Un nuevo rumbo (24/12/09)

Cabal y pragmático... dentro de los límites de la camarilla y la mascarada...

-... Eso suena mejor... *aunque no mucho mejor*

Él se queda en silencio, mirando el fuego.

- No se trata de engañarme a mí para que siga protegiéndote, se trata de hacerlo por ti, y por los que quieres.

- Pues deja de buscar excusas, y hazlo - dice Antón.

En ese momento suena el teléfono, y al minuto un ghoul se acerca.

- Mi señor, os llama la señorita Melissa.

¿Melissa?

Me quedo expentante, esperando a ver que pasa.

- ¿Diga? - dice Antón pegando el auricular a su oído, pero en seguida lo separa, alzando las cejas. Pues oír en murmullos la voz de Melissa, gritando, al otro lado - Si te calmas, querida... No, yo no... Puede ser, pero... - suspira y te pasa el teléfono.

Alzo una ceja... cojo el teléfono.

-... ¿Sí?

- ¿MILLER? MUÉVETE HASTA AQUÍ AHORA MISMO, MALDITO DESPOJO

-¿Qué ha pasado? -pregunto estremeciendome. Es la primera vez que la oigo así...

- ¡VEN AQUÍ AHORA MISMO O TE JURO POR CAÍN QUE OS ANIQUILO A TODOS! - dice antes de que escuches el tono de llamada cortada.

- ¿Y bien? - pregunta Antón.

-... "ven aquí ahora mismo o te juro por caín que os aniquilo a todos." Esas han sido sus palabras.

Melissa nunca va en broma.

-Será mejor que vaya.

- Te acompañaré... por si se siente demasiado literal. - dice levantándose.

Es libre de ir a donde le plazca. No me apetece discutir.

-Vamos -digo, dirigiéndome al coche.

Tras estar un tiempo que considero oportuno, decido bajar. Hay que aclarar ciertas cosas...

Te percatas de que todo está bastante silencioso. No hay nadie en el salón.

¿Pero qué...? Busco a un ghoul para preguntarle si sabe donde está Curtis... esta casa es enorme...

- El señor Miller y el amo han salido, señorita Berenice - te responde uno de ellos.

Porras. Entonces me doy cuenta de algo. Es la primera vez que tengo plena..."libertad" para decidir... Sin embargo aún tengo mis dudas sobre ir al Louvre hoy. Además, sin siquiera coche no me atrevo a andar por ahí sola. Hay una loca aficionada a la tortura que quiere mi cabeza, no es seguro. Y tampoco sé como comunicarme con Basile... Y lo peor es que quería arreglar el asunto de Ronald. Le doy las gracias por la información y me dirijo al sótano.

Roland siguee estacado en una de las jaulas.

Mierda...

-Ronald, lo siento muchísimo, pero esto me está llevando más de lo que esperaba. Y me gustaría sacarte con la seguridad de que no te matarán en cuanto lo haga.-Me paso una mano por el pelo.- Por otra parte, necesito también la seguridad de que no harás ninguna tontería que nos ponga a los dos en peligro.-Digo, recordando a Kéven.- Cosa que me obligará a ponerme seria. Pero si todo sale bien, no tendrá por qué pasarte nada malo.

Otra vez intento hablar con palabras tranquilizadoras... pero sé que no debería pasarme la noche aquí. Hay que moverse. Si no estuviera tan confusa por el rumbo que han tomado las cosas...
Al final decido subir. Busco a Raúl... sospecho que es el que mejor se lleva con Curtis... o eso me pareció. Voy a ver si averiguo la forma de ponerme en contacto con Basile.

Raúl te atiende enseguida al darse cuenta de que le buscas.

- ¿Deseaba, señorita?

-Sí, verá... me gustaría ponerme en contacto con el señor Basile, ¿sabe como podría hacerlo? No tengo ni número de télefono ni nada.

- Por supuesto, ahora mismo le marco el número - dice yendo a por el teléfono.

-Se lo agradezco de veras.

- ¿Sí? - pregunta Basile al otro lado.