Sin resultados de nuevo (10/12/09)

Llego a casa de Antón despues de un rato conduciendo. De un humor realmentente malo.

*De nuevo con las putas manos vacias*

Antón ha pedido que se deje abierta la puerta de la sala de música, y una melodía triste pero emotiva reververa en la casa cuando entras.

... ¿Y por qué coño tengo que formar un grupo? No tengo ninguna necesidad de pelear de nuevo contra el sabbat. Ya lo harían otros por mí, ¿no?

Detestaba perder el tiempo para acabar sin resultados. Camino hacia el salón, por tal de no estar ahora cerca de Emile y preocuparla.

Antón te mira e inmediatamente frunce el ceño, parece que eres transpparente para él.

- ¿Qué ocurre, chiquillo?

-He perdido el tiempo -digo, dejando el abrigo a un lado-... Y lo que no se es para qué. No me hace ninguna falta tener que rescatar perros en las calles para darles hogar. Ni siquiera lo quieren.

- Eres impaciente, te rindes muy pronto... de todas formas creo que no entiendes el juego, no vas a darle hogar a esos perros sarnosos, vas a usarlos de carnaza y pelea para cazar. Dime ¿Qué ha pasado?

No quería tampoco pagarlo con Antón.

-Yo no necesito carne de cañón para eso... Es más, ¿Por qué debería inmiscuirme en esta guerra?

Cierro los ojos... apoyándome en el antebrazo del sillón... Inspiro y expiro lentamente, aunque no me haga falta.

-... Me encontre a una vampiresa con un gato... muda al parecer. No dijo una palabra. Traté de hablar educadamente... incluso podía notar su miedo... pero no dijo nada.

Aprieto los dientes.

-Traté de dominar su mente para que me lo contara, pero ella ni se inmutó... por que su sangre era más fuerte que la mía... Y si alguien así me tiene miedo porque no me conoce, ¿cómo voy a ser un lider?

- Con mano de hierro - mira su reloj - ¿Crees que podrías volver a encontrarla en media hora?

-Lo dudo... pero...

Mis dedos se engarfian en el reposabrazos. No llegan a dañarlo.

-... ¿Cómo voy a tener cualidades de lider si ni siquiera soy más fuerte que la gente que pretendo comandar?... y resulta que son desheredados, sin sire ni experiencia, cuando pretendo enfrentarme a gente organizada y poderosa como esos putos tzimizces...

Mis colmillos se alargan, por la rabia de mi impotencia.

-... Es como enfrentarme a perdigones con un tren de mercancias, como ponerme delante de putos titanes.

- Ellos sólo son la distracción, el entretenimiento a despedazar, pero Basile y yo estaremos contigo, y lucharemos juntos - dice, luego habla con seriedad -. Vamos, chiquillo, levanta de ahí y deja de lamentarte, eres fuerte, más que ellos, y que los Sabbat, no te comportes como un chico perdido y sin apoyo. Yo estoy contigo.

-No es eso, Padre -digo de pronto, mirándole-... Yo no necesito carne de usar y tirar. Quiero hombres preparados, ¿pero cómo puedo tenerlos si quien no está preparado soy yo?

- Enseñar es la mejor forma de aprender... y tu has sido un sabbat, sabes cómo vencerles.

¿Y por qué querría vencerles?

-... De qué me sirve despertar mi pasado de asesino de la mafia si no consigo convencer a una muchacha muda con palabras?

Anton resopla.

- Esta bien, chiquillo ¡como quieras! No voy a discutir contigo, ¡haz lo que te parezca! - responde, hoscamente.

Cierro los ojos... otra pelea con él no...

-Creia que era yo el que se rendía pronto.

No te responde... has tenido bastante conversacion unilateral por esta noche.

Joder... y es cierto... me rindo demasiado pronto, ¿pero qué me pasa?

-... Lo siento... No sé que me pasa últimamente... pero me da la sensación de que no consigo hacer nada a derechas... y es frustrante.

- Date tiempo, chiquillo, estás jugando en un terreno nuevo - dice en tono comprensivo, rápidamente olvidado el enfado.

-... Está bien... -suspiro-... Supongo que solo necesito un descanso y un poco de suerte, nada más.

Escucho la música de Emile...

-Suena bien... aunque un poco triste.

- Le encanta esa pieza, se la he oido muchas veces en conciertos pasados - responde.

Sonrio un poco, por tal de alegrar un poco la cara.

-¿Recomendación personal?

- De ella, no mía - responde, sonriendo también - No ha salido de esa sala en toda la noche...

-Iré a hacerle una visita... Hasta los genios necesitan descansar alguna vez... -le digo, caminando hacia la sala de música.

Emile está tocando, concentrada, da una larga y última nota. Perfecta.

-Una hermosa música de una hermosa artista -digo, apoyando el hombro en el marco de la puerta, con una sonrisa.

Verla me hace recobrar la confianza.