En tierra de lobos (19/01/10)

-... Todos tenemos un pasado...

Menos yo... Soy joven, muy joven... Sólo recuerdo salir de un caldero burbujeante... y la primera persona que recuerdo ver en mi vida es Jill.

Creo que le debo una explicación más larga.

-... Mi raza es de esclavos... somos creados y usados por los Tremere... Fallé en una de las órdenes que me dio mi ama... ahora segúramente estará muerta... Lo último que recuerdo es a su señor dejándome aquí para ver el sol.

- Esclavos ¿eh? Bueno, ya no tienes que volver allí.

-... Volver...

Estiendo mis alas... y hago que la herida rodee mi hombro derecho, para poder ver la herida. Mi cola se mueve lentamente, como lo haría la de un gato.

Pienso un poco en Kiriah...

-... ¿Por qué dices que os matarán si vais a la ciudad?... ¿Tú también fuiste esclava?

- No, pero no somos bienvenidos, el Príncipe dice que no podemos vivir salvajes en "sus" bosques. Cómo si los bosques fueran de alguien

-... Nunca he conocido ningún príncipe... no sé del todo cómo es la camarilla fuera de los Tremere...

Bajo la vista.

-... Nos hacen débiles de mente a propósito, para que no pensemos por nosotros mismos... y nos ocultan cosas como estos lugares... Sólo sómos músculo para ellos.

- Hombre, los músculos vienen bien, pero si no sabéis ni cazar...

-Sabemos, pero dentro de la ciudad... donde podemos pasar desapercibidos... Nos camuflamos bien con la piedra, el cemento, el ladrillo... podemos volar, y además de fuertes somos muy resistentes...

Miro a mi alrededor... sí... una cueva con paredes de piedra... y bajo la vista.

Kiriah...

-... Pero... tampoco somos inmunes a las emociones... antes creía que sí.

- ¿Qué quieres decir?

-... Tengo una cria... se llama Kiriah... antes de lo que me pasó, mi ama la vendió a otro tremere...

Aprieto un poco los labios.

-... Tengo que recuperar fuerzas para liberarla.

- ¿A quien?

- No deberías volver por ahí... ya se las apañara ella

-... Es apenas una niña asustada... todo la aterroriza...

Cierro los ojos.

-... Me conformaría con saber que está bien...

- Has tenido suerte... no la tientes.

Tiene razón... Ahora estoy libre... algo que jamás pensé que tendría... y ahora no sé que hacer con mi libertad.

-... ¿Y ahora qué puedo hacer?

- Pues lo primero aprender a cazar, y luego... lo que quieras.

-... Está bien...

La miro.

-... Si vamos a convivir... ¿Hay algo que deba saber de Lobo o de tí?

- Yo que sé... tú no nos toques los cojones y todo irá bien.

- Bueno, pues yo creo que nada más.. no rompas nuestras cosas ni nada de eso... pero ya.

Lobo vuelve con un tejón muerto y te lo deja a los pies.

Lo miro... sorprendido, y lo cojo.

Otro animal que jamás había visto... pero por alguna razón, reconozco.

Miro a lobo...

-Gracias.

Bebo del tejón.

Un asco de sangre que apenas te llena.

A punto estoy de decir algo por el repugnante sabor... pero no digo nada. Estoy acostumbrado a no quejarme.

Trato de usar la poca sangre que he obtenido para curar mis heridas.

-... ¿Todos los animales saben así?

- Te acostumbrarás.

Al menos mis heridas se curan... Me levanto... extiendo con cuidado las alas, no quiero romper nada.

Miro a Lobo... sonrio, y me agacho frente a él.

-... Gracias.

Miro a Liz.

-Esto... ¿nos convierte en amigos?