¿Peticion descabellada? (4/1/10)

- Yo os amaba, no pretendía haceros daño - responde, aunque aún sigue pareciendo algo ido.

-Sigo sin creermelo.- En mis ojos hay dolor.- Te saco del Eliseo y dices que te arrepientes de haberme conocido. Dices que preferias a la otra Berenice y sin embargo no veo que pelees por ella, por recuperarla. Y cuando ella te habla no haces un esfuerzo por comprenderla, sigues aferrandote a algo que realmente no eres tú, simplemente por que te has rendido. Aunque creas que todos nosotros en realidad somos monstruos y quien no se comporte como tal es un hipocrita, si no quieres serlo, si realmente te odiastes cuando sucedió lo de Alice, si realmente prefieres a la Berenice más humana, pelea tú por ser lo que tú quieres ser, no lo que creas que te obliga a ser tú condición. No somos lo que somos por lo que decide una secta, nuestra raza o nuestros padres. Somos lo que somos porque lo decidimos nosotros. Y un verdadero caballero no tortura y mata a los más débiles, les da una mano para protegerles.

Arnold baja la cabeza.

- No... puedo... - se echa a llorar.

¿Arnold?

-¿Lo has intentado?

Se echa a temblar, mientras llora... está roto, destrozado, destruido.

Vuelvo a hacer que levante la mirada y me mire, pero esta vez de manera más suave.

-Yo tampoco he podido proteger a nadie.-En mis ojos está la decisión de cuando protegí a Lucía. De cuando le dije que haría algo por él.- Pero sigo aquí, y tengo dos opciones: seguir intentándolo o hundirme. Berenice no está perdida del todo, pero te necesita a ti. No... a ti no, al Arnold que la protegió. Al Arnold que demostró tener sentimientos. Al Arnold que demostró ser humano.

- Pero... - susurra, como si no quisiera que le escuchasen - Pompignan regresará... se enterará... me atrapará... - tiembla de nuevo - No pue... no pu-puedo...

-Vaya. Me pareció que lo que quería Pompignam es que fueras obediente, no que no fueras humano. No te equivoques... tú lugar en esta casa, en esta ciudad, es bien claro. La redención no es un camino de rosas... al igual que el precio a pagar por tus pecados. Y lo vas a pagar, de la misma manera que yo estoy pagando por los mios. Ahora bien, sigues vivo, lo que quiere decir que tienes una oportunidad. Tú decides que hacer con esa oportunidad, si seguir siendo el monstruo que acabó con todo lo que amaba... o ser aquel que trató de protegerlo con su humanidad. Por supuesto, decidas lo que decidas, tu ciega obediencia no es un punto discutible, ni mucho menos.

Arnold parece planteárselo. Luego asiente.

-Entonces... ¿tengo tú ciega obediencia?

- Por supuesto, señora - responde.

-En ese caso, ¿Lucharás por mí?-Digo haciendo referencia a recuperar a la antigua Berenice. Y también... a lo que se plantee en el futuro.

- Si, señora - asiente con la cabeza.

Voy a mirar su Aura. Veamos si por fin hay algo aparte de miedo...

//Auspex2, pec+emp, 1Fdv//

El miembro 'Berenice' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' : 1, 8, 5, 10

Aunque el miedo está aún presente, la confusión es el sentimiento predominante. Pero al menos, hay algo suyo, algo de su interior, del antiguo Arnold.

Vamos a darle un incentivo... pero antes... vamos a asegurarnos de que no hay nadie o que nadie va a irrumpir en el peor momento...

//Percp+Alert, 1fdv, activo Auspex1//

El miembro 'Berenice' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' : 10, 1, 10, 6, 9

Hay allgún que otro ghoul dando vueltas por arriba, pero nadie a la vista.

Bien. Esto me servirá de prueba. Si dice la verdad... si de alguna manera lo siente, debería ser capaz de controlarse, de luchar verdaderamente contra la bestia... para que no domine lo que es. Para que él decida lo que es, y no ella. Espero que esto salga...

-Vamos a comprobar la veracidad de tus palabras...-digo, con voz fría y severa.- Veamos si de verdad eres tan obediente y de verdad-Mi mano está en su barbilla, y estas últimas palabras salen en un susurro, cuando nuestros labios están cercanos- vas a luchar por mi.-Mi tono se vuelve autoritario.- Controlate. Contente. Toma solo lo que yo te de. Es una orden.

Después, me hago una herida en la lengua y le beso. Dejo que la Vitae se escurra entre mis labios... hacia los suyos.

La primera y breve reacción es de sorpresa, pero es a penas un segundo.

Luego, con cierta timidez, prueba tu sangre, y entonces notas como se emociona ante el sabor de la sangre, y por un momento bebe de tu lengua, con ansia, pero entonces se frena, tratando de mantenerse quieto, sin embargo sólo permanece estoico unos segundos, luego te besa... aunque no parece especialmente interesado en la sangre, que notas que se acumula en vueltras bocas, sin ser ingerida.

Por un momento, me vuelve a recorrer ese sentimiento cálido, esa timidez del primer día. El recuerdo de ese Arnold.... que también parecía timido en ese aspecto... Descubro que soy yo la que tiene que hacer un esfuerzo para no devolverle ese beso... cuando empieza ignorar la sangre no puedo evitarlo... Pero en seguida recuerdo... Tengo que hacer mi papel de señora. Me separo de él, tragando la sangre que se me haya quedado en la boca. Miro sus ojos... preguntándome que hay ahora en ellos.

Por un momento, vuelves a ver a Arnold, pero rápidamente desaparece, sus ojos se velan de nuevo contemplando la realidad y baja la vista, volviendo a su estado anterior.

Arnold... aunque sea siendo tu señora, te sacaré de ahí, de ese rincón de tu mente donde te ha metido Pompignam. Y ahora sé que puedo sacarte. No sólo al Arnold que conocí... sino al Arnold que eras antes de que la noche te tragara por completo.

Noto como se me escurre un poco de sangre de los labios, que se me ha escapado al separarnos. La recojo con el dedo, con cuidado, y le obligo a levantar el rostro, con la otra mano. Le pongo el dedo en los labios.

-Te dije que no desperdiciaras ni una gota.-susurro.

Él abre los labios, lo justo para que la gota se meta en su boca, y vuelve a cerrarlos, como en un beso.