Cuentas saldadas (15/12/09)

Llegué de refilón a la casa de Antón, se podía ver como el cielo empezaba a clarear, y no solo notaba el peso del sol, si no también su calor cuando pasé por la puerta. Me dejé caer casi como un tronco seco en la cama cuando entré en el cuarto, rendido por el día.

Habría sido realmente ridículo, haber pasado por un infierno estos últimos diez años, y morir antes de llegar a casa saliendo del coche. Solo habría sido más humillante morir en el vater.

Despierto cuando el sol se pone...

Emile está en la cama, mirándote, cuando abres los ojos.

-Ugh... -acabo diciendo, con la cara hundida en la almohada-... Pfff... he conseguido llegar sin volverme una colilla usada... que logro...

Entonces la miro.

-Hola cariño...

- Hola - susurra.

Me incorporo despacio, quedando sentado en la cama.

-... De acuerdo... he hablado con ella... he conseguido calmarla, no hará nada contra tí.

Ella se acurruca contra ti

- Eres mi ángel...

-... Los ángeles pueden ver el sol si quieren... -digo, abrazándola.

Mi mano acaricia su pelo.

-No podemos olvidar esto, Emile... En presencia de vampiros elitistas y adinerados como los que viste en el concierto, tienes que actuar como si fueses mi sirviente. Ellos por costumbre ven a los humanos como esclavos, y si actuan de forma impertinente, pasan cosas como esta.

La beso.

-Por favor, cuando te diga algo en ese tipo de situaciones, no me cuestiones, se humilde... y yo me encargaré del resto.

- Nunca he actuado así con un hombre, no estoy acostumbradda, es como regresar en el tiempo a una época en la que no hubiese querido vivir... pero lo haré, por nosotros.

Es un sacrificio enorme... espero que pueda aguantarlo.

Por mi cabeza pasa lo que me dijo Melissa...

*¿Has considerado otorgarle la inmortalidad?*

Ciertamente, si lo fuese y por medios "legales", se acabaría su problema, pero no sé si su inocencia se mantendría o quedaría distorsionada...

Tiene que aprender, luego lo consideraré, pero la elección será suya.

Abro mi muñeca y se la ofrezco.

Ella te besa, con agradecimiento, antes de beber de ti.

Por un momento, me siento como un camello chantajeando a un yonki con una dosis para hacer lo que quiero... pero pensándolo bien, un vampiro a la hora de la verdad sólo tiene tiempo y sangre que no le pertenece.

Dejo que beba, procurando no darle demasiado.

-Despacio...

Ella obedece, y bebe con calma hasta que lo consideres oportuno. Ya no tiene el mismo ansia que en los primeros días, quizás porque inconscientemente empieza a pensar que vas a estar allí para ella siempre.

-Bien... ya está -digo, apartando mi muñeca de su boca. La herida se cierra con rapidez.

La beso, saboreando mi propia sangre.

-Será mejor que me levante ya... Si bajas y Antón te ve, procura actuar como te dije ¿vale cariño?

Ella asiente, aún relamiéndose los labios.

- Iré a ducharme.

Asiento tambien... es hora de bajar.

Bajo las escaleras, tengo que darle la noticia a Antón... Y tengo que pensar en qué hacer con los refugiados, aparte de mi siguiente paso en el camino de la gerarquía vampirica.

- Buenas noches, chiquillo... te veo un poco mejor - dice, sentado ante el fuego, como siempre.

Mejor no mencionar a la hora que llegué.

-Buenas noches Padre... conseguí arreglar las cosas con Melissa. Parece que no se tomó a mal lo que ocurrió en la fiesta, ha sido muy... comprensiva.

*Tampoco te pases, todos dicen que es una gran manipuladora, será por algo*

- Sí, bueno... es una persona peculiar... - responde, sonriendo un poco - Me alegro de que podamos sacarla de la lista de enemigos, puede llegar a ser... implacable.

*Todos la llaman implacable*

-Lo sé -acabo diciendo-... De hecho parece muy humana cuando se habla con ella... si no fuera porque todos me dicen que es una manipuladora de primer orden mantendría la guardia baja.

- Bueno, ¿y tus soldaditos de plomo cómo van?

-No lo sé... no he hablado con ellos desde lo de ayer... Tendré que hacerles una visita otra vez.

Procuro cambiar de tema.

-¿Crees que lo que pasó en la fiesta se comentará por el Eliseo?

- Indudablemente - dice aún sonriendo -. Aunque la salida de Melissa fue tan elocuente que probablemente se considerará una mera anécdota digna de mención.

-... Es la leche... -acabo diciendo, sin darme cuenta-... Veré que puedo hacer con los soldaditos para prepararlos... Y buscarles utilidad mientras los preparo.

- ¿Alguno interesante? - pregunta.

-Tres de ellos aparentemente saben defenderse... uno es bueno cambiando de cara, hay una vampiresa que dice ser bastante resistente... y luego la muda. Parece que se lleva bien con los animales.

Suspiro.

-Quien sabe, puede que ahora sean más... -me agarro el tabique nasal un instante-. Pueden ser bastante útiles cada uno a su manera.