiempo para que Paul se duerma y entonces miro a la lupina.

- Soy Johan, encantado - hablo bastante bajo para que no se me escuche desde las habitaciones si se despierta alguien - espero que no te molestara nada de lo de antes, pero es cosa vuestra todo este paripe... - mi tono es cordial, mejor llevarse bien ya que al tendré viviendo en mi casa.

Ella te mira, ladeando ligeramente la cabeza, luego se acerca un poco más y pasa a su forma humana, está completamente desnuda.

- Creo que me haré algo de comer... - dice dirigiéndose a la cocina -. Supongo que habrá algo más que sangre...

Mis ojos no pueden evitar un rápido escrutinio al cuerpo desnudo de la lupina. Una ligera sonrisa aparece en mi rostro.

- Precisamente no tengo de eso...- contesto volviendo la mirada al televisor.

Su cuerpo esbelto se inclina en el frigorífico y coje algo que preparase, come en la puerta de la cocina, apoyada en el marco, al parecer para mantenerte vigilado, aunque tal vez sólo quiera charlar.

- Bueno... Parce que Paul estaba ilusionado.

- Si, en cuanto le mencione que iba a tener una mascota se emociono muchísimo y tenia prisa por ir a comprarla, luego cuando te encontramos... ya has visto como estaba. - hago una breve pausa. Se que me observa, pero me despreocupo a pesar de que se que podría matarme en escasos segundos. - Parece que tuvisteis una buena idea, a ver como se desarrolla -

- No es mi sirvienta - aclaro, ladeando la cabeza lo justo para verla por el rabillo del ojo - De momento no pensaba decirselo, pero ya vere. Aunque es capaz de darse cuenta por ella misma... - la verdad, casi prefiero que ella lo descubra. Para comprobar sus habilidades.

- ¿No es tu sirvienta? ¿Y qué es? ¿Tu puta?

Niego con la cabeza, algo indignado.

- No... es una larga historia. Ella no esta atada a mi voluntad. -

Me levanto y camino hacia ella, despacio.

- Y bueno, ¿como te sienta que te manden a esta misión? - consigo evitar que mis ojos circulen por su cuerpo fijándolos en los suyos. - ¿Que instrucciones tienes? ¿en caso de que haga que me vas a matar? - sonrío con cierta malicia, aunque divertido por la situación.

Ella no aparta la vista, pero tampoco corresponde a tu sonrisa.

- Acercarte demasiado, mirarme a los ojos... - dice con total seriedad - Cualquier cosa que no me guste, en realidad.

- Vaya, todas se quejan porque los hombres no les miran a los ojos y tu pretendes matarme por ello - río ligeramente y continuo manteniendo la mirada - Espero que me des un ligero voto de confianza ya que estoy colaborando, no me gusta ser tratado como... uno mas de... ellos ... - mi tono se vuelve algo mas serio.

- No tienes más remedio que colaborar, me temo... y no sé si es a proposito, pero estás ogrando provocarme... Te aconsejo precaución, soy una persona abierta, pero con poca paciencia... si te tratase como a los demás ya serías una maraña de miembros y vísceras desparramada por el suelo.