El juicio 08/01/10

Abro los ojos, envuelta en una extraña tranquilidad. Extraña, porque ha pasado mucho tiempo desde que no dormi sin pesadillas. Nada. No he soñado nada. Ni sangre, ni gritos, nadie persiguiendome... no me lo puedo creer. Por un momento la emoción casi consigue que se me escape una lágrima, pero por favor, justamente hoy no he tenido pesadillas. Me incorporo, parpadeando. Ni esa sensación de estar perseguida, ni esa culpa acuciante, ni ese dolor que me desgarra el alma todos los días. Nada.

- Buenas noches, mon cherie.

-B-buenas noches.-atino a decir.-¿Có-Cómo ha...? Quiero decir,... no he.... no he soñado nada...

Él te mira, ya está en pie.

- Lo sé. Trucos.

Me recompongo un poco y me levanto.

-Gracias señor... llevaba... treinta y tres años sin dormir ni una sola vez en paz.

- Ojalá pudiera hacer que el efecto fuese más duradero.

-No se preocupe. Ni tan siquiera creía que podría tener un día tranquilo. Además, creo que en esas pesadillas hay algo que debo resolver conmigo misma.-frunzo el ceño.-Sólo que no sé lo que es.

- Espero que lo encuentres. ¿Quieres que te acerque a tu casa?

-Sí, por favor.-entonces lo recuerdo. Bajo un poco la vista y me muerdo ligeramente el labio inferior.- Además, hoy...-Mierda.

- Cierto...

Villon sale y llama a su Ghoul.

- Edgar, acompaña a la señorita a casa de messieu Antón - luego se dirije a ti - Quiero veros a todos a medianoche en el Eliseo

-Llevo... ¿Llevo también al niño, señor?-Mi mirada aún sigue clavada en el suelo.

- Vivo no, desde luego.

Alzo la vista, horrorizada.

-Señor, yo no.... yo no puedo...-me tiembla la voz.- No puedo matar a un niño... no p-puedo...-me froto la muñeca, nerviosa.

- Pues traemelo, yo sí - dice, sin mirarte, observando unas cartas que acaba de entregarle el ghoul. No parece consciente de tu angustia.

No sé que hacer. Me encuentro entre la espada y la pared. Si no entrego a Elliot será peor. Pero no... no puedo entregarlo... no puedo dejar que lo maten... ese niño me quiere y esta dispuesto a esforzarse por mi...

-Señor... os lo ruego.-solo me sale un hilo de voz. Me he abrazado a mi misma para intentar parar el temblor que sacude mi cuerpo.- No tiene el aspecto de un niño y se está esforzando en comportarse como un adulto...

Por fin captas su atención y te mira.

- Escucha, Berenice, lo superarás.

-Todos me decis lo mismo, pero enseguida vuelve a morir alguien.-Me siento muy agobiada.- Nunca puedo... hacer nada...-veo todos los recuerdos dolorosos bailar ante mi.- ese chico confia en mi...-susurro, incapaz de que me salga más voz.

- Seré rápido.

-No puedo... hacer nada... ¿verdad?-Otra vez no puedo hacer nada. No pude hacer la noche del Rave. No pude hacer nada por mi Padre. No pude hacer nada por Lucía. Noto como la angustia se me anuda en la garganta. Noto que las lágrimas me van a salir y no puedo evitarlo. Me doy la vuelta porque no quiero que me vea y me tapo los ojos con las manos. Las lágrimas salen, sin que pueda evitarlo. No solo no he logrado salvar a Elliot si no que también he perjudicado a todo el que estaba a mi alrededor. Por más que lo intento no logro controlar las lágrimas. ¿Cómo voy a mirarle a la cara y a decirle que va a morir? No puedo hacer eso...-lo siento....-no sé a quién pido perdón, si a Elliot, a los habitantes de esa casa, a toda la gente que aprecié en el pasado, o tal vez simplemente pida perdón por mi existencia, ya maldita desde que nací.

- ¿Estás llorando? - suena asombrado.

-No puedo.... no puedo evitarlo... lo intento pero...-digo entre sollozos.- es un niño... que solo tiene la culpa de haberse cruzado... con esa.... con esa maldita malnacida de Petra.... no debería haber sido... abrazado nunca... y había cambiado y aprendido tanto en tan poco tiempo... tan bueno, obediente y cariñoso... solo necesita una oportunidad, una maldita oportunidad y no puedo darsela....

- Que contratiempo de sensibilidad - murmura, contrariado - Bueno, veamos a ese niño que no parece niño.

Me giro, algo sorprendida, y retirándome las lágrimas, intentando recomponerme.

-S-sí, señor.

Va contigo y su ghoul hasta un todoterreno.

Les sigo, en silencio.