Hablando de terrenos (6/1/10)

Aparco lo más cerca que puedo del lugar, y el resto del camino voy andando.

Espero que no me vaya demasiado mal.

Unos ghouls esperan a la entrada de un elegante edificio de oficinas. Parcen porteros de discoteca.

- buenas noches - saludan, aunque no parecen estar deseándolo en el fondo.

Tardan unosminutos en confirmarlo.

- Pase, señor Miller. Último piso.

-Gracias, caballeros. Con permiso... -digo, pasando.

Busco el ascensor y pulso la ultima planta. No será dificil encontrar el lugar de trabajo de Aristride siendo Burgomaestre.

De hecho, casi toda la planta superior es su despacho. Él está esperando justo a la salida del ascensor, con una sonrisa.

- Debe ser usted Curtis Miller... Bienvenido, pase, pase, por favor.

Sonrio a mi vez con cortesía.

-Gracias... -digo, aceptando la invitación y pasando al interior de su despacho. El cual observo un poco. Luego lo escudriño a él, observando su aspecto y su forma de ser. Ha sido una bienvenida más cálida de lo que esperaba.

Aunque tal vez sea todo formalidades, quien sabe.

-Disculpe mi pregunta, pero dada mi corta estancia en París no conozco a muchos de los vástagos de la ciudad. ¿Es usted el Burgomaestre Aristride Longland?

Él ríe brevemente, es una risa clara, sin desprecio, luego niega con la cabeza.

- Supongo que no esperaría un estirado insufrible ¿Verdad? Sí, yo soy - se sienta en su silla tras el escritorio de roble, y te invita a tomar asiento en otra de las que hay enfrente.

Acepto de nuevo la invitación, y me siento a mi vez, con educación.

Este vampiro me intriga, pero no puedo olvidar la primera regla de supervivencia para el vampiro: "no te fies ni de tu madre."

-Lo cierto era que no esperaba nada, no me gusta llevarme desengaños -digo, encogiendome de hombros-... Es un placer conocerle señor Longland.

Me aclaro un poco la garganta.

-Supongo que estará al tanto de los motivos de mi visita a sus dominios.

- Sólo a grandes rasgos, perfíleme un poco más el proyecto - dice sujetando con sus dedos la barbilla, mirando atento.

-Bien...

A ver por donde empiezo.

-Lo que pretendo abrir es un local, un bar cultural y refinado para el disfrute de los vástagos de París. Estariamos hablando de una... zona de recreo por así decirlo, donde los vástagos de la camarilla pudieran estar agusto, con su propia mascarada preparada. Los humanos serian nuestro propio escondite, y que también de vez en cuando se podría usar como recurso para el alimento para los que quieren algo más reciente que la sangre embotellada.

Procuro hablar despacio, y elocuentemente.

-Claro está, no estoy sugiriendo que sea entre los humanos donde esté la diversión. En un lugar más apartado, que se podría considerar la sala VIP, sería donde los vástagos podrían disfrutar de exposiciones de pinturas, música, y todas las artes, todo acompañado de una buena copa. Una sala donde puedan actuar tanto los artistas bajo la supervisión de mi señor Carlo Antón como para artistas que sean invitados por recomendación de otros hacedores. Resumiéndolo, esa sería la idea básica.

- ¿Y cómo pagará todos esos gastos? - pregunta, levantando las cejas.

-Aparte del apoyo de mi señor Antón de Rose, tengo un... acuerdo con digamos... un socio fundador, un hombre de confianza del señor Villón. Su nombre es Patrick.

Me tomo unos segundos.

-Los gastos no son un problema, sin embargo necesitamos establecerlo en algún lugar. Claro está, si nos permite abrirlo en sus dominios y cedernos un lugar donde inaugurarlo, podriamos compensarle de forma muy lucrativa y periodicamente, gracias al rendimiento del local.

- Pero ¿de dónde sacará los beneficios?

- No parece lo bastante lucrativo - chasquea la lengua, aparentemente decepcionado.

- ¿Y porqué irían los vastagos a su... recien inagurado local, cuando pueden hacer todo eso gratis en el Eliseo?

- ¿Y por cuánto tiempo podrás mantener esas rivalidades al margen? Son los propios vástagos que acudan aquellos que decidirán el ambiente reinante.

-El tiempo que brinde la tradición del dominio, pues esas serán las reglas del lugar. Si no quieren respetarlas ni desatarse de sus disputas, la puerta siempre estará abierta. Como dije será una zona de recreo, no un ring ni una sala para debates políticos.

Me rasco la barbilla.

-... Por supuesto, usted también tendría participación en la toma de decisiones, ya que usted estaría aportando el lugar.

- No me interesa la toma de decisiones, sólo que paguen sus cuotas a tiempo.

-Como guste, es más que justo pagar el alquiler.

Le miro.

-¿De cuanto estariamos hablando? ¿Un tanto por ciento de los beneficios?

- No. No, no, no. Una cuota fija, por favor. Que depende de que tipo de lugar busquen, por supuesto.

Cuota fija...

-Entonces tendríamos que considerar las opciones de que disponemos. ¿Que ubicaciones podría ofrecer?