A solas con el Príncipe 23/01/10

- Lo sé... - la guarda, tras mirarla unso instantes -. Daré una vuelta a la casa, si le parece bien, señora.

-Claro, como quieras.-Bajo y busco a Arnold y Elliot.

Están hablando animadamente, en la sala en la que entrenais.

- Bueno, esto de tener siempre sangre sin salir está muy bien.

Espero un poco. Me pica la curiosidad la respuesta de Arnold.

- Supongo que sí. Resta emoción pero es más seguro... y lícito.

- ¿Qué es "licito"?

- Lícito es... moralmente legal, por decirlo de alguna forma.

Los miro, entre algo emocionada y sintiéndo que no debería interrumpirlos. Parece... parece un padre enseñando a su hijo...

- ¿Y a ti te gusta más así?

- No hablamos de preferencias, sino de cosas que van más allá.

Vale, escucho esto último y ya aparezco... sé que esto no está bien, pero... hace tanto que Arnold no me habla con tanta confianza.

Arnold te mira, y se levanta despacio, con un saludo cordial. Elliot corre hacia ti y te abraza. Sus ojos brillan de felicidad.

Le beso suavemente en el pelo. Miro a Arnold.

-Dentro de poco tendré que irme. Manteneos bien alerta y proteged la casa.-Aunque mi mirada le dice a Arnold que cuide de Elliot. Y también cierto brillo de preocupación.

Asiente.

- Lo haré.

Me separo de Elliot y le doy un suave beso a Arnold en la mejilla.

-Veamos ese armamento.

Te bajan a los sotanos, en una puerta lateral de seguridad. Allí hay de casi todo lo que puedas imaginar, de calibre 45 hacia abajo, granadas, armas de filo, estacas y ballestas.

Vaaaaale... Entiendo que Antón tuviera con qué defenderse... ¿pero tanto? Me llevaré un par de estacas, un cuchillo escondido y un arma de fuego con municiones. Esta chaqueta me va a ser muy util... en fin, vuelta a las andadas, me temo.

-Vale... usad lo que necesitéis, pero aseguraos que no vaya a cogerlo precisamente de quién nos queremos defender.

- No se preocupe, señora. Me encargaré.

-Confio en tí.-Me dirijo hacia arriba.- Voy a ver si averiguo donde está Curtis.

- Muy bien, señora. Gracias por la confianza.

Elliot le mira, parece extrañado con su trato educado.

Suspiro, algo apenada y subo a buscar un ghoul.

Encuentras a uno ordenando una estanteria.

- ¿Deseais algo, señora?

-¿Sabes donde está Curtis?-se me cruza una idea por la cabeza.-¿Volvió anoche?-debería haberme asegurado antes de irme a dormir.

- No, señora, no volvió.

Que no esté metido en un lio. Que se fuera a dar una vuelta, se le hiciera tarde y se refugiara en cualquier sitio.

-¿Sabes donde está?

- Lo lamento, señora, pero no sé dónde se encuentra el señor.

-Gracias. Puedes seguir con lo que estabas haciendo.-Voy a otra habitación. Miro a ver cuanto queda para que llegue Villón.

El coche llega en ese momento.