Las últimas noches (02/01/10)

Abro los ojos... ¿Donde estoy? Dios, me duele todo...

-Mmmmmffffghh...

*Nadie me oye... Encadenado, amordazado...* miro a mi alrededor *colgado... es el fin...*

apenas puedo ver, debido a la sangre que aun arrolla desde mi cuerpo por mi cara, y gotea en el suelo con un tétrico chapoteo que resuena en la sala...

Pasan un par de horas, en las que te balanceas entre la consciencia y la inconsciencia, hasta que un puerta se oye, y luego unas pisadas que se acercan, y alguien que te quita la mordaza de la boca.

Un chorro de sangre sale a borbotones por mi boca y se estrella contra el suelo, debido a las heridas internas. Una exhalacion ale de mi boca, aunque no necesite aire, necesito sentirme las costillas... apenas puedo articular palabra, y leves silbidos es lo único que puedo articular, acompañado de más sangre. mi pecho y pulmones están destrozados...

Puedes sentir algo afilado, que se apoya en tu cuello, baja por tu pecho y se para en tu ingle, donde da unos suaves golpecitos, leves pincazos que en realizada sabes que, cuando a tu raptor se le antoje, pueden convertirse en punzadas de dolor y mutilación.

*Dios... No...*

a mi mente vuelven imágenes y recuerdos enterrados en lo profundo de mi psique... recuerdos anclados allí desde la Guerra Civil...

-No... por... favor... -apenas puedo hablar... -Otra vez... no...

- No supliques tan pronto... acabamos de empezar - dice una voz que reconoces como la de Melissa.

- Entonces haz... -toso, expulsando un pequeño coágulo- lo que tengas que hacer... -y, no se por qué, sonrío...

- ¿Sonríes? - pregunta, y casi puedes ver una sonrisa igual en su tono.

Entonces notas que la hoja del cuchillo se mete en tu boca, cortando primero una comisura y luego otra. Eso no duele demasiado, nada que no puedas soportar. Lo peor vienen cuando de un codazo seco hacia abajo te desencaja la mandíbula, que queda a penas colgando de un musculo semicortado.

El grito retumba por toda la habitacion, y mi alma se desgarra tan bruscamente como mi mandibula... poco a poco, mi mente se va apagando, siento que no quiere seguir en este mundo...

recuerdo a Angel...

apenas puedo emitir unos gorgoteos de dolor...

- No, no, no, no, no. No tan rápido...

Sientes que levanta de nuevo tu mandíbula, colocándola, y sobre tu boca deja caer algo de sangre, seguramente suficiente como para que te sanes eso, y nada más.

Siento como mi mandíbula se recompone de nuevo.

-es... irónico... que el destino haya vuelto a por mi... apenas sale un hilo de voz de mi boca -aunque esta vez sea otra mano...

- Supongo que no me extraña. La gentuza acaba siempre en el mismo sitio, y en las mismas circunstancias... ¿Por dónde te parece seguir?

Las imágenes vienen a mi mente tan reales como mis fantasmas... Le veo... ante mi... ya no es ella... pero ahora tiene nombre...

-Pompignan... levanto la cabeza hacia él -nunca te lo diré...

- ¿Pompignan? - pregunta - Estás delirando...

Te golpéa, pero luego te da algo de sangre para que recuperes la consciencia.

La imagen se esfuma de mi mente de nuevo, y mi cabeza cae pesadamente, colgado de mi cuello.

- Acaba... de una vez... -mis ojos enrojecen, y pequeñas gotas de sangre caen al suelo -acaba lo que él tendria que haber atajado...

- Pensaba que eras un tipo más duro - dice dándote unas palmaditas en la cara. Al menos, no te está destripando -. Pareces evocar muchos recuerdos. ¿Quién te cogió antes que yo? ¿Tzimisces? ¿Cazadores?

-Pompignan... -escupo otro coágulo al suelo. -durante... la guerra...

De nuevo los recuerdos... el sonido de las tijeras cortando mis entrañas... el olor a sangre seca... el tacto frío de las cuchillas... y esa voz... "¿donde están los otros?" me dice... Miro a los ojos a ese cerdo...

-Nunca te diré donde están, mulo... (en castellano)

- ¿Guerra? ¿Qué guerra? - pregunta, pero te ve demasiado ido, asíque te da una descarga con un taser - Habla rom ¿Qué guerra?

La corriente eléctrica taladra mi cuerpo como mantequilla, y por un momento noto mi corazon latir arrítimicamente. Mis ojos se han abierto bajo la venda, pero mi visión vuelve a nublarse poco a poco.

Antes de desmayarme de nuevo, apenas puedo balbucear unas palabras:

-la guerra civil... españa...

Una nueva descarga, algo más fuerte, te despierta de nuevo. Luego notas que las cadenas que te sujetan desde arriba te liberan, y caes a plomo al suelo.

Caigo a peso muerto, y ni siquiera hago ademán de levantarme, no tengo fuerza en los brazos... Me quedo tendido en el suelo. Algo más despejado, ahora puedo intentar hablar...

- Que quieres saber... -digo, con voz ronca.

- Lo primero que quiero, es que realmente lamentes haberte atrevido a venir a por mi. La información... ya vendrá después, si viene - responde.

Recibes una patada en las cotillas, tu espalda choca contra la pared.

- Pues creo que morir en unos días hubiera sido mejor elección ¿No te parece?

- El destino lo quiso así. Siento haberte subestimado, pero no se me presentó otra opción.