De frente ante mis pesadillas 21/12/09

Oís cómo la puerta de la entrada se abre de golpe antes de que subáis las escaleras. Luego silencio.

-Eee Curtis, ¿han pasado ya los cinco minutos que les dijiste a tus chicos?

-Sí, les dije que vinieran nada más te atacó -digo, subiendo las escaleras.

Vic casi dispara hacia ti cuando subes, pero se frena a tiempo.

- Perdona, jefe...

Cht... Termino de subir las escaleras, con el cuerpo en brazos.

*Una noche tendré que arreglarlo para que estos tengan una galería de tiro*

No, a este vástago no se lo consideraría una trampa. Lo dejaron... pero no para nosotros. Seguramente confiarían en que escapase para que hiciese una matanza pública destrozando la mascarada. Es igual que dejar a un doberman con hambre y ruidos molestos y luego soltarlo en la calle.

-Tendrá que ir al maletero de Basile -digo, sin saber si sentir lástima o desprecio por este vampiro con poco autocontrol-... Llamaré a Antón para ver si lo llevamos a alguna de sus propiedades, allí podremos atenderle adecuadamente.

Subo tras Curtis

-Tranquilos... todo está controlado.

Vic coge al vásyago y se lo llevam para cargarlo en el maletero, cuidando de que ningún mortal esté mirando.

Bueno, al menos no necesito decirlo yo. Le doy el cuerpo a Vic.

-Tened cuidado, no está muerto -y luego le miro a Berenice-... ¿Queda algo más por mirar?

-Habrá alguna habitación más... pero dudo que encontremos mucho más.

Asiento... tiene razón...

-Hay que asegurarse de que este lugar no vuelve a ser usado nunca más.

- Tenemos que ser discretos - dice Basile.

-Pues ya me dirás como inutilizamos el sitio sin que se note. Pero hay que hacerlo... imaginaos si unos humanos encuentran el sitio por casualidad durante el día. Pensaran que pertenece a un asesino psicopata, pero se pondrán demasiado alerta.

Y también tiene razón...

-Sigue siendo un hogar de viboras aunque lo hayan abandonado.

Cierro los ojos.

-Cuando todo termine, quemaremos esta casa. Vámonos.

-Muy discreto...-Digo con una sonrisa en los labios.- pero tú dirás "jefe".

- Va a haber próximas rupturas de la Mascarada, es mejor que no les ayudemos nosotros también. - dice Basile antes de salir y subir al coche.

-Llamaré a Antón -digo, cogiendo el teléfono del suelo antes de marcharme con ellos. Pulso su número.

Mientras Curtis marca, me subo al coche.

- ¿Todo bien, chiquillo?

-Hemos encontrado algo... no sé si servirá, pero es mejor que nada -pensando bien lo que le voy a decir. Camino en dirección al coche-... Dejaron un vástago sin comer encerrado en el sótano. Ahora mismo estará en letargo.

A ver si nos ayuda.

-Necesitaremos algún lugar para que nos dé respuestas.

- Antaño tenía los almacenes para estos menesteres... - dice con fastidio -. Traelo a casa, el pisucho de tus perros tiene vecinos.

*No sé si es buena idea*

-... Estaremos pronto allí -digo, metiéndome en el coche. Corto la llamada-... Vamos al refugio de Antón.

-A las jaulas del sótano, me imagino. Será mejor que vayamos deprisa, o no quedará nada que responda.-Callo unos momentos.-Y yo... perdona, no pude evitarlo.

Vic os sigue en su automóvil.