Preparando la revancha (20/12/09)

Despierto en mi habitación... Ni siquiera he podido dormir bien estando al lado de Emile. Lo de ayer fue una declaración de guerra, y espero estar en el bando ganador.

No, debo asegurarme de estar en el bando ganador. Y cuantos más vampiros dispuestos tenga conmigo, mejor.

No tardo mucho en ducharme y asearme. En cuanto termino, y estoy preparado, me equipo con el poco arsenal que tengo... Ahora que lo pienso, no me bastará con esto, ni con el poco poder que reunimos entre todos. Necesito algo más contundente. Creo que todavía tengo el machete y la escopeta del anarquista en casa de Emile, luego el cuchillo y la ametralladora del ghoul... pero con eso no me basta tampoco.

Tal fue lo que vi ayer... Tal vez Antón pueda ayudarme con las armas.

Emile no estaba conmigo... supongo que ahora estará con sus tareas... Sé que está bien.

Pero ahora hay quien no lo está tanto... Busco a Antón... tal vez esté con Claire. Espero que haya habido suerte.

Antón está, efectivamente, sentado al lado de la cama de Claire. No parece que se haya movido de la habitación en todo el día.

- Esperaba que quizás, tras una noche de descanso...

-... Hay que ser paciente... Lo que ha pasado no es fácil...

Si pudiese llegar a su mente, tal vez podría ayudarla a reaccionar, pero mi sangre no es tan fuerte.

-... Necesitará alimentarse si no reacciona... pero sólo puede beber sangre animal... Tal vez alguna carnicería pueda suministrarnos algo de sangre de cerdo.

- Ya he enviado a uno de mis ghouls a por sangre animal... - responde - Pero la vomita.

-¿La vomita? -pregunto, y me acerco, para mirarla. No es normal que no pueda beber-... ¿Puedes ver algo en ella...? ¿su aura?

- Está aparentemente tranquila, pero en lo más hondo de su ser, abatida.

Totalmente normal... pero igualmente dificil de arreglar.

-... Ver la muerte de otros de cerca nos mata a todos un poco por dentro... Y ella al parecer no ha podido soportarlo como nosotros.

Me acerco un poco a ella. Le hablo con voz baja.

-Lo que ocurrió ayer no fue culpa tuya... y nadie podía evitarlo. Sé que me oyes... y puedes elegir ignorarme pero... Debes levantarte, porque otros dependen de tí. Sé que es injusto y espantoso lo que pasó... pero que alguien bueno no haga nada ya es una maldad.

La miro a los ojos.

-... Encuentra tu propia fuerza Claire... y lucha por los demás. Hay quienes dependen de tí...

Claire no responde, inmóvil.

Antón se levanta bruscamente y sale por la puerta.

-Padre -digo, siguiéndole-. ¿A dónde vas?

- ¡A alimentarme! - dice bajando las escaleras.

Me detengo ante esa respuesta... hay cosas que no se pueden fingir ni esconder...

Retrocedo unos pasos, y miro a Claire a los ojos.

-Escúchame... -digo, aun un poco nervioso, pero en voz baja igualmente-... Necesito tu ayuda, como te dije aquella vez. Ayúdame, ayuda a Antón, te necesita... Levántate.

Entonces me separo de ella. Sea donde sea donde esté en su mente, espero que el mensaje le llegue...

Voy a ver que tal está Berenice.

Oyes cerrarse de un portazo la puerta de la calle.

Las pesadillas otra vez. Pero algo ha cambiado. Veo como mueren, uno por uno, mientras yo estoy encadenada a la cama. Y la cara de esa Bestia... es la de Arnold. Grito, le súplico que pare, pero no me escucha. Luego va a por mi padre..."¡PADRE, NO, NO, PADRE!" y lo tortura sin piedad ante mis ojos, hasta que lo mata. Después va hacia mi, yo estoy encadenada, no puedo huir. Me da un beso salvaje, luego comienza a explorar mi cuerpo... y yo siento un terrible asco. Le grito que me suelte, pero lo único que hace es susurrarme... "¿En serio creías que un monstruo puede tener corazón? No te engañes preciosa, tu no eres muy diferente a mi?" "NO, NO, ¡SUELTAME!"

