De vuelta. 27/12/09

Al volver, aparco el coche y le entrego las llaves a uno de los ghouls. Voy al salón, donde me imagino que estará Antón. Querrá saber que Claire ha llegado bien.

Efectivamente, Antón está en el salón.

Entro en el salón y le digo:

-Ya he vuelto, señor... Claire está sana y salva en el bar.

Él asiente, mirando el fuego.

- Siéntate, Berenice.

Me siento, como me dice, en silencio.

- ¿Dónde está Basile?

Mierda, ¿no ha vuelto?

-Yo... lo siento, señor. Cómo se habían ido... y no volvían me asusté... creía que les había pasado algo...-por mi mente pasa fugazmente las imagenes de Curtis frente al príncipe y lo que había sucedido en el almacén.- Le pedí ayuda a Basile, pero cuando aparecieron, le envié un mensaje para que volviera. Yo.. no sé donde está ahora mismo, señor.

- ¿Sabes lo que yo había ordenado para él?

-Yo... lo siento mucho, señor, no pretendía... creía que estaban en peligro y... no sabía que hacer...-¡Mierda! ¿Por qué siempre que quiero proteger a alguien meto la pata? ¡Simplemente no quiero perder a más gente que aprecio! ¡Apenas puedo con el dolor de los que he perdido, eso se demuestra en mis pesadillas, no creo que pueda con nadie más!

Antón se levanta, lentamente. Se acerca hasta el sillón donde estás sentada y se inclina apoyando una mano en el resposabrazos y otra en el respaldo.

- ¿Ves el fuego de la chimenea? Es donde vas a acabar, si vuelves a despreciar a mi chiquillo en público.

¿Despreciar...? ¿Cuándo he...? Espera, el almacén. Nota mental, controla tu pánico a perder a nadie. Joder, se me escapó, creía que se lo iban a cargar... Pero es su chiquillo... no puedo pensar mal de que me diga esto... Ojala pudiera hacerle comprender hasta que punto no quiero que le pase nada... ni a él ni a Curtis.

-No volverá a suceder, señor.

Antón se retira.

- En cuanto a lo de Basile... ¿Sabes dónde está Lucía?

¿Lucía?

-No, señor... ¿No está ocupada en sus tareas?

- No sé... a lo mejor a ti se te ha perdido Basile y a mí Lucía.

No... ¡eso no!

-¡Buscaré ahora mismo a Basile, pero no le haga nada a Lucía!- No, no... sin ella no tengo motivo para seguir viviendo... Veo como mis pesadillas bailan ante mi, no, ¡no!

- Casi va a amanecer, me temo que este día lo pasaremos ambos con malos sueños, pensando en si estarán bien.

¿Apunto de amanecer? No... Además, dudo que le importe Basile algo de lo que me importa a mi Lucía. Y lo de los sueños... cht, seguro que ya sabe lo de mis pesadillas... debe estar disrutando de esto.

-Entonces, si me permite, volveré a la habitación.

- Que descanses.

Al llegar arriba, lo primero que hago es enviar un mensaje a Basile.

"Por lo que te sea más sagrado, mañana por la noche vuelve lo antes posible a la casa de Antón. Por favor Basile, te lo suplico, no tardes en venir."

Cuando termino, voy a llamar a Lucía... pero el sopor del amanecer me sorprende antes de poder marcar un número. Esta vez, me undo en unas pesadillas más oscuras que de costumbre.