Derrotados... ¿o no? (26/12/09)

Llegamos a casa de Antón... eso es de las pocas cosas que noto cuando llego. Desde el golpe, tengo la cabeza muy cargada... necesito beber.

-... Aguanta Vic...

Al llegar, ayudo a Basile a salir del coche.

LLlegáis a la casa, y lo primero que hace Antón es servir a su chiquillo una copa de sangre.

Bebo con avidez... necesito la sangre... y consigo que la bestia se aleje un poco de mí.

-... Más... por favor...

Sueno patético, bien mirado.

Yo espero, callada. Me gustaría pedir sangre para Basile, pero no tengo derecho.

Antón te da la botella.

- Olvidemos los modales esta noche...

-... Gracias...

Bebo diréctamente de la botella... noto como la bestia se calla por fín, y que las heridas sanan...

-... Dios... Detesto pelear con Brujahs... -digo, por fin despegando la botella de mi boca-... Necesitaré más sangre para Vic y Basile...

Antón no parece excesivamente conforme, pero hace un gesto para que cojas los que quieras.

Asiento... me levanto, y dejo la botella sobre la mesa, cogiendo dos más, y dándoselas a Berenice.

-Deprisa...

Asiento. Cojo las botellas y ayudo a los heridos a beber, sin decir ni media.

Vuelvo a recojer mi botella... creo que al menos ahora puedo terminarla bebiendo decentemente. Me lleno la copa.

-... ¿Podemos hablar? -digo, después de beber.

Basile está sediento, y bebe con ansia.

- Gracias, señor... - dice a Antón tras terminar.

Vic está demasiado débil como para beber.

- No creo que haya nada de lo que hablar.

-... Yo sí...

Le miro...

-Creo que debemos reconsiderar este paso, padre.

- Debimos haber rematado a ese anarquista el día en que lo encontraste moribundo.

-Basile, echame una mano. Voy a abrirle la boca para que entre la sangre... pero lo mismo entra en frenesí al hacerlo. Sujetalo fuerte, por favor.

-... También lo pensé... pero...

Joder...

-Una guerra en las calles no solo pondría en peligro la mascarada... muchos vástagos morirían, y eso es algo que no nos podemos permitir.

- No me importa. Tendré su cabeza en mi desván.

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- De acuerdo - Basile te ayuda, una vez se recupera un poco.

-Bien...

Una vez que lo tiene bien sujeto, le abro la boca. Apoyo el morro de la botella en la boca, y la inclino para que entre algo de sangre.

Vic no responde

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- ¡No voy a permitir que esa basura anarquista ande plantandome cara!

- Señor, si me permite - dice Basile, aún sujetando a Vic -. Alan no es basura. Es una persona con una gran valía. Y probablemente el mejor lider que puedan tener los anarquistas, tanto por nuestro bien como por el suyo.

Eso no ayuda, eso no ayuda nada.

-Basile... no es el momento...

Miro a Antón.

-Antón... no cometas el mismo error que yo y te dejes llevar por el orgullo... ya habrá otra ocasión para devolversela.

Ay madre...

-No... no reacciona ni con la sangre.-Le doy unas ligeras palmaditas en la cara.- ¿Vic? Venga, vamos, traga...

- Ahrg, cállate ya, niña estúpida, estamos hablando de cosas importantes - dice Antón a Berenice -. No es dejarse llevar, es marcar el territorio, la posición... todo. Ellos no pueden pensar que hacen lo que quieren con nosotros. Tienen que pagar, con sangre.

Frunzo el ceño.

-No te estoy diciendo que no. Sólo te digo que hay que pensarlo bien... Si no lo pensamos detenidamente, y vamos diréctamente al principado, empezará una guerra en la calle que pagaremos todos.

Miro a Basile, con la confusión, la preocupación y el miedo pintado en el rostro. No sé que hacer.