Los gitanos 2 (24/11/09)

Al poco rato, llego al territorio de los gitanos. Basile me dijo que sabían lo que era, y sin embargo no solo toleraban su existencia, si no que también le apoyaban.

No tengo muchas otras opciones.

Lo gitanos parecen alterarse un poco al ver llegar el coche, pero se relajan al ver que eres tu, permitiéndote el paso y saludándote cordialmente.

Lo primero que digo.

-Ayudadme, han herido a Basile -digo, encaminándome a la otra puerta.

Varias personas se arremolinan alrededor.

- Ven conmigo, tráelo, mi abuelo sabe lo que hacer, lo sabe... todo, corre, ven - dice nervioso, encaminándose a una de las chavolas.

Asiento.

FdI// lo siguiente lo digo si hay niños cerca.

-Apartad a los niños, no deben ver esto.

Espero un poco y abro la puerta, cogiendo a Basile y llevándolo a donde me han indicado.

Las mujeres apartan a los crios, que tratan de escapar de sus manos para curiosear, pero tu abrigo cubre lo suficiente como para que no vean demasiado. Cuando entras a la chavalo, un hombre, algo mayor, le dice al niño que te ha guiado hasta allí que saque la cama de invitados y cierre la puerta. Luego empieza a remover en un armario

- ¿Qué ha ocurrido? - pregunta el anciano.

Lo dejo con cuidado.

-Hizo algo que no debía... Poco faltó para que no pudiese salvarle.

¿Pero qué coño digo?

-No es el momento para eso, Basile necesita ayuda. Si le nutrimos saldrá de esta.

Por fin encuentra lo que busca en el armario.

- Esto le sanará - dice con una botella de lo que puedes suponer sangre en la mano - Será mejor que lo hagas tú - dice acercándotela.

Acepto la botella, y me coloco junto a Basile, tratando de mantenerlo consciente.

-Eh... eh, tipo duro, tienes que beber esto. Tranquilo, ya estas a salvo. -le digo, poniendole la botella en los labios.

La sangre se le acumula en la boca, bajando por los surcos de sus labios, ero algo debe resbalar por el interior de su garganta, porque notas que toma un primer trago; luego parecer rechazarla por un momento, y finalmente comienza a beber.

No pasa mucho hasta ue algunas (unas pocas) de sus heridas empiezan a cerrarse, y Basile abre los ojos.

- ... ¿Curtis? - pregunta confuso.

-... Te dije que no ibas a palmar sin devolverme la pasta -le dije con una sonrisa, aliviado porque está bien-... Bienvenido de vuelta.

Mira un poco a su alrededor, tartando de situarse.

- ¿Cómo me has sacado?

- Dios, no me als recuerdes... - Basile se estremece con un gesto de dolor.

- Lo siento, no dispongo de mas sangre - dice el aniciano.

- Gracias, de verdad has hecho mas que suficiente - le responde Basile.

Acto seguido, intenta levantarse, pero aun le quedan muchas heridas por curar, y las punzada de dolor son intensas

Apoyo la mano en su pecho, obligándole a recostarse.

-Ahora el que está a trozos eres tú, Basile, asi que procura descansar mientras te consigen más sangre.

Suspiro.

-Logré sacar tu culo, pero pusieron la condición de que no volvieras a pisar sus territorios.

-... Los hombres de Antón secuestraron a Emile esta mañana mientras dormía y se la llevaron con él. Dijo que mientras no supiera de tí, Emile y yo estabamos desprotegidos, y hasta que volvieras estaría con él.

No oculto mi desagrado hacia Antón mientras hablo.

-... Lo primero que se me ocurrió fue buscar a los Nosferatu para que me dieran información para encontrarte... así fue como te encontré.

- Entonces hay que ir a buscar a Emile - dice incorporándose, a duras penas, mientras escuoe un improperio entre dientes.

-... Hay algo más -le digo, ayudándole a levantarse-... No fue fácil convencer al primogénito, ese tal Jehová... para perdonarte la vida.

...

-Para salvarte, tuve que decirle por qué estabas allí.

Basile te atraviesa con la mirada, parece estar a punto de echarte en cara que no tenías derecho, o que sólo eras su siervo, pero finalmente baja la vista y asiente.

- Bueno... eso complicará las cosas - no tiene mas remedio que apoyarse en ti para llegar hasta el coche.

-Mejor cosas complicadas que cosas muertas, jefe -le digo, ayudándole-... Antes de hacer nada, tenemos que arreglarte un poco. Necesitas sangre.

- Tenemos que darnos prisa... cada minuto que pase con tu ghoul podría... - deja la frase en el aire - Y ahora no puedo ir al territrio de caza estoy fuera de horario.

-Piensa un poco... Tiene que haber algún lugar donde puedas alimentarte...

Le ayudo a subir al Hammer. Entonces pienso un momento... Un Hammer es un coche de dinero...

-... Creo que tengo una idea.

- Adelante, estoy abierto a propuestas... - dice acomodándose como puede en el sofá.

Veinte minutos más tarde, llegamos a nuestro destino. El coche va despacio, por uno de esos locales y discotecas donde suelen haber presas potenciales.

El coche es llamativo, refleja el dinero que tengo y sin duda llama la atención de las cazafortunas y las incautas.

Comida rápida, al fin y al cabo.

Dos muchachas se acercan con picardía en la cara, parecen tener pinta de extrangeras. No me extrañaría adivinar a la primera a qué se dedicaban.

-Señoritas, ¿Quieren divertirse? -les digo con una sonrisa, mostrando en mi mano un par de billetes-... Invito yo.

Cuando suben al Hammer, ya tengo una cosa menos de qué preocuparme.