Bienvenida a casa 05/01/10

Llegamos a casa, mientras Curtis está atrás con Claire y yo sigo dándole vueltas a las cosas. "Tú amo y señor" Cuanto desprecio hay en esas palabras... el mismo desprecio que antaño hubiera usado yo. Me pregunto por qué me tortura tanto eso ahora. Ojala pudiera hablar con Lucía. La necesito... más que la sangre que me alimenta. La echo tanto de menos... lo que daría por oir un consejo suyo. Aparco y salgo del coche, y le devuelvo a curtis las llaves cuando sale.

Claire sale contigo, agarrada a tu pecho, con esa mirada perdida y vacía.

Joder, si que está asustada.

-Tranquila, cielo, ya estás en casa.-Miro a Curtis.- Vamos, seguro que Antón la está esperando impaciente. Espero que pueda hacer algo por ella.

Asiento.

Vamos al interior, con cuidado, la llevo al salón.

-... Ya está todo bien -digo, tratando de tranquilizarla de camino.

Les sigo.

Antón se acerca a Claire y, tal como pasó antes con Curtis y Alan, Claire pasa a manos de Antón. Él la abraza, con una dulzura destacable en él.

- Ya estás en casa....

Les miro, con una sonrisa, y observo la reacción de Claire. A lo mejor ahora sale de ese ensimismamiento...

Siento que esta situación se me va de las manos... Tengo que tranquilizarme y pensar. Voy y cojo un poco de sangre y me sirvo una copa, en silencio... Doy un trago en silencio.

La proxima noche es importante... Tengo que pensar cómo solucionar esto, y deprisa.

- ¿Todo ha ido bien? - preguta Antón.

-... Sí... no hubo más problemas.

Trago de nuevo. Con los ojos cerrados y la cabeza baja, suspiro.

-Salvo el que tenemos con Alan.

Espero a oir la respuesta de Antón. Alan no pretende nada malo con claire, y por otra parte no me gustaría verle enfadado... y menos a los dos a la vez, que el asunto puede tener tela y mucha.

- No le quiero en mi casa - es su respuesta - Pero abusará de la promesa que le hice cuando supliqué por tu vida.

Levanto la ceja, sorprendida, al oir lo de que suplicó por su vida.

-¿Cuándo...?-miro un momento a Curtis, con la pregunta en los ojos. Pero no es momento. Vuelvo hacia Antón.- No tiene por qué ser en esta casa. Logré convencerle de que se hiciera en otro sitio, en el que usted dijera...

-Alan no va a sacar favores. Ambos lados hemos tenido los nuestros.

Y nuestros roces también.

-Si puede ser en el viejo refugio de mis hombres, no tendría que pisar tu casa.

Os mira a ambos, luego a Claire.

- ¿Quieres volver a ver a ese anarquista estúpido?

Su tono hace que ella se encoja un poco, pero asiente.

- ¿No lo dirás sólo para evitar el conflicto?

Ella niega con la cabeza, recogiendose nuevamente en su pecho. Él la mira fijamente durante un rato, luego frunce el ceño. Parece algo enfadado.

- Como quieras... Está bien.

También soy todo un lince. Debería haberles dado más margen para que pudiesen relajarse, no soltarlo de golpe nada más llegar. ¿No puedo dar una a derechas esta noche o qué coño pasa?

Joder... ¿cómo puede acabar tan mal una noche tan bonita? Me gustaría aporrear algo.

Doy otro trago más, terminándola, y dejo la copa en la mesa.

-... Tal vez necesitéis... un momento a solas, para hablar.

Menos mal... realmente creo que le puede sentar bien a Claire relacionarse con más gente aparte de los de esta casa. Necesita aprender a relacionarse con el mundo. Aunque estemos siempre ahí para ella, necesita salir de ese estado de retraimiento. Sin embargo prefiero no decir nada, que el tono que ha usado...

-Cierto, llevan mucho tiempo sin poder estar a solas. Dejemosles, Curtis.

¿Por qué tengo la sensación de que he vuelto a perder?

En silencio, empiezo a caminar hacia la puerta del salón, con intención de salir, y quedarme en el pasillo.

Yo también salgo tras Curtis. Cuando estamos lo suficientemente lejos del salón, le pregunto:

-¿Por qué tuvo que suplicar Antón por tu vida? ¿Estabas con los anarquistas cuando te llamé?

Como si ahora estuviese para un interrogatorio.

-Hice una estupidez, no hay mucho que decir al respecto.

Mantengo la cabeza baja y los ojos cerrados. No puedo hacer una a derechas, soy patético.

