El sol y el mundo en mi contra

Despierto... no sé qué ha pasado.

Sientes que te inunda el placer. Estás sólo con esa mujer en la estancia, y ella esttá bebiendo de ti.

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Consigues retirarte de su Beso. Ella te mira, con su boca aún manchada de sangre y ojos brillantes y esperanzados.

-... No...

No, no puede ser, no está pasando. Esto no está pasando.

Uso mi velocidad antinatural para cogerla del cuello y colocarla contra la pared, haciendo evidente mi fuerza sobrenatural. Estoy cabreadísimo.

-No tenía que ser así. ¡No puede ser! -hay angustia y rabia en mi voz.

Ella se asusta ante tu gesto, y te mira sorprendida y aterrada.

- Lo siento, lo siento, no quería hacer nada malo...

-... Quédate quieta. Ni se te ocurra moverte.

Miro a mi alrededor. Busco a ese tio, enojado. Tiene que estar ahi.

El tipo no está en la casa. Ella se queda completamente inmovil, mirandote entre el temor y la confusión.

...

La miro.

-Tenemos que irnos.

La cojo del brazo y la levanto, y voy hasta la puerta.

Te sigue, sin rechistar.

Salgo a la calle, y la meto en el coche.

-Ponte el cinturón, ya -y cierro su puerta, para meterme por la mia.

Obedece.

Arranco y conduzco... Pero no sé que dirección tomar. ¡Maldita sea!

No puedo confiar en nadie. Cada Camarilla está deseando usar algo para herirme, usarme o matarme.

-Escucha, tenemos poco tiempo. Será mejor que seas sincera conmigo porque estás en un problema. Dime que ha pasado ayer por la noche. ¿Quien eres?

- Yo sólo me dedico a mi trabajo, a veces soy voluntaria en la Cruz Roja, pero nunca me meto en problemas. Mi familia vive lejos en el Sur, tocando España, y no tengo hijos, ni siquiera novio. Yo sólo volvía tarde del trabajo y me atacó ese... tipo.

-No me mientas muchacha. Te han atacado por algo.

Procuro ir por las calles principales, no voy a callejear.

-Te llamas Alicia Magasca y eres abogada, ¿no?

- Sí... así es...

-¿Estabas metida en algo? ¿Trabajas para alguien?

Creo que hago las preguntas equivocadas.

-¿Conoces a alguien llamado Pierre Emmanuelle du Pompingan?

Me freno cuando llegamos a un semáforo.

Hay algo que no encaja.

-¿Por qué no te asusta beber la sangre de los demás?

- ¿Crees que no me asusta?... Pero... he visto películas... he leido... somos... vampiros ¿no?

... Mierda. Tengo que explicárselo. Hablo, serio y rápido.

-Para empezar, no somos románticos, ¿vale? No somos una panda de maricones de piel brillante que seducen a las niñas con su actuación cutre. Ahora eres una depredadora y vas a ir detrás de la sangre.

Inicio la marcha otra vez en cuanto veo que está en verde.

-Te dí mi sangre para curarte, no quería que murieras, pero menos convertirte. Ahora tu agresor a saber dónde está por culpa del puto sol, y has sido convertida sin permiso. Ahora tengo que ponerte a salvo. Y sí, él también es uno.

... No tengo otra opción, pongo dirección a territorio anarquista, mientras llamo a Alan y pongo en manos libres.

- ¿Qué coño quieres, sombra? - responde con su habitual talante y educación.

- Deja que piense... no sé, estoy en el Rich, pero igual me paso por el museo de arte esta noche.