El peor de los pecados 16/12/09

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- Suplicas como un niñata Camarilla malcriada...
Lucía se despierta en tus brazos, pero no dice nada, solo te coge la mano, consiguiendo y dándote seguridad.

-No-empiezo a hartarme. una parte de mi se revela ante sus palabras. Intento incorporarme junto con Lucía.- No. Lo que pasa es que te respeto. Te respeto lo suficiente como para razonar contigo, que es distinto. Y cuando uno se equivoca, no suele ponerse chulo cuando quiere pedir perdón, ¿o sí? de ser así, me perdí ese capitulo. Y esto no es la jodida camarilla, así que no tengo por qué andarme con triquiñuelas baratas. Sea como sea, ¿quieres matarme, Arnold? Como quieras, pero no sé como voy a poder entonces enmendar mi error. Y creeme que quiero hacerlo. Si me juego tanto por una humana por haberme ayudado en el pasado, ¿no crees que en un futuro esté dispuesta a hacer lo mismo por ti?

- ¿Me respetas? No me hagas reir, lo que te pasa es que estás acojonada, eso te pasa, por ti y por ella. Es francamente lastimoso que aún te preocupes por la vida humana, se destrozan entre ellos cada día a millares, y su vida es corta, penosa y rutinaria ¿Crees que merece la pena preocuparse por algo tan patético? ¿Y qué podrías hacer por mí. Mírame, y mírate ¿Qué? ¿Qué podrías hacer por mí?

-A... ¿Acojonada dices? ¿Me estás llamando cobarde?-Como se atreve... este ya me ha tocado las narices lo suficiente por una noche.- ¿Me arriesgo a que me mates y me llamas cobarde? ¿Tienes idea del valor del que he tenido que hacer acopio estos días? Y la vida de los humanos será penosa, rutinaria y corta. Y se destrozarán entre sí. Pero siguen luchando para tratar de mejorar sus vidas, para encontrar un momento de alegría en un óceano de desesperación. Eso lo sé bien. Y por un solo momento son capaces de hacer esfuerzos y sacrificios como no te puedes imaginar. ¡Todo por lo que aman, en lo que creen, todo por poder sentirse satisfechos y felices consigo mismos junto a sus seres queridos por un sólo momento!

- Ya ves... qué pena me dan... encima les estoy haciendo un favor... librándoles de su patética existencia...

-No les haces ningún favor. Esa "pátetica existencia", como tú la llamas, es su mayor tesoro. Y yo se la arrebate a un pobre chico como si no fuera nada. Dime, Arnold, ¿qué tiene de... glorioso arrebatar algo tan importante a algo que a ti no te importa en absoluto? ¿qué existencia más gratificante es esa? Y quién sabe... tal vez mi manera de ayudarte es demostrarte que tu existencia no es solo sangre, dolor y muerte. Que es algo más que eso. Que aún puede haber alegría... detrás de la tristeza.

Seguro que después de esto me llevo una paliza... pero es lo que siento.

Él da un paso hacia ti, con un gruñido de la Bestia saliendo de tu garganta, haciendo que Lúcía se tense, preparada para defenderte. Luego te mira a los ojos, los baja, parpadea, y sale de la habitación sin decir una palabra.

Parpadeo, un poco sorprendida por su reacción. Otra vez ha vuelto a hacer lo mismo. ¿De verdad le gusta tanto estar en el Sabbat cómo dice?

-Lucía... ya pasó lo peor, de momento. ¿Estás bien? Tiene una fuerza tremenda.

- Sí... estoy bien... - responde - Que hijo de puta...

La ayudo a sentarse en la cama. Entonces veo que mi block y mi estuche siguen en la habitación. Los recojo y me siento al lado de Lucía, y empiezo a hablar mientras dibujo...

-Puede ser, Lucía, pero nosotras también hemos llegado a ser muy hijas de puta y lo sabes. Además, gracias a él las cosas están mucho mejor de lo que piensas. Me ha ayudado mucho... y no me ha pedido nada a cambio. Es raro, ¿verdad? mi padre resultaba que sí queria algo a cambio de la protección que me dio. Quería mantenerme a oscuras, ignorando que tal vez un día explotaría y no podría perdonarmelo, como de hecho, ha pasado. Quería también ser una cura para su propia conciencia, a persar de que la mía estaba torturada por tener algo que no pudo tener mi familia. Y Arnold... Al menos al principio decía que me enseñaría la verdad y que luego era yo quién tendría que decidir...

El dibujo, es un dibujo de él. Un hombre fuerte, poderoso, que ha soportado mucho a lo largo de los años, y que parece que lo ha superado todo. Pero... para quién sabe mirar... sus ojos están muy tristes...

-Y.. Lucía... en dos noches he traicionado a varias personas, de una manera horrible. No hice nada por salvar a mi padre. No me sentía con fuerzas tras sentirme traicionada... de dar la vida por alguien que nunca confió en mí. Luego un chico... pobre chico... Kéven... que se preocupaba muchísimo por su hermano y quería ser médico, ¿te lo imaginas?, lo maté. Y esta noche... estaba tan aturdida y asustada.... que he estado a punto de matarte. ¡Lucía!-Suelto el block y la abrazo.- Perdoname, por favor, necesito que estes a mi lado para tener algo de sensatez. No sabía... no sabía que podía perderme a mi misma de esa manera... perdoname, no se que puedo hacer para compensarte...

- Bueno, bueno, cálmate... todos cometemos errores... cuando te encontré allí tirada... yo también pensé en dejarte... pero al final lo que importa es lo que hiciera, y tú lo mismo, al final no me hiciste daño - te abraza fuerte - No te preocupes, mi pequeña, saldremos de esta, como de todo.

-Sí... aunque ahora mismo no sé cómo. No estoy segura de que Arnold quiera seguír apoyándome... ¿sabes que ha discutido con sus hermanos por mí? Y esto es importante: hay una vampira llamada Petra, la que ha abierto la puerta. No te acerques a ella. Disfruta torturando... no tienes ni idea de cómo gritaba mi padre. Buscará la mínima excusa para hacer lo mismo contigo, y si puede, conmigo. No le demos motivos.

- No te preocupes, no tengo ningunas ganas - contesta.

Sonrio, algo aliviada de contar con Lucía.

//Fdi: fin de la conversación, esperamos el regreso de Arnold//

Arnold viene antes de que amanezca, y sin decir nada agarra a Lucía por el brazo, ella está apunto de soltar algo supones no muy agradable, pero se calla.

-Lucía... nos vemos por la noche. No va a ser un día muy agradable, pero ten paciencia.

La lleva arriba y luego oyes cómo cierra la puerta y echa los cerrojos. Después baja las escaleras, entra al cuarto y coge la cadena.

Dejo que me la ponga sin oponer resistencia.

- Échate - es lo único que dice, luego se acuesta en su sitio, lo más alejado de ti, y de espaldas.

Por un momento pienso en decir algo... pero no lo hago. Simplemente me tumbo en mi lado.

//Fdi: abro nuevo post//