Bienvenida a casa 05/01/10

-Bueno, aunque no lo parezca tengo unos añitos más que tú y gracias a mi padre tuve demasiado tiempo para pensar.-digo con media sonrisa. Luego vuelvo a la seriedad.-Pero no... no creo que las tenga más claras. Tú ahora mismo tienes una meta bastante clara: lograr tu sitio en París por tu bien y el de aquellos que te rodean. Yo no estoy segura. He aceptado que el mundo es un lugar cruel, y pese a eso he decidido que quiero proteger y tratar de sacar a la luz lo poco bueno que haya. Si te das cuenta, es algo bastante abstracto. Si te soy sincera, creo que el único que tiene las cosas verdaderamente claras en esta casa es Basile.

-Basile... -repito para mí... estoy de acuerdo en eso.

Me tomo unos segundos de silencio para pensar...

-Está bien... -la miro unos instantes, sonriendo un poco-... Mañana iré a hablar con el Burgomaestre, así estaré un paso más cerca de lograr mi lugar en parís y tú de iluminar el mundo.

Iluminar... lo dudo mucho.

-Vaya.-rio un poco.-Creo recordar que la noche que nos conocimos mencionaste algo sobre que no tenías ningún talento artistico... y resulta que nos has salido poeta.-Vuelvo a la seriedad.- Oye... ¿decias en serio lo de darme un trabajo?

Un trabajo... son palabras mayores, yo ni siquiera tengo uno.

-Sí... Si consigo un lugar para darte trabajo claro... -digo, sonriendo a medias.

Será mejor que aun no le comente nada de mis problemas con mi trabajo actual... no quiero que vaya a sentirse presionado.

-La verdad es que lo del bar cultural es una idea estupenda, ¿como se te ha ocurrido?

Paso de colgarme las flores...

-Muy fácil... fue idea de Emile.

No puedo evitar una media sonrisa. Nos llamaran el sexo débil, pero es necesario una mujer cerca para que los hombres se centren y no hagan tonterías. Qué recuerdos...

-Pues bravo por ella. La verdad es que cuando tenga un momento me gustaría hablar con ella. No empezamos con buen pie, y en el fondo nos preocupaba lo mismo. No me gustaría que la cosa acabara así.

-Eso tendrás que decirselo a ella... no tengo ganas precisamente ahora de hacer de dómitor...

Todo esto es una jodida migraña. Miro un instante a la puerta del salón que está lejos... luego miro al auditorio, el ultimo sitio donde la vi.

-No es rencorosa... o al menos no lo es conmigo.

-No quiero que la obligues a que hable conmigo, si no que la preguntes cuando la viene bien. Ni siquiera he pensado en lo de domitor... te recuerdo que solo he tenido un ghoul y no la trataba así. Hermanito, está bien que tires de frente, pero es mejor que empieces a mirar a los lados. Te la vas a terminar pegando si no...-me callo. ups. Lo de hermanito me ha salido solo, y casi ha sonado como si estuviera dando una cariñosa regañina. Me preocupa mucho que Curtis no vea los matices y que por ello malinterprete las situaciones. La torta que le pegué aquella vez fue por algo...

Cierro los ojos.

-No he dicho que vaya a obligarla... sólo que deberías hablar con ella.

-Y eso quiero hacer.-Joder, esto parece una conversación de besugos sordos, ¿es que tengo que ser tan explicita?.- Pero... ¿no suele estar bastante ocupada contigo?-digo con media sonrisa pícara.- Por otra parte, también debe de pasarse la mitad del tiempo ensayando. Sin embargo, si ahora puede por mi perfecto.

Y luego si hablo de experiencias de cama se enfada.

-De todas formas voy a ir a ver cómo está. Si quieres acompañarme...

-Mejor no. Seguro que te está esperando y querrá verte a ti, no a mi. Además, si quiero que le preguntes cuando le viene bien, no es ni para que hagas de domitor ni de recadero, sino para que vea que tomo en consideración su tiempo y que no quiero obligarla a nada. Y-me rasco ligeramente la nariz, un poco incómoda.- si he tenido que ser un poco explicita... Curtis, hay que ser muy directo contigo. Por eso digo que no solo mires al frente, sino también a los lados.-Bajo la mano.- Lamento si te molesta en algún momento mi actitud, pero estoy preocupada.

-... No importa... -digo, metiendo mis manos en mis bolsillos, y empiezo a caminar al auditorio-... Ninguno está para tirar cohetes últimamente.

-Ya, pero...-carraspeo un poco.- En serio te estoy empezando a ver como un hermano... y... bueno, mi preocupación va por ahí.

Me detengo, pero no me doy la vuelta.

-... Somos familia después de todo... ¿no?

-Si.-Digo con una sonrisa, entre triste y nostalgica.- Sí, lo somos. Bueno. Me voy a mi cuarto, no queda demasiado para el amanener...-Miro mi reloj.- Una hora más o menos...En fin, mañana nos vemos.-Subo a mi habitación.

...

-Si quieres que vaya... pero no sé si es buena idea. No tengo ni idea de negocios, y se suponía que mañana debia haber ido con el príncipe de no cambiar la fecha... Y necesito arreglar unas cosas aquí. Por otra parte, no creo yo que sea de buena educación presentarme si no he sido invitada. Aunque mira. Si a Emile no le viene mal, podría hablar con ella en ese ratito. De todas formas, que sepas que si lo que necesitas es respaldo financiero, yo estoy dispuesta a invertir. Aunque no lo parezca, mi trabajo actual me da para vivir bastante bien...

-Tranquila, sólo lo dije por si te apetecía -digo, riendo un poco-... Buenos días, Berenice.

Voy al auditorio.

Ahora si subo a la habitación.

El "niño" está en la habitación, caminando de un lado a otro, aprendiendo a estabilizarse por completo. Incluso dando algún saltito, agarrado a los muebles.

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Emile ya no está allí.

Voy al dormitorio, espero que esté allí.

-Ya he vuelto.-digo entrando y cerrando la puerta.-¿Cómo lo llevas?

- Mejor... ahora llego a más sitios - lanza una sonrisa infantil.

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- Hola, cielo - saluda Emile desde la cama, parece lista para domir.