Éxito amargo (7/01/10)

Llego al refugio después de que me dejasen cerca de mi coche. Patrick... Se lo dejé claro. No tengo problemas, pero tampoco voy a renunciar a mi parte.

Además... ahora me preocupan otras cosas. Espero que Berenice lo haya conseguido.

Busco a Antón.

Está en el salón.

- ¿Cómo ha ido?

-... Bien... más o menos. Llegué antes que Patrick, hablé con Longland... tal vez consiga entablar alguna amistad con él, aunque no tengo muchas esperanzas en meterme en el bolsillo a un Burgomaestre...

Me paso la mano por la nuca.

-Cuando llegó Patrick, hablamos. No conseguimos bajar el precio, dado que no encontraré a nadie más dispuesto a darle un bar... Fuimos a ver el lugar... muy acristalado, pero puede ser útil. Hay que renovar la instalación eléctrica, el atrezzo... Pero tenemos local.

Cierro los ojos.

-Sin embargo, Patrick parece que a partir de ahora se ha empeñado en hacerme la vida imposible para que me rinda y le deje a él todo el negocio.

- Eso es porque es una buena idea - responde.

-O por arrogancia... quien sabe... espero que me perdones por esta falta de etiqueta... pero es un verdadero gilipollas.

Espero llevarlo bien.

-¿Cómo han ido las cosas por aquí?... ¿Alguna noticia de Berenice?

- No, no ha vuelto... y ya es tarde - dice.

Cierto...

-Villón cuidará de ella... Después de todo es una cita...

Miro a Antón.

-¿Estás bien?

- Me preocupa. La he llamado, pero no hay cobertura, al parecer.

-Está bien -digo, con seguridad.

No estoy seguro de que sea ella lo que le preocupa.

-Siempre hemos salido de estos atolladeros, padre... esta vez no será distinta...

- En algún momento a de serlo ¿Verdad?... Además... si Pompignan ya lo sabe todo...

Joder.

-¡A la mierda Pompingan, padre! Él no es el Principe, y no deberíamos dejar que alguien así nos destroce la vida por diversión.

Tal vez lo que hable por mí es mi frustración por no poder hacer nada.

-Hay una cosa que se llama esperanza, y sirve para cuando en los momentos en que estemos más ahogados en mierda, podamos salir de ella. Berenice lo arreglará, de eso estoy seguro.

- Por si acaso... disfruta de la noche con Emile.

-... Sígo teniendo... fé...

... Tiene razón.

-... Buenas noches, padre...

Voy con Emile. Quiero que sea una noche especial con ella.

Por una noche, hago todos sus caprichos realidad, la hago sentirse especial, y disfruto de su compañía, de su cariño y su amor.

*Dios... no quiero perderla...*