De nuevo lamiendo heridas (30/11/09)

- ¿Y bien? - repite, confuso - ¿Qué quieres que te diga? ¿Que me equivoqué? ¿Que lo siento? Desde luego.

Sigue con la cabeza baja (no la ha levantado ni una vez) y una mano sobre el pecho herido.

-Eso no es una respuesta, Frank -le digo, entrecerrando los ojos-... ¿Por qué querías quitarme de en medio?

- A ti no... A Basile... tú solo eras... - traga saliva, como si le costara decirlo - ... un daño colateral.

Era tan ridículo y patético que hasta tenía sentido.

-Una última pregunta, y espero que esta la aciertes, desterrado...

Cojo el cigarro de mi boca.

-¿Contaste a alguien mi secreto?

- Solo a Antón - responde con cierto alivio -. Aunque Pompignan también lo sabe, pero no por mi - añade.

Levanto las cejas.

-Sé que lo sabe Pompignan... ¿Pero cómo sabes que lo sabe él?

Parpadeo.

-Un momento... ¿Pompignan te contó lo que soy?

- No - responde - Por supuesto que no... pero su actitud lo decia todo... soy bueno sabiendo cuando mienten y ocultan. Y ya sabiendo lo que eras no me costo atar cabos.

-... No me extraña en absoluto.

He sido testigo. Su habilidad para camuflarse es muy buena.

-Muy bien. Todo aclarado pues... a menos que tengas algo más que contarme.

- No... - responde - Sólo quiero... quisiera saber, señor, si... realmente reconsideraréis el calvarme una estaca en el pecho, dejarme aquí encerrado hasta mañana y cerrar el vínculo entonces... - te mira con la cabeza baja, escrutando tus movimientos con precaución - ... Os obedeceré igual... como lo he hecho ahora... pero permitid que sea por propia voluntad. No me hagáis esclavo... os lo ruego...

// FdI: Per + Emp //

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-... ¿Me lo ruegas?

Por primera vez, parezco algo tenso.

-Pusiste en peligro la vida de Basile, de Emile y la mía cuando cobraste tus treinta monedas, de nuevo cuando atacaste a Antón dejándonos desprotegidos, una vez más con el numerito del incendio cuando tuvimos que meternos entre las llamas para sacar a Basile, tratas de extorsionarnos... -y esta es la parte que más me cabrea, se refleja en mis ojos enrojecidos-... Y amenazaste con rajar el cuello a mi chica. ¡¿Y tú me ruegas?!

-¿Y por qué debería confiar en tí ahora? Teniendo voluntad propia has demostrado hacia quién eres leal. Traicionas a tu clan por un poco de pasta, traicionas a Antón para volver a tu clan...

Si se cree que va a torearme, se ha equivocado de tio.

-... Tal vez debería acabar con este circo, prenderte fuego y dejar que experimentes el infierno que sufrió Basile.

Frank pasalas manos por su cabeza.

- Lo sé... sé que sería lo justo - casi solloza, desesperado - pero no quiero morir. Seré leal a ti, si me perdonas la vida y la libertad, lo merecmerás, ya lo mereces, por favor....

Frank pasa la mano por los ojos.

- Está bien, está bien - su voz suena un poco asustada, y traga saliva para recuperar el aplomo. Parece, a pesar de todo, agradecido porque le des a elegir -. Me... me quedo con mi libertad.

Me sorprende su reacción.

-¿Estarías dispuesto a morir en vez de perder tu libertad? Si eligieras la vida, podrías ganarte tu libertad sirviendo como esclavo.

Niega con la cabeza.

- No... No otra vez... - respira hondo - sé que... lo harás rápido - dice, aunque suena a petición.

Mi furia se merma, hasta casi desaparecer.

-... Es lo única vez que te he visto actuar como un hombre, y no como un despojo.

Saco la estaca, y se la paso entre los barrotes.

-Clavate eso. Mañana no te daré el tercer trago, pero haremos como que ha sido así. Te ganarás tu libertad sirviendo por voluntad propia, como querías... Pero si te atreves a amenazar de nuevo la vida de Emile, Basile o Antón... me aseguraré de que vivas para siempre. ¿Comprendido?

Aún tiene una mano sobre los ojos, pero recoge la estaca.

- Sí, sí, señor, gracias... gracias... - su voz suena a verdadero agradecimiento, y alivio. Es obvio que tampoco quería morir.

Se pone de rodillas, con la estaca sobre el corazón, y se deja caer con fuerza sobre su brazo, clavándola.

-Chicos... Bajad un momento, por favor -digo, ya en voz alta, para que me escuchen.

Los ghoul acuden de inmediato.

- ¿Qué deseaba?

-Nada, solo asegurarme de que este se estacaba bien y no hacía nada estúpido.

Abro la reja, y compruebo si la estaca está bien clavada.