El peor de los pecados 16/12/09

-Arnold, si lo que te preocupa es que alertemos a tu presa, descuida, no lo haremos. No pienso pisar el Louvre, ni siquiera volver al hotel. Me iré a un territorio que no pertenezca a la camarilla. Me quedaré allí hasta que esto termine. Pero no dejaré que Lucía pise ese sitio. He visto lo que podría hacerle Petra si me descuido, y no voy a tenerla sin comida ni agua. A decir verdad, estoy empezando a no entender tus motivaciones, cuando tú entiendes tan bien las mías. Sabes perfectamente que no represento ningún peligro. Sobre todo cuando lo único que quiero es retirarme sin hacer ruido.

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Su aura te indica que está muy muy cabreado, ves la ira coloreándola casi por completa, a pesar de su aparente calma.

- No voy a repetirlo otra vez - advierte -, y si haces otra estupidez ninguna de las dos sobrevivirá a los próximos minutos. Venid conmigo... ahora.

-Por favor.-le digo implorante.- No vamos a hacer nada. Por favor.

- Si os comportais, y no me haceis enfadar, me encargaré de que Petra no juegue con vosotras. Es mi última oferta.

¿Qué hago? Miro a Lucía. Recuerdo cuando deciamos que "si estabamos vivas siempre habría una nueva oportunidad". Tal vez y de milagro podría zafarme. Pero ella no.

-De acuerdo, Arnold, tú ganas. No me queda más remedio, pero está visto que desde que llegué a París no he tenido más remedio en muchas cosas. Lucía, vamos a ir con él. Voy a tener que darte órdenes como si fueras una sierva, pero no me queda otra si quiero que sigas con vida. No hables a menos que yo te diga, y ante todo guarda la lengua, sobre todo con una vampira que tiene como piercings muy llamativos. Y... Arnold.-Digo dirigiéndome a él con mirada triste.- A pesar de todo... no me arrepiento de haberte contado la verdad.

Los ojos amenazantes de Arnold parecen calmarse un poco cuando dices la última frase, su cabeza se levanta, mirandoos a las dos, como midiendo la posibilidad de que a pesar de todo pretendais escapar.

- Está bien... acompañadme. Vosotras primero.

Me dirijo a Lucía. Teniendo en cuenta el "chequeo" que me hicieron, creo que es mejor zanjar esto cuanto antes...

-Parece que volvemos a las andadas.-Digo sonriendo un poco. Alzo la mano.- Saca el arma y dámela. O si lo prefieres, Arnold, que te la de a ti directamente.-Espero que se tome a bien este acto de buena fe...

- ¿Estás segura? - te pregunta.

- Obedece, sirviente, no seas insensata - dice alargando la mano.

Lucía le da el arma, a desgana.

-Lucía, ¿recuerdas la vez que nos pillaron una banda contraria y nos encerraron para hacer chantaje? La situación es parecida pero peor. En serio, haz lo que te digo y no protestes. Vamos.-digo cogiendo a Lucía y llendo por delante de Arnold, como nos dijo.

Cuando llegais a su guarida, él golpea la puerta como la otr vez, y como la otra vez Petra abre.

- Ñam ñam... - dice al ver a Lucía.

Miro a Arnold, diciendole claramente con la mirada que es aquí cuando me demuestra que sigue el pacto de que si volviamos, al menos de momento seguiriamos las dos con vida. No es una mirada acusadora ni arrogante, ni tampoco pretende reflejar una orden. Más bien se lee un por favor en la mirada, consciente de que cualquier cosa que diga yo Petra se lo tomará a mal y empeorará las cosas. Pero a él le escucha y es el... ¿cómo era? ¿ductus?

- Quita de enmedio, joder - dice, con un humor parecido al de recién levantado.

Petra se echa a un lado... parece que sabe cuando no conviene cabrear al jefe.

- Subid arriba - ordena Arnold, siguiéndoos.

-Vamos.-Digo escuetamente, indicandole a Lucía que que me siga, manteniendola cerca de mí. Otra vez en la habitación... Me dirijo a Arnorld.-Toma, creo que he perdido el derecho a tener esto.

Le doy mi móvil y la cartera. Hagamos las cosas bien.

Él los recoge, y parece calmarse aún más, parece que el que te rindas a sus exigencia debidamente le tranquiliza.

- Los de ella también - exige, y Lucía le da su móvil y cartera también -. De acuerdo, vamos a establecer nuevas reglas. Voy a permitir que permanezcáis juntas durante la noche, mientras estoy despierto, pero dormiréis en cuartos separados... me temo que tu sierva estará bien encadenada arriba, en la buhardilla, entra el sol pero eso a ella no la afecta ¿Verdad? Os aconsejo que no planeéis nadabajo la cobertura de la luz del día, ella no es la única ghoul que hay aquí y daré orden directa a los otros para que si abandona su posición, o hace cualquier cosa que no deba, puedan hacer con ella lo que les plazca... y os advierto que esos dos ghouls tienen mucha imaginación ¿Me explico?

