Noticias (10/12/09)

Me duermo pronto, faltaba poco para el amanecer. Sin embargo, parecía haber un ambiente mejor en la casa. Los ghouls parecían de mejor ánimo, y siempre atendían con agradecimiento. Quien iba a decirlo, pero últimamente me sentía casi tan agusto como en casa en ese lugar.

Despierto, teniendo a mi lado a Emile. Tardo unos segundos en averiguar si está dormida o despierta, debido a que aun no estoy muy consciente.

Ella está dormida, pero parece sentir que te despiertas y se vuelve hacia ti, medio dormida, para darte un beso.

Me encanta sentir su calor... Casi hace olvidarme de lo que soy.

La beso, despacio y profundamente, mientras mi mano se pasea por su piel, tratando de hacerla sentir bien, que olvide donde está.

Ella corresponde a tu beso y a tus caricias con pasión, con ansiedad, con necesidad... Te ama.

Poco a poco, mientras la beso y la acaricio voy colocándome encima. Mis boca desciende poco a poco por su piel, sintiendo que bajo ese calor que vibra en ella está lo que me da vida y enciende mis sentidos.

Noto como el pulso es fuerte conforme más bajo hasta que llego a la femoral. Mis labios paran sobre la delicada superficie, dando un beso antes de morder y empezar a beber.

Bebiendo con cuidado y procurando que disfrute, cuando ya me siento satisfecho cierro la herida, y la beso. El sabor de su sangre no podría ser mejor.

-Buenas noches, cariño.

- Cada dia me despierto más feliz de tenerte a mi lado - responde.

Desde luego, su devoción era algo que no esperaba cuando la conocí. Es mi primera y única ghoul.

-Podría decir lo mismo... -le digo, recogiéndole el pelo tras la oreja, sonriente-. ¿Qué tal fue ayer?

- Aburrido... de lo cual me alegro... - admite.

La punta de mis dedos todavía se pasea despacio por su piel haciendo circulos, como jugueteando, mientras sigo hablando con ella.

-¿Por qué dices eso?

- Creo que últimamente tengo demasiadas emociones...

Secuestros, amenazas, asesinatos, ahorcamientos... mucho ha pasado en tres semanas... Y podría decirse que por mi culpa.

-... Comprendo... -digo, deteniendo mi mano. Le debo mucho, pues ha perdido mucho y sufrido también mucho... Creo que empezaría bien con una disculpa-... Mira, perdona que te trajese aquí... ni siquiera te pregunté. Simplemente no quería que estuvieses sola.

- Preferiría estar contigo en el infierno que sin ti rozando el cielo

Las cosas que puede llegar a decir.

-No sabía que también fueses poeta -le digo, acariciando su mejilla-... ¿Sabes?... me gustaría que siguieras llevando una vida normal durante parte del día... después de todo te mereces un descanso. No puedes vivir solo de noche.

- Yo estoy bien contigo, de noche, me he acostumbrado... de hecho no me hace daño dormir pocas horas, y por el día practico... mi vida sois la musica y tu.

Sonrio, y le doy un corto beso.

-... Ahora que lo pienso... después de tres semanas, poco sé de tu familia y de tus amistades diurnas... Me gustaría saber un poco más.

- Mi amistades se fueron con mi fama... mis padres murieron, soy hija única, mi marido me abandonó al saber que estaba enferma y nunca quise tener hijos para no pasar el gen, asi que...

Es una historia bastante triste...

-Ven aquí cariño... -le digo, acercándola para que pudiese apoyar su cabeza junto a mí, mis dedos juguetean en su pelo. No tiene a nadie, ni siquiera un niño... Lo único que los vampiros no podemos dar.

Trato de hacerla sentirse segura.

-Háblame de él.

- Prefiero no hacerlo - admite.

-... Está bien...

No voy a forzarla para que lo haga. Recordar a alguien así... no sé que haría si tuviese al exmarido delante.

-... Me gustaría devolverte algo de tu antigua vida... creo que ya sabemos cómo organizar tu regreso a la música.

- ¿De veras? - se le ilumina la cara - ¿Cuándo? Creo que en un mes podría estar lista ¿Y dónde? ¿El auditorio general? No, quizás algo mas pequeño para empezar - dice aceleradamente.

Rio un poco, al ver su ilusión.

-Nena, ya estás lista. Hipnotizas a la gente con tu música -le digo, con cariño-... He estado hablando con Antón... y dijo que sería un gran comienzo dar tu primer concierto en el auditorio de esta casa, el viernes.

- ¡¿El viernes?! - exclama, incrédula, luego se levanta de un salto - ¿Cuándo ibas a decírmelo? ¡Tengo que empezar a practicar!

Vaya, no se lo ha tomado como esperaba.

-Tranquila, tranquila -digo sonriente, levantándome también-, Antón te dejará uno de sus instrumentos para que practiques.

Me acerco a ella, y la rodeo por la cintura. Sonrio, muerdo mi lengua y la beso, dejando que saboree un poco de mi sangre.

-Tú solo procura dejarlos alucinados, ¿de acuerdo cariño?

- ¿Cómo has podido...?- tus labios sellan su boca, y cuando acabas de besarla, sólo puede asentir a tus palabras, extasiada.

-Confia en tus habilidades... la primera vez que te oí me dejaste sin habla... sin duda ahora estás preparada.

Vuelvo a besarla.

-Eres fabulosa, no lo olvides.

Dejo de abrazarla, sonriendo.