Sabiendo que es futil... (17/01/10)

Suelta una maldición en francés, ves una maa pincelada en el cuadro, que se apresura a corregir usando un paño.

- Emile debería dejar de decir estupideces.

Pues yo dije una pulmonía más grande.

-... Llegué a pensar... también una estupidez.

Ya lo tengo más claro... necesitaba ver esa reacción.

-... A veces pienso... sí, se que pensaréis que es una tontería pero... a veces creo que soy el mal de esta casa... que todo ocurre por mí... a veces pienso que todo iría mejor si yo no estuviese... pero luego os veo a vosotros y...

Por una vez... voy a hablar con lo que tengo en el pecho.

... y cambio de opinión...Sois una familia maravillosa... Y sabed que aunque a veces nos encontremos en situaciones difíciles... Os tengo a vosotros para apoyarme y viceversa... Quiero a esta familia.

Antes de que te des cuenta, Claire te está abrazando.

- Gracias.

Me quedo parado un segundo ahi sentado... procesando lo que ha pasado. Claire me está abrazando pero... ¿por qué tan repentinamente?

... ¿Acaso?... Mierda... ya ha vuelto a perderme la boca, y no he pensado en ella... Puede que ella esté sintiendo lo mismo que yo... pero a su manera. Mis brazos dudan un poco, pero la abrazo también, y poso una mano en su cabeza. Acabo sonriendo un poco... por lo menos he dicho algo bueno... o eso espero.

-... Vale... vale, ya esta... Ahora me siento un poco embarazoso -digo poco después sonriendo y riendo levemente, tratando de separarla con sutileza-... Está bien...

Miro a Antón un instante, y luego a ella otra vez.

-Venga... vuelve ahí antes de que Carlo me linche por haberte hecho mover -bromeo un poco, y luego me pongo más formal-, que quiere terminar su pieza para tí, y seguro que te sacará muy bien.

- Ya no quedará igual - se queja, pero no parece enfadado, mientras ella vuelve al sitio, discupándose.

-Es igual, eres un artista -le digo, como intentando arreglarlo-... Espero que algún día me enseñes también a pintar... Sí, me estas pegando las malas costumbres de los Toreador -digo a broma, sonriendo.

- Bueno, tienes el violín.

Asiento.

-... Sí... tengo el violin.

Cojo mi copa de nuevo y vuelvo a beber.

-... No sé cómo andará nuestro pequeño proyecto en territorio del burgomaestre...

- Anda algo parado, debido a este problemilla de... contención - dice algo irritado.

... Quizá esté siendo un poco pesado.

-Es normal... -respondo, procurando ser más cuidadoso... Debería irme.

Miro el reloj... ya debería recibir alguna señal...

-Voy a ver si logro practicar algo -digo, sonriendo un poco-... Por favor, avísame cuando haya noticias.

Miro a Claire.

-Vas a salir estupenda.

Ella te sonríe y él se despide de ti con un gesto, sin desconcentrarse.

Asiento... y entonces me voy... pero antes de ir al auditorio, paseo por la casa... tratando de pensar, de encontrar una solución a los problemas que se me van acumulando.

... Si berenice estuviese aqui, después de exponer la evidencia y decirme lo muy imbecil que soy... me habría dado algún consejo...

¿... Que hago?

//si no ocurre nada, voy al auditorio.

El auditorio está vacio... vagos recuerdos pasan por tu cabeza, como el casi-ahorcamiento de un ghoul, en uno de sus primeros pasos hacia la humanidad.

Bajo la cabeza un segundo... Aquel casi-ahorcamiento fue mi culpa... tensé demasiado la cuerda de antón cuando le dejé, y a punto estuve de quebrar la poca humanidad que le quedaba.

Por suerte... ahora está mucho mejor.

Miro su anillo en mi dedo, el anillo que tiré... y que ahora es tan importante para mí... recuerdo las palabras de Antón, que desde la cuarta o quinta generación de su linea de sangre, todos los que llevaron este anillo han sucumbido ante la bestia, sin excepción...

¿Tendrá algo este anillo que no entiendo?

Me siento en una de las butacas... mirándolo fijamente.

No se oye nada en la sala. El rubí sigue ahí, engarzado, rojo oscuro. Sientes algo profundamente sobrecogedor, pero nada más.

Acaricio el anillo... No es una joya corriente, de eso estoy seguro.

Antón no correrá ese destino. Jamás.

Miro alrededor de la estancia... recuerdo también que en este mismo lugar, Emile dio un concierto magistral delante de un publico de vampiros... y nos aplaudieron a ambos.

Incluso a mí... como si fuese algo parecido a un igual.

Me paso la mano por la cabeza... maldita sea, no sé que hacer.

Entonces oyes unos pasos que se acercan, y al volver la vista ves a Emile, que te sonríe.

- Hola, mi amor...

La miro... y le ofrezco mi mano.

-... Ven aqui cariño... -le digo, y cuando se acerca, la invito a que se siente sobre mi regazo.

Se sienta sobre ti y te besa, aún tiene esa expresión ilusionada.

La beso... Dios... no sé cómo decirle que no va a poder ser hoy.

Rodeo su cintura con mis brazos.

-Buenas noches cielo... ¿dormiste bien?

- Me costó dormirme... ¿Porqué no me has despertado al levantarte? Sabes que quiero estar todo el tiempo posible contigo.

-Tenias una expresión muy dulce mientras dormías... no quería molestar.

La miro... me puede un poco la curiosidad.

-¿Has soñado algo?

- Creo que sí... pero no lo recuerdo.

Sonrio un poco... cierro los ojos y la abrazo, apoyando la frente en sus pechos unos segundos. Acaricio su espalda despacio.

*todo el tiempo posible*

-¿Tanta necesidad tienes de mí? -pregunto, como preguntando lo evidente.

- Como de respirar... más... no hay nada que necesite tanto como a ti.