Magia en la calle (06-01-10)

- No se deja ayudar demasiado- digo con respecto a Alan - Pues yo llevo aquí en París mes y medio mas o menos. Y no, la verdad es que tu a mi tampoco me suenas nada y eso que parece que frecuentamos el mismo barrio. ¿A quien mas conoces en la ciudad? no vaya a ser que tengamos mas amigos en común - río ligeramente, como si a Pompignam, el primero del que hablamos, se le pudiera considerar amigo de alguien.

Melissa.... me suena, ah si, Janet investigo a una tal Melissa Blank.

- ¿Melissa, la lasombra? - enarco una ceja.

-Si... Digamos que le gusta joder a Pompignan, y yo soy una buena china en su zapato. -sonrio- Apenas he tenido relación con ella, al igual que con el resto de "renombres" de la política cainita.

Llegamos al lugar, es una pequeña heladería-cafetería que abre hasta tarde, no muy elegante, aunque suficiente para tomarse un café tranquilo. Las paredes están pintadas de azul cian hasta el techo, de la mitad para abajo están pintadas imitando un muro. La barra metálica destaca en el local, cuyo suelo es de baldosa grisácea. Las mesas, distribuidas uniformemente por el local, reúnen cuatro sillas de aluminio cada una, y todas están complementadas con una carta de batidos y cafés, y un cenicero.

- Aqui es. No es gran cosa desde fuera, pero os garantizo que sus batidos tienen muchísima fama. O al menos eso dice la gente, y no seré yo quien les contradiga en eso- bromeo.

- Y me temo que yo tampoco - contesto riendo a su broma.

Espero a sentarnos en una mesa para seguir con la conversación.

- ¿Que sabes de ella?-

Echo una mirada a Paul, cojo la carta que hay sobre la mesa y se la paso para que la mire. Él empieza a pasar las paginas en silencio, debatiendo para si mismo cual escoger. Hago una señal a la camarera para que nos deje algo de tiempo.

- Nada intersante... Se que se lleva a rabiar con Alan, que le encanta putear a Pompignan, que se le da muy bien torturar cuando quiere, y que tiene un búnker en La Fortresse... Supongo que lo que conoce todo el mundo. -digo encogiéndome de hombros.

- ¿Que le encanta putear a Pompignam? ¿y puede?- cada vez me interesa mas esta tía, creo que tendré que ir a verla. Me lo apunto, un bunker en La Fortresse.

Paul me pica timidamente, no quiere molestar. Le atiendo sin ningun inconveniente y me señala el batido que quiere. Llamo a la camarera para darle nuestro pedido.

- ¿Y tu quieres algo?- pregunto mas por aparentar frente al servicio que otra cosa. Pero si me dice que si y puede comer, sera un espécimen interesante...

- Una cerveza, por favor. -digo, mientras guiño un ojo. -yo invito.

- No se si puede hacerlo o no, pero eso es lo que he escuchado sobre ella.

Saco la cartera y pongo un billete en la mesa. La camarera se va en busca de nuestras consumiciones.

- No tranquilo, ya pago yo - no suelo ser de los que se pegan por pagar, pero Troy pide en la calle tras sus espectáculos y yo me lo puedo permitir de sobra sin tener que hacer prácticamente nada. - No vaya a ser que no te llegue para comer este mes - bromeo.

- Pues si que tiene huevos esa Melissa... - ademas, siendo lasombra...

- De acuerdo. -si hay algo que me enseñaron de pequeño, es a no rechazar nunca una invitacion. -Si, la verdad es que si, los tiene bien puestos. Por lo que se ve tiene una historia turbulenta esos dos... Supongo que por eso Pompignan se lo "permite" sin entrar en frenesí

- ¿Turbulenta?- río con ganas - ¿ insinúas que Pompignam ha tenido una relación amorosa con Melissa? esa si que es buena-

La camarera no tarda en llegar con el batido y la cerveza. Los coloca en la mesa, en su lugar correspondiente y coge el dinero cuando le pido que vaya cobrando. Paul empieza a desatender nuestra conversacion con el batido en las manos.

- ¿Te gusta?-

Él asiente con la cabeza mientras sorbe por la pajita.

- Viniendo de Pompignan, me extrañaría que tuviese su corazoncito... Pero algo así tuvieron, creo. -acerco la cerveza a mis labios, haciendo ademán de beber pero sin que entre nada en mi boca. Procuro tener la cerveza en la mano, tapando el nivel del líquido.

