Mendigando (14- 12- 2009)

//FdI: De aquí//

Llegamos al bar. Tenemos un rato antes de que amanezca, y estoy dispuesto a aprovecharlo. Entro con paso decidido, buscando al jefe. Pero procuro que Dorian no se separe mucho de mí. Apostaría a que le hará más caso que a mí...

El lider está an la barra, charlando con unos compañeros, que os saludan cuando llegáis (aunque alguno de ellos persiguió a Dorian)

Les hago un gesto educado con la cabeza y nos acercamos. Dejo espacio a Dorian, dándole a entender que hable.

- Alan, tengo que pedirte un favor. Efectivamente, Lucio tiene una idea. Descabellada, por supuesto, no hay más que ver de quién viene, pero es nuestra única esperanza. Quiere apostar en un casino, y para ello necesitamos algo de dinero inicial. Si funciona, podremos devolvértelo con intereses al finalizar, y si no, las pérdidas serán nimias para tí.

- Nuestra segunda opción es buscar monedas en la acera...

- ¿Queréis que os de dinero... para apostar? - repite algo incrédulo.

Señalo a Dorian.

- Quiere él, yo he dicho lo de buscar monedas...

- Efectivamente. No será más que... Bueno, poco, lo suficiente para unas apuestas iniciales timoratas. Tienes muy poco que perder, y bastante que ganar. Ambos somos bastante inteligentes, seremos capaces de encontrar las apuestas menos arriesgadas. Aunque por supuesto, comprendo que la petición suena descabellada, y comprenderé igualmente una negativa.

Alan se lleva una mano a la cara.

- ¿Cuánto?

- No estoy habituado a la moneda, pero si 500 euros es mucho, ¿un diez por ciento será suficiente? Quizá con cincuenta podamos apañarnos. Sin embargo, como ya he dicho, es posible que no tengamos suerte, así que si la cantidad sigue siendo demasiado alta como para arriesgarla, pon tú una cifra.

Dorian coge el dinero y me lo entrega. Me lo guardo en un bolsillo y, tras dar las gracias, salgo del bar acompañado de Dorian.

- Recuérdame que desde ahora te deje llevar las negociaciones. Vamos a ver el casino.

Me dirijo a la dirección que me han dado los Gangrel (nota mental: preguntarles sus nombres un día de estos), a ver cómo es la zona, y los horarios.

El casino está algo alejado, hay bastante verde tras él, el casino en si es un edificio grande de planta ovalada. Su horario es, eproximadamente hasta las 3 de la mañana, empezando a las 7.

Perfecto, parece que lo hayan construido para mí. Nos retiramos a la zona verde, a un lugar medianamente escondido entre árboles y arbustos. Le digo a Dorian que se entierre, y yo me quedo unos cinco minutos pensando en cuáles pueden ser las combinaciones y las apuestas más seguras. Nunca he estado en un casino... Sigh. En fin, hora de dormir. Me entierro, hasta el próximo anochecer.

//FdI: Fin del día: Diario//