Refugiado - 12:00 - 24/11/09

El dia anterior lo habia dedicado entero a Paul, este iba a ser bastante parecido, aunque haria un par de llamadas.

Me levanto en aquel sitio incomodo y me dirijo al bar, en busca del pequeño. Por el breve camino saco el movil y llamo a Joseph, esperando que me lo coja él y no su sire. Necesitaba tener algo de contacto con él. Podia empezar a ser mi "topo" alli dentro, comentandome como iban las cosas. Si se calmaban, si se enfurecia mas... hasta puedo intentar ponerlo en contra de Josephine y acabar con ella. Eso acabaria con mis problemas, aunque supondria complicaciones para Joseph, un daño colateral.

Efectivamente, Joseph coge el teléfono.

- ¿Johan? - pregunta, casi en un susurro.

- No, que va... es que mi sire tiene un oido excelente... pero está distraida con ese tipo que nos mandaste...

- ¿No sales del redil? Mama te tiene demasiado vigilado...- dejo unos segundos de silencio y añado, con cierto tono divertido - ¿Y que tal el regalo?-

- La encanta - responde - lleva todo el tiempo con él desde que lo enviaste.

- Pero no va a quitarme la soga del cuello solo con eso ¿no? - quedo en la puerta del bar para acabar la conversacion de forma mas privada.

- Qué va... hasta que no te ahorque no quedará agusto... ¿Qué vas a hacer?

- ¿Llenarla de regalos?... no se... diplomacia, ya vere... Por cierto, tengo tu coche y... me debes 3000€, que fue lo que me costo encontrar a Paul cuando me lo secuestrasteis... - dejo caer pesadamente, aunque... todo es negociable, no tiene porque darmelo en dinero. Se me ocurren cosas mas interesantes.

- ¡Tío!... Yo no tengo esa pasta... - dice, preocupado.

Su mamaita desde luego sí, pero no se lo dará para ti, obviamente.

- Bueno, no tiene porque ser en dinero... - dejo que piense como me lo puede pagar - pero no estoy a malas eh tio, somos colegas, aunque las circunstancias no son las mejores...-

Aunque podria mirar si puede sacarle dinero a su sire, hay cosas mas valiosas que los euros y en la posicion que tenia Joseph podia ofrecerme varias.

- ¿Y qué puedo ofrecerte? Me sabe mal estar en deuda contigo, tio...

Obviamente no es la persona más inteligente y perspicaz del mundo.

Joder, hay que concretarselo todo... No se si es mejor al ser mas facil manipularlo, porque no soy el unico que lo hace.

- Pues...- hago un breve silencio como si estuviera pensando que podia ser, pero en realidad buscaba la forma de decirlo. - ... informame. Alguna cosa que pueda hacer cambiar a Josephine de parecer, sus cambios de actitud ante mis acciones, incursiones que pueda preparar contra mi... no se, cosas asi... para empezar me puede valer con eso... ¿que te parece? -

- Oh, habló con alguien ayer, dijeron que irían a buscarte - susurra aun más bajo.

- Uno de los hombres de Pompignan... se lleva muy bien con mi Sire... bueno, todo lo que ese tipo escalofriante puede llevarse bien con alguien...

¿Popignam tambien esta tras mi pista?... cojonudo, ese tipo si parece peligroso...

- Puf... si, lo conozco... Bueno, pues na, ya me contaras cualquier novedad tio. -

- Claro, claro, yo te informo - dice orgulloso, como un niño jugando a los espías.

- Gracias, ya nos vemos tio- y tras la despedida cuelgo.

Espero que no sea tan torpe para dejarse cazar por su sire, aunque no confio demasiado en sus habilidades. Al menos me servira un tiempo... y si la informacion no es suficiente buena o lo pillan pronto, seguira debiendome una. La parte mala es que Josephine lo usara para darme informacion falsa.

Entro en el bar y busco a Paul con la mirada para ir a su lado.

Paul está sólo, en un rincón, al otro lado del bar, Alan le está mirando.

Parece que este castigado por algo. Me acerco antes a Alan.

- ¿Pasa algo?- digo mirando hacia Paul

- Creo que no le gustó lo de ayer - responde - No ha querido jugar con nosotros hasta que llegases.

- Voy a ver -

Poso un segundo mi mano en su hombro y me alejo, dirigiendome a Paul. Espero que no se tome mal el empezar a tomar confianzas, sino el estar aqui no va a serme nada facil si tengo que vigilar cada palabra, cada gesto por no enfadarles...

- ¿Como es que estas aqui solo?-

Me pongo de cuclillas enfrente del pequeño.

Él no parece especialmente cómodo con el gesto, pero no dice nada.

El niño sonrie al ver que te acercas.

- Te esperaba.

- Pues ya estoy aqui- le devuelvo la sonrisa con un gesto un tanto interrogante.