Bajo la sombra de otra Lasombra (4/12/09)

Despierto en una casa que... podría decirse que es mía entre comillas. Practicamente no paso más de cuatro días en la misma casa, por lo que el que todo me pareciera extraño se convirtió en una costumbre.

Emile está a mi lado, y por suerte está mejor.

-Buenas noches.

- Buenas noches, cariño... la comida me ha sentado muy bien... creo que era todo lo que necesitaba, aparte de ti, claro... - te besa con dulzura y con adoración.

Sonrio. Verla con esa vitalidad aliviaba mis temores temporalmente.

-Perdiste mucha sangre... necesitaste también mucha, y aun así lo pasaste mal. No podía arriesgarme a que... tomaras demasiada.

También me pica el hambre. Ayer no tomé apenas sangre, la de la habitación de los Nosferatu me alimentó para una noche, pero necesitaba más. Y dado que Emile no estaba del todo recuperada, no podía tomar de ella sin ponerla en peligro.

He pasado más hambre otras veces... lo de ahora es una molestia nada más, pero con las molestias es como se empieza siempre.

-... Si estás bien, yo estoy bien -digo, correspondiendo a sus besos.

Llaman a la puerta del apartamento, interrumpiendoos.

... Menudo momento...

-Tendrás que esperar un poco, cariño -le digo, con un poco de fastidio en la voz por la interrupción.

Me levanto, y me dirijo a la puerta para saber quien es. Miro por la mirilla de la puerta.

El ghoul que ya conocéis está esperando pacientemente, con los brazos agarrados a la espalda y la espalda erguida. Esta bien entrenado.

Inspiro un poco de aire, y abro la puerta.

-... Buenas noches, Ethan. Adelante pasa, estás en tu casa... literalmente supongo -digo, con media sonrisa.

Es mejor no hablar en medio del rellano, nunca se sabe quien escucha.

- Gracias, señor, pero solo vengo a transmitirles las buenas noches de parte de mi señora y su deseo de verle arriba cuando pueda.

Empezamos rapido. Supongo que es lo mejor.

-¿A mí en particular?

- Sí, señor, ese es el recado que me dio.

-Puedes tutearme si quieres, Ethan. En teoría trabajamos para la misma mujer -le digo, dejando un poco de lado las formalidades-... Gracias por notificarmelo. Enseguida estaré arriba.

Ethan inclina la cabeza y se retira.

Voy a mi dormitorio (y el de Emile), y de camino llamo a Basile, por si está ahí.

-¿Basile, estás ahi?

- Sí... ¿qué pasa? ¿Quién era? - pregunta algo somnoliento.

Llego hasta mi cuarto, y empiezo a vestirme.

-Ese ghoul acaba de venir. Ha dicho que Melissa quiere verme, no ha dicho para qué.

- Querrá encargarno algo y te ha tomado por el jefe... debe pensar que soy tu perrito - responde, molesto, y oyes como los muelles de la cama crujen cuando se da la vuelta para seguir descansando -, ya me informarás...

En silencio, me llevo la mano a la frente de forma informal, como un saludo militar pero improvisado.

Termino de vestirme.

-Tengo que trabajar, Emile.

- No te acerques mucho a esa mujer... o me pondré celosa - responde, besándote otra vez antes de que salgas.

La beso con pasión, y la toco de forma provocativa antes de separarme.

-No tienes nada que envidiarle cariño... Recuerdalo.

Y guiñándole el ojo, salgo por la puerta.

No tardo demasiado en salir de la casa, tomar el ascensor y llegar al piso donde hablé la última vez con Melissa. Toco la puerta y espero.

El ghoul te abre y te hace pasar al depacho, donde ella espera. Las persianillas metálicas que ayer estaban bajadas estan ahora abiertas, mostrando el ventanal por el que la vampiresa mira, con una copa de sangre en la mano.

- ¿Vas a alimentarte hoy? - pregunta, volviéndose hacia ti.

Parece que sabe más de lo que imaginaba.

-... Ayer fue una noche... extraordinaria... No tuve la oportunidad de alimentarme como es debido -digo, con tono natural.

- Entonces te sugiero que lo hagas, no deseo correteando por mi hogar a cainitas con frenesí en potencia - responde - Tú ghoul debería poder proporcionarte la sangre, de todas formas ¿Te gusta tentar a la Bestia?

Cierro los ojos.

-... Como dije... fue un día escepcional... mi ghoul estaba demasiado debil como para proporcionarme alimento.

*Espero no volver a verla así*

-Una vez entré en un edificio en llamas para rescatar a Basile... Un poco de ayuno no es un problema para mí.

La miro.

-Me ha hecho llamar.

- Sí... - su voz es menos dura ahora - Una vez te hayas alimentado me gustaría encargarte una tarea... Disculpa si te parezco precipitada, pero no me caracterizo por perder el tiempo.