Retorno a la mansión (14/12/09)

Ella niega con la cabeza, sin dejar de llorar.

- Antón dice que Melissa aún puede pedir mi cabeza... que podría llamar en cualquier momento... no me entregarás ¿verdad? No me entregarás a ella...

-... Puede... puede pedirla, pero haré lo que sea por tal de que no reciba nada -coloco las manos a ambos lados de su cabeza, para que me mire-... Jura que esto no volverá a pasar. Jura que me harás caso, y haré lo posible para mantenerte lejos de ella. Podré protegerte si lo haces.

- Vale, no volveré a desobedecerte... te lo juro... no dejes que me haga daño... - suplica.

No puedo evitar sonreir... siento hasta gratitud, no sé por qué.

Acabo secándole las lágrimas.

-No vuelvas a darme un susto así, por Dios... -acabo diciendo, con un hilo de voz-... No permitiré que te pase nada.

Tengo que arreglar esto.

-Lo arreglaré ¿de acuerdo, cariño?

- Confío en ti... - dice ciegamente.

Parpadeo un poco... Esta es mi chica.

La beso, como si no lo hubiese hecho en muchisimo tiempo.

Noto como corresponde. No puedo evitarlo. Sentirla así de cerca... lo necesito.

Bebo de ella, no demasiado, lo justo para que se relaje, descanse y olvide por un momento lo que pasó ayer. Se merece un densanso.

Esa relajación, unida a las últimas tensiones, hace que caiga dormida.

Le doy un último beso, mientras duerme.

-Descansa.

Salgo del cuarto, despacio, sin hacer ruido. Siento cierto alivio, pero tardaré mucho, mucho tiempo en olvidarme de lo que pasó ayer, y ella también. De eso estoy seguro.

Aun sigo algo incómodo, pero al menos estoy mejor que antes.

Bajo las escaleras.

- ¿Ya te has disculpado? - pregunta Antón.

-... No, no lo he hecho... pese a que deseara hacerlo...

Me paso la mano por la nuca. Incómodo por esto.

-Debo darle las gracias a Melissa, hacer las paces con ella y terminar con esto de una vez.

- ¿deseas que te acompañe?

Le miro, con gesto agradecido, pero negando con la cabeza educadamente.

-... No hace falta... ella es tu... nuestra aliada... fue mi culpa caer en este hoyo, tengo que salir solo de él... Puede ser una excusa para acabar con esta ridícula enemistad.

Sonrio un poco, casi ni se nota.

-... Si llegado el momento no lo consigo... no permitas que se la lleve, padre... Pese a lo incauta, inexperta y joven que es... No puedo perderla.

Él frunce el ceño.

- No importa la que ocurra, si te pasase algo, te doy mi palabra de que la mantendré a salvo, pero no te pasará nada, si no cometes ninguna estupidez. Mantente tranquilo, no te pongas a la defensiva, y sé respetuoso, pase lo que pasa. Cada vez que quieras estrangularla, piensa que, a pesar de lo que te hizo, ambos, tú y Emile, estariais muertos si ella no hubiera querido pasar este incidente por alto - luego te mira, sonriendo -. Estoy muy orgulloso de que te enfrentes esto a tú sólo.

-Sólo espero estar haciendo lo correcto...

Miro el reloj... todavía queda suficiente noche como para dar dos idas y vueltas de la fortaleza hasta aquí.

-Será mejor darme prisa.

- Ve, y recuerda mis consejos - te anima, dándote unas palmaditas en la espalda.

/Disculpas y agradecimientos, Territorio de Melissa (14/12/09)/