Bajo el yugo del diablo 2 (9/01/10)

Despierto... desearía no haberlo hecho.

No sé si soportaré otra noche de esto.

El niño sigue a tu lado, dormido aún, inconsciente o... algo peor.

Nadie viene por vosotros de momento.

Apoyo como puedo la espalda en los barrotes... miro al niño, y el cuerpo se me llena de odio.

Pompingan... monton de mierda inmortal... Lo odio más que a nada, y también lo temo como a nada... no puedo hacer nada aunque quisiera... no hago ningún amago al niño por despertarlo... volver a la realidad es volver al dolor.

-... ¿qué puedo hacer? -pregunto, poniendome las manos en la cara...

Pasan horas, hasta que Pompignan aparece.

- Buenas noches... ¿Cómo está el pequeñín?

Bajo la mirada... no me giro.

-... Muerto tal vez... no lo sé.

Quizá muerto no sufra más...

- No lo creo... a no ser que tu fiestecita final con los guardias lo rematara. Vamos, sácalo de ahí - abre la celda.

Cojo al niño... mi alma quebrada vuelve a temblar.

Lo sigo.

De nuevo a la cámara de torturas.

- Atale al potro

Dios... el potro... lo va a estirar...

Lo hago, el chillido del niño en mi mente se une al coro infernal de los fantasmas de mi pasado, gritando en brutal agonia.

Antes de estirarlo, saca unas bolsas de sangre, bastantes, y te das da.

- Aliméntale.

Cojo la sangre... es evidente para lo que quiere que esté despierto...

Le doy de beber...

-... ¿Para qué tanto dolor?

- Oficialmente: Para vuestro aprendizaje; exatroficialmente, para mi diversión.

El niño bebe con asiedad, despertando, y cuando termina con la sangre que le das, te mira.

- Curtis...

Cojo y le doy más sangre... no me atrevo a mirarle a los ojos.

-... Lo siento, chico... -me tiembla la voz.

Él bebe.

- Curtis... no te odio por dejar el Sabbat... tendrías tus razones... por favor no me hagas esto...

- Vamos, Miller, adelante, gira la rueda... dicen que los niños son muy elásticos ¿No tienes curiosidad por saber cuánto?

Cierro los ojos... esa ha sido la respuesta de un hombre, no de un niño.

Mis ojos vuelven a sangrar.

-... Si no lo hago yo... con él sufrirás mucho más...

Ojala pudiera poner a pompingan en una de estas máquinas. Voy hacia la rueda.

-... Perdóname...

- No... por favor...

Cierro los ojos con fuerza... voy a volverme loco.

-... Lo siento... -empiezo a dar vueltas a la rueda.

El niño grita, a partir de la segunda vuelta, cuando no puede aguantar más. Pronto los huesos empiezan a salirse de su sitio, pero Pompignan no está dispuesto a parar, y te ordena seguir, vuelta tras vuelta.

Aprieto los dientes. No lo puedo soportar.

Sigo dandole vueltas, despacio. Esto no quedará así...

-... Por favor... dejadme parar señor... esto es inhumano...

- No debería quejarte - y entonces saca un pequeño y hace un corte profundo en parte del hombro del niño - Será mejor que continúes - amenaza.

No dejo de sufrir por dentro, de la misma forma que Elliot sufre por fuera.

Continuo.

El brazo que ha cortado termina por desprenderse. Con un grito desgarrador del desmembrado niño.

- Apuesto a que no volverás a quejarte, Lasombra.

No puedo quejarme... no puedo suplicarle... sólo puedo seguir adelante, para que sufra lo menos posible.

Continuo hasta donde diga.

- Veo que vas comprendiendo... ni quejas ni negativas, sólo pura obediencia... eso me complace. Suéltale.

Mi cuerpo no deja de temblar... no dejo de oir esos gritos...

Suelto a Elliot... no sé cómo puedo seguir depié sin ponerme a chillar.

No aguantaré mucho más...