Desafiando al miedo 07/01/10

Joder... si alguien pudiera quitarle la dominación... pienso en Curtis... pero no, imposible, es demasiado joven, no creo que sepa hacerlo y aunque sepa, dudo que sea de una generación suficiente. Pompignam tiene pinta de haber vivido... demasiado.

-No le dejes tú.-Recuerdo cuando ayer, por un momento, volvió a ser él.- Puedes resistirte. Vamos, Arnold... puedes hacerlo...

Arnold continúa retorciéndose en el suelo, diciendo algo como "haz que pare, por Dios, haz que pare" cuando uno de los ghouls se acerca a Antón:

- Amo, el señor Villon está aquí

- ¿Tan pronto? - Antón mira su reloj de bolsillo - Maldita sea... Berenice, no podemos hacerle esperar.

Lamo su herida, y beso su piel.

Le devuelvo algo de mi sangre. No mucho, pero lo suficiente para que se le pase el mareo.

-Gracias por el desayuno -le digo con cariño, acariciando su pelo.

Entonces me levanto, esta noche es importante.

-Ayúdame a vestirme, por favor... estos malditos espejos son un problema constante.

Y nos ha salido impaciente el principito... espera. Durante estas noches y antes, le he estado dando vueltas a Villón y Pompignam, especialmente después de la conversación que tuve con Antón. Si no me equivoco... puede que tenga una oportunidad de arreglar todo esto.

-Arnold, dímela. Dime cuál fue la orden. Dime cual fue la orden y podré hacer que el dolor se pare.

//Pres, Carism+interp, 1Fdv//

El miembro 'Berenice' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' : 8, 9, 10, 2, 7

- No es... una orden... - dice con los dientes apretados - Está aquí...

De inmediato da un grito que hiela la sangre y empieza a golpearse contra toda la celda.

- Berenice, sube, cuando caiga inconsciente le vendaré, no dejaré que se desangre.

Termino de vestirme.

-¿Cómo estoy?

//oigo los gritos?

Aprieto los dientes con fuerza. Mierda. De ahí no puedo sacar nada.

-Está bien. Maldita sea... ¿qué truco está usando con él?-Cierro los ojos y respiro profundamente, recuperando la compostura. Esto no puede salir mal.- Ahora me voy a enfrentar a mi propio desafio. No te rindas.-Me giro y subo. Debo ser práctica. La única forma que tengo de ayudarle es haciendo que salga bien esto con Villón. Vamos.

Antón sube contigo. Villon está entrando en ese momento, en el vestibulo aún se oyen los gritos, amortiguados por la puerta del garaje.

- Buenas noches, Carlo... Berenice... - se inclina para besar tu mano.

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Os cuesta encontrar algo apropiado, parece que nada resulta perfecto.

- Estás muy bien, no te preocupes.

//FdI: Nop, de ahí no se oyen//

-Buenas noches, señor.-Digo educada y dejando que haga.

Joder, que lo va a oir...

Bueno, al menos no se puede decir que no estoy presentable.

-Gracias Emile... -la beso-... Hoy cerraremos el trato, y puede que tengamos un local.

Recojo su pelo por detras de la oreja.

-Volveré pronto.

Camino para salir del cuarto. Voy a ver cómo está Antón.

Cuando bajas, ves una pintoresca escena. Antón y Berenice parecen algo tensos. El principe se había inclinado a besar la mano de ella y al volver a levantar la vista se cruza con la tuya. Un rayo de reconocimiento la atraviesa. De fondo, se oyen unos gritos estremecedores.

- Señor Miller... fíjese que pensaba no sé porque razón que cuando yo llegara haría por no estar aquí... - luego se vuelve a Antón - ¿Te estás divirtiendo con alguien ahí abajo, Carlo, o es cosa del Lasombra? No te preocupes, ya sé que esta gente tiene... necesidades especiales

No, si ahora van a culpar a estos dos de lo que está haciendo el cabrón de Pompignam.

