De nuevo lamiendo heridas (30/11/09)

Emile me despierta como siempre, pero aprecio más esta ocasión que cualquier otra, pues había estado a punto de perderla.

La quemadura ha desaparecido al menos.

-... Buenas noches cariño.

- Buenas noches, mi amor - saluda besándote.

Correspondo al beso. Por una vez parecía que las cosas iban bien, que solo necesitabamos algo de tiempo para que las heridas actuaran. Con el Nosferatu atado en corto, puede que al fin se solucione todo.

-... Bien... Hora de levantarse.

Tal vez Basile haya despertado ya.

-... Será mejor que veamos a Basile. Todavía no estará curado -digo, levantándome.

- Está bien - acepta, suspirando.

Efectivamente Basile está despierto, en la habitación, tratando de ponerse las zapatillas entre quejidos.

Toco a la puerta, aunque esté abierta, y le miro apoyado en una de las jambas.

-Esos tablones te dieron un buen cebollazo en la cabeza -le digo, con una sonrisa-... Menos mal que conseguimos sacarte.

- Sí... no dudes que te lo agradeceré... - dice intentando levatarse, sin conseguirlo - Ahora tengo que ir a matar a alguien...

Me acerco a él, y a punto estoy de poner una mano en su hombro, para que se siente, pero descarto la idea viendo su estado.

-Ahora no estás en condiciones de matar a nadie... Además, ese Nosferatu no volverá a molestarte más.

- No, en cuanto le agarre te aseguro que no volverá a molestar a nadie - te mira - ¿Cómo estás tú?

-Bien... apestando a ceniza, pero bien -digo sonriendo ante su actitud-... El Nosferatu pagará por lo que ha hecho. Le tenemos, está estacado.

- Me alegra ver que estás bien... - dice - La veradd, en el últim momento... dudé que pudieramos salir de allí.

-... Yo también lo dudé. Suerte que llegamos a tiempo... Antón también nos ayudó. Se ha dejado un poco los brazos en ello.

Su aspecto es malo, pero podría ser peor.

-... Voy a tener que comprarte videojuegos para que no te aburras -digo, bromeando-... Recuéstate anda, tienes que curarte. Espero ver pronto tu horrible cara de siempre cuando te quites esas bendas.

- Ja-Ja... Seguro que tenéis bien atado a ese mal bicho ¿verdad? Tengo que ajustrle las cuentas... Si el muy coarde hubiese venido de frente... - te hace caso y se recuesta.

-Tranquilo, te lo dejaré de vez en cuando para que lo vapulees un poco -le digo, sonriendo-... ¿Sabes? Después de lo del almacen se presentó aquí pretendiendo extorsionarnos. Le pegué un tiro en los huevos... Lo bueno de la regeneración es que todo estará en su sitio por si hay que volver a hacerlo.

Basile no parece estar escuchando lo que dices ahora.

- Un momento... ¿Has dicho que Antón se ha quemado? Ostias, debe estar cabreadísmo ¿Cómo pasó?

Basile se te queda mirando, luego sonríe.

- No, en serio ¿cómo pasó?

Frunzo el ceño, pero sigo sonriendo, no estoy molesto.

-No pongas a prueba mi humildad, antorcha humana -digo, riendo un poco-... En serio, fue él quien te sacó de ahí. Ya sabes lo rápido que es.

-... Pero a Antón.. le da pánico el fuego... Más que a cualquiera de nosotros...

- ¿Cómo dices?

Emile da un salto por el susto y se esconde detrás de ti. Basile no sabe qué contestar y agachala cabeza... obivamente ninguno le habíais oído llegar.

- Yo no siento pánico por el fuego.

- No, señor, claro que no... sólo quería decir que no... resulta agradable para... eh... - no sabe bien como arreglarlo.

Hago un gesto con la mano a Basile, para que lo deje.

-Déjalo, no lo arregles más. Con un agradecimiento creo que bastará -le digo. Siento ganas de echarme una mano a la cara. Luego miro a Antón-... ¿Qué tal los brazos?

- Mejor que su cerebro - responde Antón, parece particularmente molesto, más de lo que debería. Tiene ese brillo en los ojos que ya le conoces (al igual que lo conocen sus ghouls) de cuando se vuelve peligrosamente suspicaz. Echa un vistazo a toda la habitación, como buscando sobre lo que atacar... sus ojos caen en Emile -. ¿Qué tal la estancia en las jaulas, ghoul?

Emile agacha la cabeza y se esconde aún más detrás tuyo, agarrándote la mano.

La aferro, dandole confianza.

¿Por qué ese mal humor ahora?

-... ¿Ha pasado algo? -pregunto, extrañado, un poco temeroso.

Él te mira, con desaire.

- Haz que esa maldita ghoul tuya me responda cuando la hablo o terminará en un sitio peor que las jaulas ¿Comprendido? - dice antes de darse la vuelta y salir.

¿Pero qué demonios ha pasado ahora?

-... Emile, quédate con Basile... Tengo que hablar con él.

Salgo de la habitación, y bajo las escaleras, siguiendo a Antón.

Emile te obedece, aunque le cuesta soltar tu mano.

- Lo siento - dice Basile - Ten cuidado ¿vale? Cuando está así...

Encuentras a Antón en el salón, con ambas manos apoyadas en el poyete de la chimenea, quedando inclinado, mirando las llamas, absorto y, no obstante, tenso.

Cierro los ojos...

-... Antón... No tienes que demostrar nada...