-Bien... simplemente que Petra no se la acerque. Por favor.-Se muy bien lo que podría hacerle...

- Deja de preocuparte por mí - te dice Lucía - Estoy bien.

- Yo creo que no - dice Arnold, y se acerca a ella, ladeando la cabeza - Tienes un problema con los hombres ¿verdad? Apuesto a que no soportas ni que invadan tu espacio - se acerca aún más, y ella retrocede un paso, amedrentada, pero el armario está justo a su espalda - ¿Cómo sienta el saber que podrán acerte lo que quieran si cometes el más mínimo fallo? ¿Eh? - pregunta cogiéndole un mechon de pelo -. No no estás bien... apuesto a que estás aterrada...

-Arnold... Arnold, ¡no, porfavor!-Mi tono es suplicante. Se hasta que grado me la estoy jugando.- Se que te he decepcionado, que esperabas otra cosa de mí. Pero no lo pagues con ella... Tiene la lengua un poco larga, pero mi sire nunca le prestó tanta atención como a mí. Se portará bien, de verdad...

Él chasquea la lengua y la suelta, pero una parte de ti sabe que aún es peligroso. Se da la vuelta y se te encara, cogiéndote de la barbilla con fuerza.

- Tienes razón, me has dececionado. ¿Cómo podrías pagarme eso? ¿EH?... ¿Crees que hay alguna forma?

-N-no lo sé.-estoy asustada. No puedo evitarlo...- Si te digo la verdad, una parte de mi deseaba no decepcionarte, pero... pero... ya resultó muy duro matar al chico... no podía matar a dos personas la misma noche. Y meno a una a la que le debo tantisimo...-no puedo evitar bajar la mirada.

Él te suelta.

- Demasiado humana, todavía - dice dándose la vuelta. Luego empuja a lo que tiene más cerca, que para tu desgracia es Lucía. La empotra contra el armario con una fuerza sorprendente para el poco empeño que pone en ello. La deja momentaneamente inconsciente, pero no parece interesado en ella - ¿Y ahora qué voy a hacer contigo? - se pregunta.

Voy rápidamente hacia ella. Lucía, Lucía, lo siento tanto... la cojo entre mis brazos, intentando que despierte.

-Arnold...-Intento elegir bien las palabras.- Imaginate... imaginate por un momento, que no fuera humana, que fuera una vampira. Y que la debiera tanto como ahora. ¿Qué diría de mi el hecho de que la matara a sangre fría? Además, ¿a qué te refieres con hacer conmigo? Por favor... necesito... que me aclares todo esto.... por favor.-digo con toda la humildad que puedo.

- Tenías mi respeto... habíamos tenido un trato cordial... yo te protegía y tu estabas agradecida... ya hasta te tomé aprecio... yo enseñaba y tú aprendías... y ahora... ¡ahora lo tiras todo por la borda por esta maldita... bolsa de sangre subyugada! - responde, alterándose momentaneamente - Cuando te dije que te dejaría marchar... fue en otras condiciones... ahora las cosas han cambiado y me pregunto qué debería hacer contigo. ¿Llevarte abajo y que toda la manada nos alimentasemos de tu sangre? ¿Dejarte con Petra que está deseando jugar contigo? ¿Dominarte y obligarte a matar a tu amiga antes de terminar contigo? No lo sé ¿Qué debería hacer? ¿Qué pagaría este descortes trato que me has dado después de haberte ayudado?

-Y-ya, ya lo sé, y de verdad estoy agradecida, pero tú mismo me dijiste que me tomara las cosas con calma. Por favor, pese a todo no me puedes pedir que de un paso tan grande de repente. Ella... acababa de perder a su madre de la manera más brutal posible frente a sus ojos, y con solo diez años, me recogio. Me enseñó a sobrevivir, me alimentó. Me enseñó a pelear, a empuñar un revolver. Fue ella la que estuvo a mi lado la primera vez que maté a alguien. Ella, la primera en partirse la cara por mi. Ella, la que estaba pendiente de mi si enfermaba. Estuvo a punto de perder la vida varias veces por ayudarme... no puedo simplemente ignorar eso y matarla. Arnold, no puedo. Te aprecio... te aprecio de verdad, hasta el punto que no quiero que tengas lios con tu familia por mí. Se que eres un hombre inteligente, y que no se amilana ante nada. Y ante todo, se que se puede confiar en tí. Anold, necesito tiempo... por favor.

//FdI: Tira Per + Emp //