En la linea de salida (21/12/09)

Miro a Berenice.

-No... pero yo seguiría sus consejos.

Luego miro a todos.

-Cualquiera de estas armas os hará sentir mejor sobre lo que os esté preocupando dado el momento... pero no os confieis. Sólo son herramientas, usadlas con cabeza.

-No soy vuestra jefa, perdonad si os he dado esa impresión, pero ahora somos compañeros. Y como tal no quiero que ninguno murais. Para mí este tipo de situaciones no son nuevas....-aunque si lo sean los enemigos.- y sé un par de cosas que podrían salvarnos en un momento de apuro.

- Genial - dice Vic, cargando el arma al hombro - ¿Vamos a ir esta noche?

-Sí... Pero antes, Berenice tiene cosas que deciros, consejos sobre las armas, para los que no las habéis usado todavía.

Le hago un gesto a Basile para que me siga. Es hora de hablar con él. Berenice se puede ocupar de esto. Camino hacia el exterior del piso, en el rellano.

-Bien.-digo al ver que Curtis y Basile se marchan.- Lo primero, quiero que cada uno me diga que experiencia tiene en armas y si sabe algo de defensa personal.

- Bueno... me temo que yo soy el único que sabe algo de defensa personal... y de armas... nada... bueno, porras...

- Yo sé manejar una navaja... - dice el estibador.

Eso es todo lo que tienes...

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Basile sale contigo fuera.

- Menuda panda... - dice, pensativo, serio.

No tengo nada de objetar a eso.

-Lo sé... pero con ellos aumentaremos las probabilidades de cero a un mínimo... -digo, discretamente.

Me paso la mano por el pelo.

-Todo está sucediendo demasiado deprisa... y el tiempo corre en nuestra contra... Dame tu opinión... siempre has tenido más cabeza que yo.

- ¿Mi opinión? ¿De qué?

-¿Y cuales considerais que son vuestros puntos fuertes? No solo en lo que se refiere a pegar fuerte.

- Yo soy rápido - dice Vic.

- Y yo puedo imitar a quien quiera.... oa quien quieras tú... - dice otro.

- ¡Mario! - se queja el cabecillo.

- Vale, vale, perdón...

-Sobre ellos... en fín... sobre todo... Hace apenas ocho o nueve días que están bajo mi mando y ya necesito de su ayuda. No he tenido tiempo de adiestrarlos debidamente.

Cierro los ojos.

-No dispongo de más. Son lo que tengo... Espero que puedan aguantar el ritmo.

Y con todo es más caballero que algunos que he conocido... aunque la cosa no fuera conmigo.

-¿Puedes imitar mi voz?

- Bueno, son los tuyos, cuidas de ellos y ellos de ti, así va la cosa.

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- ¿Puedes imitar mi voz? - dice Mario exactamente igual que tú.

-Imagino que tú eres el que me comentaron que se sabía camuflar bien... Una buena manera de usar tus habilidades podría ser el despiste. Si te mueves lo suficiente rápido y te ocultas entre distintos sitios y hablas con distintas voces, podrías provocar que el enemigo no sepa contra cuantos se está enfrentando ni donde están exactamente. Eso lo confundiría, y podríamos aprovecharlo... habrá que ver que opina el jefe. ¿Quién de aquí se considera buen observador y con buena vista espacial?

... Asiento.

-Te dije que quería hablar contigo... la cosa fue bastante más seria de lo que parece... las víctimas podrían haber sido once en vez de ocho. Antón, yo y otra más estábamos allí.

Unos segundos, rememorando hechos amargos.

-Cuando Berenice se molestó, fue porque también su padre fue asesinado. Secuestraron a Berenice, para luego chantajear a su sire y conseguir las pinturas de la exposición. Después le mataron y usaron la gala como trampa...

Tiene gracia, pero si no llega a ser por mi clan, estariamos todos muertos.

- Comprendo... me disculparé con ella. Por cierto.... nadie está hablando de todo esto en el Louvre.

- Ya, pero alguien ha tenido que percatarse de las desapariciones... y nadie dice nada.

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- A mi se me da bien observar... - dice la asistente social.

-... Nadie pondría en ridículo a Pompignan diciendo que ha tenido sabbats en su territorio sin que se enterase.

... O tál vez lo sepa... No, ridículo.

-Ya deben empezar a sospechar después de dos noches. Si indagan... descubrirán mi procedencia.

Si hay un error, no sólo moriré yo. Todos los que me conocen también caerán. Tengo que confiar en que podemos... porque debemos tener éxito.

-Incluso si lo conseguimos no garantiza nada... Pero hay que intentarlo. Tenemos una noche más. Dos como mucho.

- De sobra - sonríe Basile.

Sonrio, pero sólo es una fracción comparado con él.

-No los subestimes... no son los típicos sabbats. Estos tienen cerebro... No sería raro encontrar una trampa en el refugio.

- Mejor, creo que me estoy oxidando - responde, sonriendo, con esa fmailiaridad que sólo muestra para con los más cercanos.

Termino sonriendo.

-Demonios... no sé como lo haces. Conseguirás que me relaje.

Procuro ponerme un poco más serio.

-No quiero verte morir ¿De acuerdo, Basile? De frente y juntos, como antes.