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'd10' : 7, 4, 5, 4, 10

Berenice tiene una pesadilla, yo estoy sujetándola, intentando despertarla, pues no hacía nada más que revolverse en la cama y hablando en sueños diciendole a alguien que le suelte, como si fuese impotente ante el sufrimiento de alguien, y no puede parar al agresor.

Por fin despierta, al menos me ha oido cuando la insto a hacerlo. Me ve sujetándola, con el ceño fruncido.

Al abrir los ojos veo a alguien. Noto que me sujeta los hombros y que mis manos están liberadas... es un hombre. No puedo evitarlo: mi puño sale disparado hacia su cara, pero logro darme cuenta a tiempo de la situación, y pararlo a escasos centímetros. No es una pesadilla.

-No... vuelvas... a hacer... eso.-Digo entre jadeos, atravesándolo con la mirada.

A punto he estado de recibir un golpe... tal vez no deba volver a hacerlo, como dice.

Suelto sus hombros, sin relajar el gesto de seriedad.

-Descuida... Creí que hablabas en sentido figurado de tus pesadillas.

-No.-Digo incórporandome y sentándome en uno de los lados de la cama.-Son muy reales, y está semana han empeorado bastante. Y por suerte hoy no me he despertado especialmente mal, porque entonces hubieramos tenido un problema más serio. Por eso no quiero a nadie cerca cuando despierto. ¿Por qué creías sino que no quería a Lucía en mi celda? No sabía si ibamos a quedarnos allí durante el día. Y ya sufrió las consecuencias una vez.-Le miro, un poco tensa. Odio que alguien me despierte de una pesadilla, no sé si me están atacando o no. Además...- ¿He dicho algo?

-Solo balbuceabas... No se entendía nada -digo, un poco molesto, como siempre.

No voy a tomar confianza con ella, debo recordar siempre el cómo están las cosas.

-... ¿Tienes los dibujos?

-Sí.-Al final decidí omitir el dibujo de la habitación de Arnold, y a él lo dibuje como lo ví en la exposición:un monstruo sediento de sangre. De todos los miembros que vi hice varios dibujos, enteros, del rostro, de perfil... y dibuje con total claridad las demás habitaciones.-Están en esa mesa. Si me disculpa, voy a tomarme una ducha. Si después desea hablar o pedirme cualquier otra cosa, adelante pero... necesito despejarme.-Acto seguido me levanto y me meto en el cuarto de baño. De qué me sonará esto...

-Esperaré fuera -digo, saliendo del cuarto, y apoyándome en una jamba de la puerta, de brazos cruzados y gesto severo.

Antón me preocupa... Espero que mientras esté de caza no mate a nadie... Confío en él, dijo que se controlaría, y no lo voy a poner en duda. Cuando vuelva, lo veré con mis propios ojos.

Claire... No me importa si no come, sólo necesitamos una jeringuilla... Maldita sea, despierta de una vez.

Mientras espero, miro los dibujos, uno a uno... indudablemente, esta chica tiene talento.

Me ducho rápidamente, pero el agua me calma. Unos segundos de tranquilidad, ser consciente de que nadie me está persiguiendo... al menos en ese momento. Y Arnold... creo que si pudiera, tendría unas jaquecas terribles. De todas formas, tendré que buscar el momento para pedir que me traigan las cosas del hotel... no sólo por la ropa y otras cosas, aún tengo algunas armas guardadas. Nada muy llamativo, pero sí útil... si las llevas encima, claro. Menos mal que pagué un mes adelantado. Además, me gustaría revisar el correo. Conozco a los de la editorial... seguro que tengo el mail hasta arriba. Parece una tontería que me preocupe por eso ahora, pero me gustaría poder hacer algo que se volvió tan normal para mí...
Al salir de la habitación, veo que el señor Miller está revisando los dibujos.

-¿Cree que servirán?.-Se me ve más relajada y apacible. Como siempre, supongo.

-Tendrán que servir -digo, girando los ojos hacia ella un segundo, y vuelvo a posarlos en el bloc-... Ayer me hablaste de que tenías otros talentos.

-Sí. Primero, le pido disculpas por mi comportamiento. Suelo levantarme muy nerviosa. En cuanto a mis talentos... sé disparar y luchar con lo que haga falta. Estoy algo oxidada, pero nada que no se recupere con algo de entrenamiento. Protejo a los que aprecio... y como haga falta.