-Nada, es solo... no sé, Alan no me parece la clase de persona que se carga a alguien por hablar demasiado... Oye-le pongo una mano en el hombro.- No me lo digas si no quieres, pero haz el favor de dejar de decir que solo haces estupideces. Desde que te conozco de vez en cuando sueltas algo de eso. Yo no creo que solo hagas estupideces, haces cosas buenas, de verdad. Solo que... a veces es difícil saber como hacer lo correcto.-digo esto último bajando la mirada, recordando las palabras de Lucía. Vuelvo a subirla.- Además, humanos o no es la única manera que hay de aprender. Caerse y levantarse, así que no te preocupes tanto.

-... Tal vez tengas razón... Pero estoy cansado de caerme.

Quebrantar la mascarada... son palabras mayores. Si se llega a saber estoy muerto, y todos los cercanos a mí también. Es mejor que no lo sepa, ya que va a estar pronto con el principe.

-Todas las noches me digo que debo ser fuerte por los que están cerca de mí y no lo son, y para que nada me pueda afectar. Hay noches que eso me motiva, y otras pierdo toda la confianza.

Me gustaría saber si mi propia presencia puede cambiar las cosas en algo por una vez, y para bien.

-¿Qué te dices a ti misma para poder continuar?

-Qué me digo...-me quedo un momento en silencio, pensativa.- Ahora mismo no estoy muy segura. En retrospectiva, permanecía viva y activa porque, bueno, quería pensar que no había nadie absolutamente innecesario en este mundo, o lo suficientemente dañino como para ser asesinado incluso antes de tener la oportunidad de hacer nada... ya sea bueno o malo. Necesitaba demostrarme a mi misma desde que tengo memoria que mi nacimiento no fue un error, que podía hacer algo bueno, aunque solo pudiera ser por los que eran más cercanos a mi.-una sombra fugaz de tristeza y dolor pasa por mis ojos.- Este mundo... por mucho que se diga, está bastante podrido, ¿sabes? Nosotros, los que solo podemos caminar de noche y que no estamos realmente vivo somos los llamados monstruos, pero yo he visto hasta que punto puede degradarse un ser humano, y nosotros antes de ser lo que somos, también fuimos humanos. Es como si lo que fuimos se exagerara y se retorciera, pero... los humanos tampoco son santos. Si sigo adelante es porque pienso que, pese a todo lo malo que hay, si escarbas un poco encontraras algo bueno. No será muy grande, tal vez nada en comparación con el mal que nos rodea. Pero ya hay tanto dolor, odio y sufrimiento, que creo que es necesario que haya alguien ahí para defender ese pequeño milagro. Por eso yo prefiero salvar a condenar... si hay algo mínimamente bueno en algo o en alguien... ¿no merece la pena pelear por ello? Somos capaces de pelear por cosas muy ruines, a su vez eso hace que otras personas peleen por cosas ruines... La única manera de cortar esa cadena es que alguien pelee por lo contrario. Cuando pienso en el Rave, quiero creer que ahora podría hacer algo, porque se supone que nosotros somos más poderosos que los humanos, ¿no? O al menos podemos hacer cosas que ellos no pueden. Algo que me decía Lucía... si no son las primeras palabras que recuerdo, deben de andarse cerca... es que mientras sigamos vivos, mañana habrá otra oportunidad. Así que, hasta que no esté muerta la partida no ha acabado, y si voy a luchar será por lo que yo decida. No lucharé en nombre del odio porque eso solo hace que cualquier bien que se pueda lograr a la larga caiga en el olvido. Si intento entender porque la gente hace lo que hace, es porque hay pocas personas que intenten entender lo que realmente sucede, y por lo tanto pocas personas que puedan ver si realmente una persona es malvada o solo esté acorralada por sus propios demonios. A fin de cuentas, me hubiese gustado que alguien mirara un poco más allá cuando estaba con la banda y que se dieran cuenta de que realmente no era un monstruo.-suspiro.- Supongo que te estoy liando... pero no has elegido buen momento para preguntarme. Desde que llegué a París se me ha tambaleado todo, y me he dado cuenta de que no he sido capaz de superar mi pasado. Y Lucía no está aquí conmigo, la cosa es difícil... Sin embargo, creo que merece la pena continuar porque tengo una oportunidad que no todo el mundo tiene, porque no estoy sola, porque tengo algo por lo que luchar y que, por primera vez en mucho tiempo, siento que estoy haciendo lo correcto. No sé si es la respuesta que buscas, pero estoy segura de que lo entenderás si piensas que, tras lo que a ti te puede parecer una derrota vuelves a brazos de Emile, y te das cuenta de que en realidad, no estas haciendo las cosas tan mal.

Cada vez que oigo el nombre de Lucía, siento que algo me desgarra por dentro. Conforme habla, me noto más cansado. Lo único que me reconforta de todo su discurso es cuando menciona a Emile.

Tengo que seguir adelante por Emile...

-... Supongo que ves las cosas más claras que yo.