Bienvenido a la prisión (21/01/10)

Me rindo, dejando que mi espalda resbale por la pared.

- Pues nada... ya vendrán... -

Tras casi un minuto abro ligeramente uno de mis ojos para observarle.

- Y gracias...- dejo que se pregunte el porque antes de concretarle - ... necesitaba tratar con alguien... - vuelvo a cerrar el ojo, sumiéndome de nuevo en mis pensamientos. Pero me doy cuenta de que aun puede aclararme algo - Por cierto, ¿que día es hoy? -

-... Veintiuno de enero -respondo, centrado en mi trabajo-... y no hay nada que agradecer... Sé lo que se siente, la impotencia que provocan los barrotes y los muros.

Ocho días aquí encerrado, son menos de los que pensaba, se hacen eternos...

- Amén, y si encima solo pagas los platos de los niños de otros... mas... - Rememoro el porque estoy aquí, como ocurrieron los sucesos - ... ellos se lo buscaron... - empiezo a hablar para mi, como ido. Las ratas están acabando poco a poco con mi cordura... - ... si... ellos se lo buscaron... yo solo hice lo que tuve que hacer... - muevo la cabeza pausadamente, asintiendo varias veces mientras desvarío.

Me quedo mirándolo unos pocos segundos.... Esas palabras las pronuncio muy a menudo.

Le preocupa un niño... tal vez esté mintiendo, pero si no.... puede que no esté tan corrupto como muchos vampiros de París. Sigo limpiando... Debería hablar con él por tal de hablar... quien sabe si me encontraré en el resto de las celdas a otro tan lúcido.

-... Bueno ¿y de qué eres tú inocente?

Mi mente se habia alejado ya de aquella prisión, buscando las opciones de como podia estar todo en mi ausencia... pero las palabras del chico de la limpieza me hacen regresar... Inocente...

- No lo soy, eso sería quitarme demasiadas culpas. Ellos atrajeron un mal a mi casa y... yo se lo envie a ellos... ¿no es justo que se encarguen de las consecuencias de sus actos? - Abro ligeramente los ojos, sin ver apenas.

... Consecuencias...

A veces me pregunto, si todo el mal que ha pasado a mi alrededor es a consecuencia mia.

-Tal vez... pero no importa. Si esperas ir en contra de un grupo y salir indemne por creer que son tolerantes, casi siempre te llevas un desengaño como este... Y a veces ni siquiera hace falta hacer o provocar el daño para que te tengan sometido a golpes.

Termino de limpiar el suelo.

-A veces sólo es necesario un prejuicio para que te señalen y te marginen como a un leproso.

En mi rostro aparece una ligera sonrisa ante sus palabras, no se si me toma por un ingenuo o si se esta reflejando así mismo cuando le ocurrió una situación similar... Si es así aun quedara en él algo de esa fe en los demás que deberá eliminar cuanto antes, al igual que yo...

- Solo esperaba... que no se enteraran de ciertos detalles, conocía el riesgo. -

¿Debo pensar que es un malkavian o de otro clan vetado en París?. Yo le entiendo bien.

- Entonces ¿cual es tu delito?

Alzo la cabeza con curiosidad.

Le miro... Qué cojones... ¿Para qué ocultarlo? Todos en la ciudad lo saben, ya no es un secreto.

Elevo un poco la mano, y dejo que las sombras surgiendo de mi manga bailen en y alrededor de mi mano.

-... Que los Lasombra no son famosos por intentar ser camarillas.

Las sombras vuelven a su sitio... y sigo con la limpieza.

Mi cabeza se alarma ante la revelación, el truco en su mano demuestra que no miente... Por suerte mi cuerpo esta tan machacado que no es capaz de mostrar ni siquiera el nerviosismo. No me gusta tratar con sabbats, pero... es el único que me ha dado conversación en ocho días...

- Vaya, eso si que no lo esperaba... - mantengo la mirada, atento - así que camarilla ¿eh?... Curioso... - los sabbats no se toman nada bien las deserciones, seguro que quieren matarlo ¿o les habrá dado esquinazo? - ... no debiste dejar que se enteraran de tu secreto, hasta siendo un caitiff te tratarían mejor... Al menos te han dejado empezar por abajo y no te han matado. Pero no creo que te dejen subir ni un peldaño, siempre te verán como un sabbat. Tendrás que hacer algo muy gordo para la secta para que eso cambie... y posiblemente cuando lo hagas, cualquier otro te robara el merito... - chasqueo la lengua.

Alzo una ceja.

-Cuentame algo que no sepa... -me limito a contestar-... De todas formas... ya han intentado demolerme a base de golpes, como dije... Y te diré algo. No importa lo fuerte que pegas, si no lo que te pegan a tí, y lo que aguantas mientras avanzas.

Dejo de limpiar por un momento.

-... Hay que soportar sin dejar de avanzar... para poder ganar.

Le miro.

-Ser del segundo clan más temido y despreciado es complicado cuando tratas de hacer las cosas bien... Pero por suerte sé que otros sabbat no irán a por mí.

Un ejemplo claro de sacrificio...

