28/11/09 Reacciones inesperadas

Os despierta el revuelo de la gente. Cuando abres los ojos, Basile está incorporado en su cama. Emile, medio dormida, se acurruca contra ti.

Fuera se oyen pasos y conversaciones continuos.

Tardo unos segundos en recordar donde estoy, y cuando veo lo que ocurre, miro a Basile.

-¿Qué ocurre?

Basile se encoge de hombros y se acerca a la puerta, pero a la hora de abrirla duda.

- Será mejor si les preguntas tú...

-... Tienes razón.

Me acerco a la puerta con tranquilidad.

-Procurad parecer pacíficos -les digo a los dos, antes de abrir la puerta, lentamente, sin mostrar amenaza.

Parece que todo el mundo esta dirigiéndose al salón principal, oyes algunas partes de las conversaciones que mantienen.

-... merece un castigo...

-... ¿Cómo se ha atrevido a venir?...

- ...Está loco, pero es listo...

Cierro la puerta con el mismo cuidado, dejándola abierta lo justo para poder escuchar.

*Parece que se reunen para algo... Y no creo que tenga que ver con nosotros*

- Jehová le matará

- ¿A quién? ¿A Antón o al traidor?

- A ambos, espero - se oyen risas.

Anton y el traidor, ¿Aquí?

No se si necesito escuchar más, pero me mantengo en silencio. Si no lo oigo todo, podría ser fatal.

Todas las voces van diciendo algo similar, hasta que se ierden, a medida que todos llegan al gran salón.

Cierro la puerta.

-... No se si tenemos un problema. Antón y el Nosferatu traidor están aqui.

- Entonces deberiamos saber qué ocurre - dice -. Mejor que vaya sólo, podría ser peligroso.

-Nadie se mueve de aquí todavía -digo, cogiendo el movil de inmediato, y llamando a Triage.

-Voy enseguida -le digo, y corto la llamada-. Basile, debes quedarte aquí. A tí no te recibirán bien.

Y sin más, abro la puerta, y voy en dirección a donde iban los nosferatu.

Todos los Nosferatu están congregados y a la vista.

Un trono en el centro de la estancia espera a Jehová, el unico que falta.

En el centro de la estancia puedes ver al traidor Nosferatu, y a su lado, aparentemente ileso, está Antón, con la cabeza alta a pesar de tener las manos ligadas a la espalda.

Dentro de mí sigue esa profunda dicotomía. No se si quiero a Antón vivo o muerto, ni se si esto es bueno o malo. En cualquier caso, tengo un mal presentimiento.

Me mantengo en silencio, y con la vista, trato de ver si consigo localizar a Triage.

Triage te hace una seña, pero está al otro lado del circulo de Nosferatus que rodean a los dos recien llegados, y no puedes acceder hasta él. Entonce notas un mirada punzante y cuando te vuelves puedes ver a Anton, que te está mirando.

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Es una mirada inculpatoria, pero también culpable; orgullosa, pero aún tiempo herida... aunque predominantemente, la envuelve un brillo de resignada decepción.

Antón vuelve a mirar al frente cuando anuncian la llegada de Jehová. El traidor le golpea en las corvas de las rodillas haciendole caer de rodillas, pero Anton se vuelve a levantar con asombrosa rapidez, por lo que el traidor se dirige a él.

- Si lo prefieres, te cortaré las piernas.

Vuelve a golpearle y esta vez, aunque Antón levanta arrogantemente la cabeza... no vuelve a levantarse.

Jehová entra en la sala y va a sentarse a su trono.

... Ultimamente me miran de esa forma demasiado.

No me permito el lujo de reaccionar a su mirada, pero cuando anuncian la llegada de Jehová, el traidor le da tras las rodillas para hacerle caer.

*Hijo de puta chaquetero...*

Mis dientes se extienden tras mis labios, pero consigo que no se vean manteniendo la boca cerrada. Ese Nosferatu merecía morir más que nadie en esta sala.

- Buenas noches, señor Antón - saluda Jehova tranquilamente.

- Buenas noches, Jehova - responde Antón con la misma calma.

- Señor... estoy aquí para hacer un trato - dice el traidor -. Echo de menos a mi familia, y quiero regresar al clan. Por ello, os ofrezco este regalo. Este más que sobradamente sabido enemigo del clan, y todo lo suyo, a cambio de poder volver a llamarme vuestro hijo.

No puedo creerlo, justo lo que había pensado que no haría.

No puedo alzar la voz. Aún no.

Miro a Triage. Mi cara es un poema.

Jehova se recuesta en su asiento y le mira fijamente:

- ¿De veras crees que puedes chantajearme para que te readmita en el clan?

- Creo que antepondréis los beneficios del clan a vuetro orgullo, señor, porque sois un lider justo.

- No voy a perder nada, desterrado, ni mi clan lo perderá; me llevaré todo lo que ofreces, osado traidor, y sólo por el bien que hará a nuestro clan permitiré que salgas de aquí con la cabeza sobre los hombros... aunque desde luego no como uno de los nuestros. ¿Quieres recuperar el abrigo de tu familia? - dice abriendo las manos, abarcando a los Nosferatu - Tendrás que ganartelo, no es algo que puedas comprar.

El traidos cierra los puños, y un gruñido de la Bestia sale a través de su garganta, pero al ver cómo cinco de sus compañeros se adelantan hacia él, recupera rápidamente la calma, hace una reverencia y sale de la estancia, sin dedicarte tan solo una mirada.

Me siento aún más incrédulo cuando le deja salir con el cuello intacto.

... El tiempo es justo, y coloca a cada cual en su sitio.

Hay que dar una oportunidad a Antón. Después de todo ahora mismo también es una víctima.

Permanezco pasivo... de momento.