Derrotados... ¿o no? (26/12/09)

Suelto un bufido, mirando a un lado.

-... Un amo... así que es eso... ¿tanto te torturaron?

Demonios...

-Y sabiendo que servia a un camarilla... aun así fuiste -esto es demasiado irreal-... Si me lo hubieses dicho, podría haberme inventado cualquier cosa para que volvieses al piso, o alejarte hasta un lugar seguro.

Y esa era otra.

-... Antes tenías miedo, ¿qué es lo que ha cambiado? ¿ya no te importa tu vida?

Ella se estremece.

- Tengo miedo... de morir... - susurra - Pero no puedo dejar que nadie muera por mi miedo.

-... Yo tampoco...

Esto es delirante...

-Tengo claro por qué mi clan es odiado, pero no por qué odian al tuyo.

- No lo sé... a penas se lo que es un clan... He estado casi siempre encerrada a oscuras... sin oír nada... sin tratar con nadie...

... Lo que me temía.

-Tu sire era un antitribu ¿verdad?

- No sé que es un antitribu - responde.

...

-... Intentaré hablar en tu favor... no dejaré que te maten... Eres una víctima más...

¿Por qué coño tiene que pasar todo en esta casa? Antón con su largo expediente, Berenice con sindrome de estocolmo sabbat, yo sabbat antitribu siendo observado por la camarilla, ahora Claire Salubri, odiada por todos... como todo esto estalle, nos matarán.

Definitivamente, otra vez, no me entero de nada. ¿Por qué resulta tan malo que Claire haya curado a Vic? Y... Antón la ha mandado a las celdas... ¿para no tener que matarla? Como si... la estuviera protegiendo, pero...Me acerco a Vic, mientras llega esa sangre. Es... es increible...

-Vic, ¿puedes oirme?-¿Hasta que punto lo ha curado?

Vic no responde, pero en cuanto le ponen la sangre en la boca reacciona, bebiendo con avidez. Aún está herido a pesar de la curación, pero puede tenerse más o menos en pie.

- Joder que cabrones esos... - entonces ve a Antón y cierra la boca -. Señor... - hace una inclinación, con gesto dolorido.

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- Ojalá consigas algo - dice, volviendo a cerrar los ojos.

-Digamos... que estás vivo de milagro...-Digo... algo incómoda, la verdad, no sé como reaccionar en esta situación. Antón se puso furioso por lo que le pasó a Claire... y dudo enormemente que haya cambiado de opinión respecto a ella... La verdad es que menuda nochecita...

- Iros al cuarto de invitados, si salís de allí acabareis en el sotano - advierte Antón - Y también va por ti - dice señalando a Ronald.

Todos salen, incluida Lucía (por si acaso). Entonces Antón se apoya contra la pared, mirando al techo, con aspecto desolado. De la scosas más "humanas" que le has visto hacer.

Subo las escaleras, es hora de hablar con Antón... puta noche...

Antón aún está en el cuarto, con Berenice. El resto ya no está allí.

-... Nunca había conocido a una de su clase... sólo he oido hablar de ellos...

Miro a Antón.

-... ¿Pero qué es lo que ocurre, padre?

- No son aceptados en la Camarilla. Son diabolistas.

Al verlo así, ciertamente, me gustaría ayudarle... pero sólo soy la bocazas. Joder... no se me va a pasar la vergüenza por lo que dije, aunque siga sin saber que pasó exactamente. Nunca se me ocurriría meterme con un padre que ama a sus hijos. Ojala hubiera tenido la cabeza más clara... pero decididamente, estar una semana con el Sabbat no ayudaba. Debería ir a por Curtis, es el único que puede... acto seguido veo como entra.

-¿Claire? ¿diabolista? Si apenas sabe lo que es un clan.

Esto es ridículo, sabía que ni Dios los quería, ¿pero por esto?

-... Los pocos Salubri de los que oí hablar eran antitribu, del sabbat, bebían solo la sangre de la gente que se resistía... Pero ella necesita permiso... es una de los originales.

Miro a Antón...

-... No estarás pensando lo que creo, ¿verdad?

- No, a no ser que estes pensando en el modo más humano de matarla.

¿Esa chica diabolista? ¿Matarla? Miro a Curtis. Por dios... no le dejes. Un momento. Se lo veo en la cara... él no quiere matarla. Por eso está tan abatido.

-... Padre... sabes tan bien como yo que no debemos matarla. ¿Cómo puedes siquiera considerarlo?

Estoy alucinando.

-Tiene que haber otra opción.

- Esconderla... pero estamos tentando demasiado la suerte. Todos tus hombres lo saben, y los de Berenice, a parte de nosotros. Y quién sabe quién más.

Pero hay que hacer algo... no se la puede matar, y mucho menos por salvar una vida. No es justo.

-Yo... estoy dispuesta, señor. No dejaré ni que Ronald ni Lucía digan nada. Ni siquiera saben muy bien que han visto.

Mierda...

-... Y supongo que esconder a una supuesta diabolista es considerado traición... -y aunque puede que sean tan incultos con respecto a la existencia de ese clan, si consideramos que seguramente tendremos un espía encima, puede que sea cuestión de tiempo que se sepa.

Berenice habla.

-No servirá de nada, Berenice... la han visto curar, cualquiera con algo de cultura vampírica que lea mentes o les oiga cómo se les escapa algo del tema podría atar cabos.

¡Mierda!

No podemos presentarla al príncipe. Ni siquiera tenemos pruebas de que sea tan humana como sabemos. Además, seguro que la condenaría sólo para salvar las apariencias.

-... Esconderla no es suficiente... hay que alejarla. Sacarla de París.

Antón cierra los ojos, parece que el pensar en alejarla de él le duele tanto como matarla.

- No sé si sabrá vivir sóla.

Entiendo su malestar.

-... Pero es una oportunidad que tiene, padre... mejor viva y lejos que convertida en ceniza... y si le proporcionamos los medios tal vez tenga más oportunidades de sobrevivir...

... Esto es una putada.