- ¿Y merece la pena llevarse todos esos palos?... -

Seguro que los anarquistas le tratarían mejor, Alan es un buen tipo, aunque no acaba de confiar del todo en mi... ¿se habrá enterado de algo de todo esto?... Seguro que por mi no mueve un dedo, pero si por Paul...

Vuelvo a apoyar la cabeza contra la pared escuchando que los sabbats no irán a por él, eso solo puede significar una cosa, creen que ya esta muerto. Un tipo hábil.

¿Merece la pena?

Emile, Basile, Berenice... Si me rindiese ahora, las muerte de Frank, Claire y padre no habrían servido de nada... Y no pienso dejar que los demás también mueran.

-Tienes que tener una meta y estar dispuesto a conseguir lo que mereces para ello.

Le miro... Puede que él esté aquí también por alguien... Recuerdo el comentario del niño.

-... Antes hablaste de un niño... Aún no he mirado todas las celdas. ¿A qué nombre responde?

Yo sabía bien lo que es tener una meta, un objetivo y me había sacrificado mucho por dar pasos hacia él... para acabar en esta sucia celda donde ni siquiera me dicen que sera de mi...

- Espero que aspires a mas que solo a ser un miembro de la camarilla... -

Sus siguientes palabras caen como un peso sobre mi cabeza al recordarme al pequeño. ¿Qué sera de él? ¿qué le estarán haciendo?... las mismas preguntas que me atormentan desde que estoy encerrado se repiten en mi mente.

- Paul... - me cuesta - ... creo que lo tendrán apartado, junto a una mujer y un hombre...- no debía decir mas...

... Me quedo mirándolo... Dos personas y el niño. Asiento.

-Si le veo, ¿Hay algo que quieras decirle a él o a ellos?

¿Qué puedo decir?... ¿que lo siento?...no servirá de nada y encima se preocupara por mi.

- No les digas nada, solo quiero saber si están bien - en realidad el hombre no me importa, él ha sido quien nos ha metido aquí a todos...

Asiento.

-Está bien... Sólo espero que no haya más de un niño... podría equivocarme.

Recojo mis cosas.

-... Y veré si puedo hacer una recomendación al menos... para que te den una audiencia.

Empiezo a caminar hacia la puerta.

Le sigo unos segundos con la mirada.

- Gracias... -

Digo antes de cerrar los ojos y dejar caer la cabeza de nuevo contra la pared, como si el mero hecho de hablar me hubiera costado un gran esfuerzo. Estoy realmente sorprendido de que un sabbat sea el mas... atento en esta ciudad ¿sera solo fachada? ¿estará jugando conmigo? ¿ lo habrán mandado los nosferatu?... La verdad es que sonó bastante sincero, aunque nunca se sabe...

Salgo de la celda y cierro... y continuo mi limpieza.

Espero tirado contra la pared a que los nosferatu crean apropiado el atenderme, intentando apartar de mi las dudas que me corroen tanto como las ratas... ¿Acaso tengo mas opción?... Todo por culpa de su curiosidad...

//FdI: Johan, quedas un poco relegado, a expensas de lo que pase con Curtis//

Continúas limpiando las celdas, una por una, la mayoría de los reclusos que encuentras no tienen ni fuerzas ni ánimo para hablar, y los que sí te miran con recelo y cierran el pico. Al menos, nadie te da problemas, quizás porque es tu primer día y aún te están evaluando.

Cuando llegas al final de la última zona encuentras un grupo de celdas de distintas características. Parecen más recias, de puertas algún metal resistente y una rectángulo enrejado para mirar al interior. En todas ellas las palabras "NO PASAR" están pintadas en las puertas. Al fondo de ese pasillo, un Ghoul armado está profundamente dormido sobre una silla, con una botella de lo que parece alcohol al lado.

... Bueno, no puedo pasar... pero dije a Johan que miraría por si está el niño. No pierdo nada ¿no? Simplemente estoy trabajando, y no puedo entrar... pero nada me impide ver.

Nadie me ha dicho nada.

Empiezo a mirar por los rectángulos.

Ves a varios tipos. Hombres y mujeres, fuertemente encadenados con unos grilletes extraños a la pared. Hay huesos de animal por toda la celda. Ninguno de ellos reacciona a tu presencia, se mantienen cabizbajos, parecen casi como drogados.

Y en una de ellas ves a un niño, aunque no sabes si será al que Johan se refería. Está igual que el resto.

Hmm...

Bueno, veamos si se aplica también al limpiador... aunque los de los huesos no me suponen mucha confianza.

Me acerco al "empleado del mes", pero a una distancia prudencial.

-Psss... Despierta.

Pega un salto de golpe y e apunta, mientras carga. Casi te dispara sin más.

- ¿Qué?... ¿Pero quien coño eres? ¿Qué haces aquí?

-Soy el nuevo limpiador de celdas... y baja eso, que te vas a hacer daño.

Agito un poco mis utensilios de limpieza... Paso de recriminarle nada... No me muestro alterado, era previsible que se levantase así. Tampoco me da miedo su arma, no es la primera vez que me disparan.

-Me falta sólo esta zona por limpiar.