Buscando proteccion - 1:00 - 21/11/09

Llego finalmente al inicio de la zona anarquista y alli dejo el coche, desciendo para seguir andando. No quiero que me sigan hasta un punto en concreto, si rastrean el vehiculo podran saber que estoy en la zona, pero ¿se arriesgaran a seguir buscando?.

Poco despues me presento en el bar donde encontre al jefe todas las veces. Sera hora de preguntar su nombre ahora que voy a ser uno mas.

Paul está jugando al billar, pero en cuanto te ve entrar suelta el taco y sale corriendo hacia tí. Parece feliz y su rostro no está tan pálido como ayer.

- ¡Johan! - te saluda, con un abrazo - ¡He ido a DisneyLand!

Le correspondo el abrazo. Parece que lo tratan bien o al menos en principio. Rio ligeramente.

- Si, ¿y que tal?-

Todas mis preocupaciones parecen desaparecer al ver la sonrisa de Paul, he conseguido mejorar su vida, aunque no se por cuanto tiempo.

- He montado en un montón de cosas, y había unos payosos.. y un teatro ¡y coches de choque! - se eja caer en la silla tras el ataque de euforia -. Una pasada, tío.

Esa ultima frase parece muy de los anarquistas, pero bueno, ahora ya estoy yo para controlar que no se vuelva uno de ellos. Tiene que llegar a una meta y para ello necesita ser mas astuto, contemplar las posibilidades. No actuar de la manera irreflexiva con la que suelen hacerlo la mayoria de estos cainitas. Aunque debo remarcar que su jefe es un caso excepcional del que puede aprender algo.

- Me alegro - digo sincero acompañando las palabras con una ligera risa.

Mi mirada busca al jefe, creo que tendre que concretar ciertos aspectos con él.

El resto de los anarquistas presentes sonríen al pequeño, algunos con afecto, otros como si vieran un pequeño reflejo de ellos mismos en su egolatría, otros solo por simpatía. El lider esta allí con los brazos cruzados, y te fijas que te mira a ti, fijamente y con seriedad.

- En un minuto vuelvo eh. Tengo que hablar unas cosas.- le digo a paul, sonriente.

Me acerco al jefe.

- Pensaba que no me ibas a esperar despierto - bromeo.

No se porque esta tan serio.

- ¿Que ha dicho la Toreador? - pregunta sin rodeos, con ese tono grave.

- ¿Exactamente?- pregunto de cierta forma retorica y al ver su gesto continuo - Pues que mas me valia que estuviera alli el niño mañana- me detengo, giro y miro al pequeño - Como no se lo voy a llevar le entrara un berrinche, intentare que se le pase un poco mandandole a ese pintor... pero lo dudo, esa gente no puede tolerar que se desafie de esta forma su... posicion de poder, quedara mal ante los demas... por lo que costara tranquilizarla...-

Joseph podia ser un buen arma en contra de su estricta madre.

- Comprendo - responde cruzándose de brazos, tranquilo, pero al parecer aun algo molesto y taciturno -. Tendras que hallar una forma diplomática de mitigar su furia por el orgullo herido. No es mi campo.

Si era mi campo pero no seria una tarea facil, y aun menos rapida. Aunque se me ocurrian tambien otros metodos menos... diplomaticos.

- Bueno, pero mientras debo asegurarme de que Paul y yo estemos bien. Él parece que ya tiene un sitio, ¿pero yo? ¿puedo ser uno mas?-

Debia unirme a ellos, al menos temporalmente. Pensandolo bien su fin es bastante parecido al mio, aunque con distintos matices.

- ¿Uno más? - se descruza de brazos, pareces haberle conseguido sacar al fin una sonrisa, aunque no sabes si eso es bueno o malo - No, no puedes ser uno más; pero puedes quedarte aquí mientras la Camarilla quiera cortarte el cuello, para luego volver con las orejas gachas y el rabo entre las piernas en el momento en ue te vuelvan a abrir la puerta. A noso... a mí me da igual, siempre que a tu vuelta sepas mantener la boca cerrada

Que equivocado esta.

- No soy uno de ellos, solo quiero la puerta entreabierta para que me dejen jugar... Nuestras metas tienen mas en comun de lo que parece- indico levemente con la mano a él y a mi cuando me refiero a nuestras - Ya que me ofreces vuestra hospitalidad puedes encargarme cualquier tarea, pero... no soy un hombre de asalto... - Aqui todos tendran sus funciones, y yo no iba a ser menos, eso me haria ganarme a sus hombres... y con el tiempo quizas a él tambien.

- ¿Que coño quieres? ¿Un trabajo? Estamos servidos de todo, simplemente buscate la vida y no me crees problemas.

- Eh eh, no te pongas asi. No busco nada, digo si necesitas algo.-

Creo que ya esta todo claro, me deja quedarme aqui y no me pide nada a cambio, al menos de momento...

-Johan ¡le he dado al centro! - dice el crio corriendo hacia ti - ¡Al rojo! ¿Lo ves? - te señala la diana.

Rio ante su euforia

- Muy bien- me acerco yo tambien hacia él - ¿estaras ganando no?- pregunto sonriente, mirando el marcador.

Los anarquistas no parecen alegrarse de tu acercamiento, pero no dicen nada.

- Bueno, no... ¡Pero es que son muy buenos!

- Tienes razón, chico, lo son... Aunque tú tambien eres un campeón.

- Gracias, Alan - choca la mano con él... realmente el líder anarquista podría reventársela del golpe, afortunadamente no es lo que pretende. Luego vuelve a tu lado, cogiéndote la mano, ajeno a las complicaciones que sus caprochos os han creado a todos.

- Con un poco mas de practica seguro que los ganas - lo despeino ligeramente. Ahora ya conocia el nombre del jefe.

Observo a Paul jugar a la diana mientras conversamos de temas varios, dejando que pasen las horas. No tengo nada mas que hacer, solo esperar a los acontecimientos. Tambien me vendria bien conocer los locales de la zona para salir con James, no quiero arriesgarme a salir de terreno anarquista.