Esperando represalias - 12:00 - 23/11/09

Al rato sale Alan, con el niño, que parece más tranquilo, pero se alegra de volver a tu lado. Sólo tú eres seguro en su mundo.

Miro a Alan, interrogante, pero no le digo nada. Espero a que el pequeño venga hasta mi. Iria a dar una vuelta con él, pero no queria arriesgarme a salir a la calle con él y que le pueda pasar algo...

- ¿Todo bien? - pregunto a Paul

Él asiente y se abraza a ti. Lo neceita, ha pasado mucho miedo.

Alan dice nada, sólo os mira.

Correspondo el abrazo, en plan paternal.

- Aqui estas a salvo-

No se cuanto de real tiene esa frase, pero quiero que piense que asi es... Aunque no me gusta nada que lo influencien tanto. Pienso que deberia llamar a Marc, para mandarle el pintor a Josephine.

- ¿Jugamos un billar?- pregunto a Paul mientras saco mi movil, para llamar a Marc cuando vamos a coger nuestros tacos.

- ¡Sí! - exclama corriendo hacia la mesa, animado de nuevo.

Marc contesta al teléfono casi de inmediato.

- ¿Johan? Amigo mío... esto está todo muy tranquilo, sin periodistas, sin preguntas, sin cámaras... ¿Has tenido algo que ver?

- Hola- saludo en principio - Te dije que no te preocuparas ¿no? - quedo un poco en silencio, ambos sabiamos que me habia anotado un tanto - Me alegra saber que esta todo bien- y casi puede intuir mi sonrisa y un guiño al otro lado del telefono.

Mientras hablo por telefono me acerco a coger mi palo, y le hago una seña a Paul para que tire el primero.

Paul saca... pero a penas mueve las bolas en el saque, te sonríe avergonzado mientras se rasca la nuca.

- Por cierto, tengo aquí a León... No pensarías que me iba a olvidar de ti ¿No?

- Claro que no hombre... oye, espera un momento- Poso el telefono a un lado del billar mientras me preparo. - Tranquilo, yo no soy muy bueno a esto - sonrio a Paul para que no se sienta presionado.

Golpeo a la blanca que sale disparada hacia el monton de bolas y meto una de cada palo. Alzo los hombros.

- Tu lisas y yo rayadas-

Cojo el telefono mirando al pequeño.

- Ya estoy, perdona- me excuso rapidamente - ¿Hoy puede quedar no? - pregunto retorico - Mira a ver si puede pasarse por... mmmm... no recuerdo el nombre, es una discoteca, te paso ahora la direccion.- le digo la calle donde esta la base de Josephine - Que diga que va de mi parte y le dejaran pasar *espero*, yo igual llego algo tarde, que se tome algo mientras o lo que sea-

La perdida de Luis pudo preocuparle, pero perder a este Leon no creo que le importe demasiado, para Marc solo es chusma. Y si lo matan no creo que se sepa nada de su muerte, no tendre que ser yo quien oculte nada a los medios.

- Bien, bien, me encargare de que esté alli... - te dice al otro laado del telefono.

- Maldita sea, he metido la blanca...

- Tu no vengas eh, que luego te me quejas de mis chanchullos- rio ligeramente, sonaba a broma pero en realidad no lo era tanto. No queria que fuera, podria peligrar su vida y uno de mis apoyos. Asique esperaba escuchar un "tranquilo, no pensaba ir" o algo parecido.

Señalo con la mano a Paul que espere un momento, la conversacion finalizara rapidamente.

- Después de lo de Luis no pienso acercarme a ningún sitio con el que estés relacionado - ríe.

- Pues venga, ya nos vemos tio. Ciao- y cuelgo.

Me posiciono frente a la mesa, colocando la blanca, cerca de Paul.

- Es importante cuidar de tus amigos- y golpeo a una rayada que casi entra en un agujero, al menos queda rondandolo y con el segundo tiro puede que entre - no cuesta demasiado y cuando necesitas algo, pueden sacarte del apuro.- aconsejo mientras ando hacia la nueva posicion de tiro, y golpeo a la blanca metiendo la bola facil - Para cualquier fin has de tener a buenos amigos cerca, pero de los de verdad- me paro un poco, mirandolo, intentando remarcar un poco mi ultimo comentario - El mejor fin, para pasarselo bien- le sonrio antes de tirar de nuevo. La blanca rebota un par de veces y pega a una de las lisas, dejandola bastante cerca de la esquina, facil de meter si tienes un buen angulo.

- Tú eres un amigo de verdad - dice remarcando la última parte. Luego lanza y mete una bola en su agujero - ¡Toma! ¿Has visto eso?

- Muy buen tiro, si señor-

Ahora me pregunto como se tomara Josephine mi... regalo, aunque se que estara lejos de olvidar mi falta.

- Mira, tienes buen angulo para meter la azul- digo señalando la jugada.

- ¿Tiro otra vez? Vale - se posiciona, cerrando un ojo y mordiendose la lengua en plena concentración cuando la puerta del local se abre y entra un hombre trajeado.

Todos los anarquitas se ponen en pie.

- Calma - dice el tipo - No vengo por ninguno de vosotros... - echa una mirada al local - Vengo por él - te señala.

- No vas a llevartelos... así que mejor sal de aquí - dice Alán, levantándose con calma.

- Sólo tengo órdenes para llevármelo a él.

Como imagine, no ha tardado en ir a llorarle a su principe y a los suyos.

- ¿Y para que se me requiere?- pregunto sin moverme, apoyado en el taco de billar, sin mostrar ningun tipo de preocupacion. Observando mas bien las jugadas de la mesa, no quiero cruzarme con sus ojos y que pueda darme ordenes a voluntad.

- Eso te sserá comunicado en el momento oportuno. Vamos - responde.

- Te voy a dar 10 segundos para venir hasta aquí, luego ire por ti - advierte, con calma - Uno...

Me siento seguro entre los anarquistas, a sabiendas de que este tio puede tener a media docena de cainitas esperando sus ordenes fuera del bar. Ir con él, sea por las buenas o por las malas, no sera nada beneficioso para mi... y en este caso si fuera por voluntad propia, no creo que cambiaran mucho las tornas, tengo las cosas bastante jodidas.

- ...Diez...-

Mi mirada busca de reojo sus piernas, para tener localizada su posicion mientras la sangre fortalece mi cuerpo, por si hay fiesta.

//1 PS => Res //

El tipo avanza un paso hacia ti, pero entonces Alan le frena.

- Ahora contare yo... Tienes diez segundos para correr tanto como puedas antes de ue salga detrás de ti... yo que tú me daria prisa, no sé contar muy bien... Uno... tres... siete...

El tipo te mira.

- Está bien, ya me voy... Pero tarde o temprano te cogeré, Dur - dice antes de marcharse.

- Suerte- le digo antes de que se vaya, como si fuera un juego y ambos fueramos contrincantes, una muestra de competitividad, sin que suene a ofensa.

Una vez se retira me acerco a Alan.

- Gracias-

Alan responde al aire.

- Camarillas... en mi bar... tiene suerte de haber salido con la cabeza sobre los hombros.

- Parece que ya lo conociais... ¿quien es?- pregunto. Me giro un momento hacia Paul - vete tirando- y me vuelvo de nuevo, para observar a Alan.

- Un perro de presa... - responde.

Paul se acerca.

- Todo esto... ¿Es por mi?