¿Puedo caer más bajo? (23/01/10)

Jehova te espera con una sonrisa.

- ¿Preparado?

Soy realista.

-En absoluto... -digo con la cabeza baja-... ¿Por donde empezamos señor?

Rie un poco.

- Bueno, Pompignan no soportar estar sin siervos, y ahora mismo le escasean. Yo que usted empezaría por ahí.

-Sospechará si entro de primeras... Debo pensar en alguna forma de que me deje entrar...

Me paso el pelo por la cabeza.

-... Quizá... hacer algo que diste bastante de lo moral.

//FdI: Y tambien te pasas los dedos por la mano ¿no? xD//

- No me importa, eso es asunto tuyo.

xD, esto es un epic fail, como el chaleco sin mangas o el agua humeda//

-... ¿Quien encabeza la lista de quienes quieren matarle?

- ¿Yo? - ríe un poco - No lo sé, tanto odio es dificil de medir, pero que puedan y se atrevan a intentarlo... pocos. Quizás Alan o Sheila.

Parpadeo. ¿Quien es esa?

-... ¿Quien es Sheila?

- ¿Sheila? una Gangrel. A él no le gustan los gangre y se entusiasmó haciéndoselo saberl.

-...

Tendré que hacerlo.

-... Supongo que iré a recoger mis cosas de casa de Antón antes de empezar con esto.

- Ve. - dice simplemente.

Bajo mi cabeza. No tengo nada más que hablar con él... Trato de salir de allí.

... Volver a casa... por última vez.

Triage te conduce en silencio a la salida, apareciendo de la nada.

... ¿Qué puedo decirle?... Empeoraría las cosas hablando del tema, estoy seguro.

Dejo que me acompañe a la salida... Sólo se lo digo a la salida.

-... Tengo una deuda contigo de por vida... Lo que me pidas, lo haré -lo digo sin mirarle siquiera, con la cabeza gacha.

-... mátale - es lo único que dice antes de desaparecer y dejarte sólo en la calle.

-...

Bajo la cabeza y me voy... pero... necesito algo...

Busco una iglesia.

Encuentras una no muy lejana.

Te hace sobrecogerte un momento, es alta, aunque no muy ancha, y ves la cruz arriba del todo, coronándola.

Observo, a ver si está abierta.

La puerta principal está cerrada, pero hay una lateral abierta, de la que sale una luz.

-...

Me acerco... quiero ver si puedo entrar... necesito la capilla.

Nada te impide entrar.

Entro... y observo a mi alrededor... buscando la capilla.

La capilla está vacía, y es más luminosa que el pasillo, te recibe desde lo lugubre a la calma calidez.

Me siento en primera fila... observo los detalles de la capilla... y me aseguro de que no hay nadie en ella... antes de hablar.

-... No he pisado tu casa desde que tengo memoria... sólo sé que estoy perdido... Todo lo que hago acaba en desastre, los que quiero sufren o mueren. Se aprovechan de mi debilidad, y cuanto más lucho por proteger, más personas mueren por mí...

Cierro los ojos.

-... Me siento en una espiral de dolor, rodeado de oscuridad... todo me dice que me abandone a mi parte más oscura... y lucho con todas mis fuerzas... No sé qué hacer... Sólo quiero salir de este torbellino... y sacar a los que quiero del horror...

Entrelazo los dedos... inclinando la cabeza hacia delante.

-... Sé que fuiste tú... sé que fuiste quien me ayudó en ese momento de debilidad... Pero ahora no se trata de mí... Haga lo que haga acabará mal... Y... no quiero verme obligado a convertirme en un monstruo... destrozando a los que quiero... ni quiero que mueran...

Aprieto los labios...

-¿Cómo puedo arreglarlo?

Oyes un carraspeo, y te das cuenta de que un hombre está subiendo por una escalera lateral, tosiendo un poco, quizás algo enfermo. Es un sacerdote.