- Yo he intentado caer bien, pero no me aceptan... dicen que huelo a camarilla. Y habré ido al Louvre... ¿cinco veces?... no se... Pero sospecho que dentro de poco sabrán que no soy uno de ellos, un camarilla digo.- sonrío ligeramente - Al menos Alan me tolera, aunque no con mucha gana... Paul les cae mejor a todos-

Al nombrarle levanta ligeramente la cabeza de su batido para mirarnos, con cierta timidez, y no dice nada pero parece prestarnos atención para saber que vamos a decir.

- Bueno, cuando a mi me dio por aparecer por allí, tambien me dijeron que apestaba... Joder, imagínatelo, en la Camarilla... -rio elocuentemente- Es más que surrealista. Pero al final conseguí ganarme su confianza. y creo que si te lo curras un poco tu tambien lo conseguirás. Solo déjate ver por allí a menudo, entabla conversación con la gente... Haz amigos, coño. Una timba de poker suele ser una buena razón para romper el hielo. -guiño un ojo- pero procura dejarte ganar y no hacer trampas.

Río, si todo fuera asi de facil.

- No, no puedo frecuentar el bar ahora mismo. Mi situacion en la ciudad es ... un poco complicada - sonrío para quitar importancia al asunto - ya encontrare el momento. Ademas soy un hombre ocupado, si quieren aceptarme ya me aceptaran, sino... no importa, supongo-

- Tu mismo... pero piensa que no es bueno ser un lobo solitario cuando estás rodeado de depredadores. No te vendría mal una manada. Perdona un momento -me levanto, disimulando la cerveza en la mano y me voy hasta el baño, allí vacío tres cuartas partes y vuelvo a sentarme de nuevo.

Lo de tener una manada no es mala idea...

Cuando aprovecha para ir al baño a vaciar su cerveza intercambio unas breves palabras con Paul, ya empieza a estar algo mas cómodo y parece gustarle el sitio al que hemos venido, ademas del batido. Troy aparece de nuevo y mi atención vuelve sobre él.

- Me temo que tienes razón, no es seguro andar solo en estos tiempos que corren... pero a la vez, es difícil saber en quien puedes confiar- acabo recordando el incidente... no puedes fiarte ni siquiera de un vinculo... - a ti de momento te daré un voto de confianza- digo con una sonrisa a la vez que le paso una de mis tarjetas, donde pone mis iniciales y un numero de teléfono - por si necesitas algo y puedo serte útil -

- También tú pareces de fiar. El crío te da un voto de confianza bastante fuerte -digo sonriendo a Paul. -Puedes contar conmigo si necesitais ayuda. No soy tan sibaritas, no tengo tarjeta -digo sonriendo mientras marco su número y le doy un toque. -Y creeme, mis habilidades no son muy comunes entre los clanes de por aqui- le vacilo, guiñándole un ojo y poniendo cara de prepotencia- Por cierto, si quieres podría allanarte un poco el camino con los anarquistas.

Registro su numero en el móvil. Y Paul le devuelve una sonrisa tímida, mientras acaba su batido.

- Bueno, por ser relaciones publicas me regalan estas mierdas en la empresa y ya que las tengo les doy algo de uso- contesto sonriente al detalle de las tarjetas - Son bastante cómodas- Cuando me menciona sus habilidades poco comunes pienso en las mías, que tampoco lo son... y en que debería entrenarlas para mejorarlas, estoy algo dejado en ese tema. -Tomo nota - no esta mal su idea con los anarquistas... aunque yo ahora no me puedo pasar demasiado por allí, y menos con el actual estado de dependencia de Paul - Pues, como veas... pero si lo haces, que sea sutil -

- No seré yo quien se niegue a que le ayuden - digo levantando las manos con las palmas hacia troy y riendo ligeramente.

- Le hablaré de ti a la peña, entonces -digo guiñando un ojo. Tiene pinta de ser un tío legal. Y en caso de no serlo, Alan ya le conoce, asi que no hay nada que perder.

- Bueno, pues ha sido un placer mago Fry - me levanto de la silla, y Paul al verme me imita - pero es hora de irse. Tenemos cosas que hacer, ¿verdad hijo?- el pequeño asiente, sin hablar. Y esperamos a que Troy se levante para caminar hacia la salida con él.