El chico de Berenice (15/01/10)

A los diez minutos vuelven, te das cuenta de que se han repasado el maquillaje, la castaña se acerca a ti de nuevo, con una sonrisa.

Sonrio también.

-¿Queréis otra copa?

- Desde luego... pero sólo si nos acompañais.

Miro a Basile.

-¿Qué opinas hermano? -digo, sonriente.

- ¡Por supuesto!

- ¿Sois hermanos? - te pregunta ella mientras Basile pide.

-Como si lo fueramos. Nos conocemos desde hace mucho, y hemos vivido casi lo mismo.

Tampoco voy a mentir en algo tan evidente, es obvio que no nos parecemos físicamente en nada.

-¿Y vosotras? -pregunto, con curiosidad.

- Es mi prima - dice la que está con Basile -. Vive al sur, no es de la ciudad.

Vaya, una muchacha extrangera como yo... interesante.

-Entonces de visita a Paris para ver a la familia -digo, sonriendo un poco, mirando a la muchacha que está conmigo.

- Más bien aprovechando que tiene familia para visitar París - dice nuevamente la otra.

Ambas se rien.

Rio yo también un poco. Además con sentido del humor, no está mal.

-Espero que la visita fuera probechosa. ¿Hay algo en Paris que te gustase?

- Todo, o edificios, la gente, el ambiente... todo es estupendo.

-Espero que por gente también nos incluyas a nosotros -digo, sonriendo, y cojo mi copa.

Parecen buenas chicas.

-¿Vas a quedarte en Paris?

- no - se ríe un poco - Sólo estaré unos días.

Alzo las cejas un momento.

-Es una lástima -digo, mirándola, pero sonrio un poco, con mi vaso todavía en mi mano-... Entonces deberíamos ayudar a llevarte un buen recuerdo de París antes de irte.

- ¿Piensas en algo en concreto?....

-Bueno... tú eres la que decide. Después de todo, es para tí.

Me hago una pequeña herida en la boca, y doy un sorbo a mi vaso. Así, mezclada la sangre con la bebida, puedo tragarla sin temor.

- Sorprendeme...

La miro con algo de picardía... recorriendo su figura con la mirada. Después, me acerco un poco, despacio, y le recojo un poco el pelo detrás de la oreja con un gesto.

-... Depende de qué tipo de sorpresas te gusten... Tampoco quiero desagradarte.

- Sospecho que me resultaría agradable... - dice, arrimándose también a ti.

Mi mano, ya cerca de ella por mi gesto, desciende un poco, acariciando
con la punta de los dedos su cuello, sin embargo no dejo de mirarla a
los ojos...

Me acerco lentamente, hasta que estoy a unos milímetros de sus labios.

-Confio en estar a la altura de lo que sospechas...

La beso, despacio, tomándome mi tiempo.

Ella te corresponde, lentamente al principio, luego con pasión. Parece que le ha gustado...

Nada mal... noto la humedad de su boca, el calor de su piel... esa sangre caliente que late en ella. Me encantan los momentos previos a la alimentación.

Prolongo un poco más mi beso, mientras una de mis manos acaricia la piel de su cuello, y desciende por la espalda lentamente. Separo mis labios de los suyos, sonriendo con picardía, mirándola a los ojos.

-¿Está bien para empezar?

- No estoy segura... ¿Puedes volver a hacerlo?

Sonrio. Me lo tomo como una invitación, y vuelvo a acercarme a ella. Me quedo en el momento previo al beso, justo cuando los labios están a punto de rozarse.

-... Depende de si lo quieres...

Ahora ella es la que se acerca y te besa.