Nuevas esperanzas (7/12/09)

Vuelvo a despertar, en el lugar que más se parece un hogar. Me acosté abrazando a Emile... pero como todas las noches, tardo unos segundos en darme cuenta de donde estoy y el ambiente que me rodea.

- Hola, mi vida - te saluda, besandote, acurrucándose en ti -. Gracias por despertar una noche más.

Sonrio, y cuando la veo, y noto su fuerte pulso a través de su piel... no puedo evitarlo.

Clavo mis colmillos, y bebo un poco, despacio. No lo suficiente para que pierda el sentido o marearla.

Notas como se retuerce de placer, frotandose contra ti... ojalá pudieras hacer eso constantemente sin consecuencias.

- Gracias, cariño, gracias...

Cierro su herida, y le doy un beso en la frente.

-Quería compensarte... ¿Pasó algo durante el día?

- Lo cierto es que... he dormido casi todo el día - sonríe -. Pero que yo sepa todo ha ido bien.

- Haría cualquier cosa por ti - responde... y por suerte o por desgracia estas seguro de que es completamente sincera.

-... Aquel día la jodí... y volví a poner en peligro a todos... todo por mi intolerancia y mi arrogancia... pero tengo que arreglarlo, y para eso necesito tu ayuda.

La miro a los ojos.

-Tengo que hacer una visita a Antón... pero no puedo dejarte sola... ¿Puedo confiar en tí para que muestres respeto y amabilidad? No podemos permitirnos otra provocación como aquella vez.

Ella parece algo avergonzada, pero sobretodo austada.

- Me da miedo... ¿Cómo sabes que no volverá a hacer sólo por... gusto, o por venganza? Recuerda a los niños - se abraza a si misma, temblanod un poco.

-... A mí también me duele.

La abrazo.

-... Yo seré el freno... Si no le salvamos a él, él no podrá salvarnos a nosotros. ¿Comprendes?

Hago que me mire.

-Necesito tu ayuda.

- Lo haré - responde -. Lo haré...

Sonrio, muerdo mi lengua, y la beso, dejando que saboree un poco de mi sangre.

Definitivamente, ese gesto para otorgarle la determinación que la hace falta.

- Voy a prepararme - dice, aunque tienes que ayudarla un poco para que se separe de ti.

Si... es mejor prepararse.

-Será mejor que nos llevemos el chelo... Creo que estarás mejor si es un instrumento familiar.

Me preparo a mi vez, y en pocos minutos, bajamos a la parte de abajo de la casa.

Ella esta deslumbrante, con su vestido largo pero provocativo y esos zapatos de tacón que realzan su figura.

- Tendrás que llevar tú el chelo, cariño - te dice, señalándote la caja del intrumento - Entre tu y yo, andar con esto no es tan fácil como parece.

No puedo evitar que se muestra la sorpresa y el agrado en mi cara.

-... Estás espectacular... -digo sonriendo.

Cojo la caja sin demasiada dificultad. Es hora de irnos.

/De regreso a mi "sire", casa de Emile (7/12/2009)/