-Perdone señor, pero está siendo un poco injusto con ellos. Ellos no tienen nada que ver con esos gritos ni tienen... esas necesidades especiales.

Si la pluma es mi arma, más me vale esgrimirla con maestría.

Mi atención se divide entre la escena de Villón y los míos... y los gritos de abajo.

Tengo que mostrar formalidad y respeto... Hinco una rodilla y un puño en el suelo, con la cabeza baja.

-... Buenas noches, principe Villón...

Tengo mucho que aguantar... y sería algo insultante decirle que se equivoca si no tengo cuidado en mis palabras.

-No soy de los que se esconden... Y no tengo esa clase de necesidades, señor.

Antón mira a Curtis, y algo parece sacudirle al verlo así, con una rodilla al suelo.

Villon le mira y a penas le comunica que es consciente de su presencia con un leve cabeceo.

- No era un regaño, querida - se dirige a Berenice -, tampoco es que me importe. Es el territorio de Carlo, mientras no rompa la Mascarada ni viole las tradiciones puede hacer lo que guste.

Cht... Curtis... no se merece que lo traten así. Además, parece que acabo de tener un ejemplo de mencionada hipocresía de la camarilla... sin embargo apuesto a que hay humanos que raccionarían igual, en fin...

-Sin embargo, ya le digo que ni uno ni otro tienen nada que ver. A decir verdad, no estoy muy segura de lo que está pasando, señor. Es como si alguien se hubiera colado en la casa y estuviera torturando al prisionero por su cuenta. Aunque no había sucedido antes, solo hoy... es... como si una mano invisible y ajena lo estuviera torturando desde su cabeza y lo estuviera provocando. No sé en que estaría pensando al hacer eso, pero es una suerte que estuviera en las celdas. El desdichado es apenas consciente de su alrededor y nos hubiera atacado... Ciertamente, es muy raro, hasta ahora había sido completamente obediente y no había desobedecido ni una orden y no había dado ninguna muestra de lo contrario.

Que sume dos y dos. Que vea que es Pompignam el que está metiendo mano, y que aunque le importe una mierda lo que le pase al resto, que vea que podía haberme atacado a mi que parece que le importo algo. Que vea que había estado contenta con su actitud hasta ahora y que no pretendo perderlo. Por favor, que haga algo para remediar esto... que no acabe con la muerte de Arnold.

- ¿Hablas de Arnold? - pregunta con el ceño fruncido.

¿Qué pasa, que lo normal en París es que lo vampiros tengan un mínimo de dos prisioneros por cabeza? Joder, espero no haberla cagado...

-Sí, señor. No hay nadie más en las celdas.

Me levanto despacio... ¿el cabrón de pompingan lo habrá reprogramado?

No digo nada todavía... Cada vez detesto más a ese Ventrue.

Villon sonríe y niega con la cabeza.

- Este Emmanuel... No os preocupéis, ya se cansará.

¿Ya se cansará?

-¿Sabe qué es lo que le está haciendo, señor?

- Supongo que jugar un rato con él, torturarle... no le matará, tranquila, habrá hecho algo raro... verás como cuando termine vuelve a estar suave como un guante.

-Y, sin embargo, creía que eso del "recordatorio" era algo de lo que ibamos a tratar hoy, señor.

- Cierto, pero era más bien el recordatorio llevándonoslo al Eliseo ¿no? No dijimos nada de un recordatorio "in situ" - os gritos siguen resonando agonicamente - Vamos, está todo listo ya.

Antón no dice nada, solo cruza una mirada con Curtis.

-Puede ser, señor, pero si por un casual yo hubiera estado cerca de él me hubiera destrozado, porque solo recibe descargas de dolor sin saber que pasa alrededor. No hubiera sido tan raro que me encontrara cerca, siendo él mi perro, ¿no le parece? Además, no estoy yo tan segura de que salga vivo de esto. No hace más que golpearse contra los barrotes y herirse.