¿Arreglando las cosas? - 1:30 - 6/01/10

Llegue finalmente a la discoteca donde habita Josephine. Aparque con dificultades, es capaz de llenar demasiado este local. Me acerque a la puerta pasando de largo de toda la cola. *¿Debería pensar en regalarle algo para que olvide mis faltas?*... Todo dependerá de como este de enojada.

- Johan Dur- digo mi nombre al portero esperando que me deje pasar.

Él te permite el paso, parece que al menos no le han dicho que no te dejen pasar.

Algo es algo, voy a los siguientes puntos de control a ver si siguen dándome paso libre o ponen pegas. Josephine solo quiere llamar un poco la atención...

No hay problemas, puedes subir al cuarto privado, donde todos observan el nuevo cuadro del ghoul de Josephine.

Me acerco con lentitud observando el cuadro y a Josehine, dedicándole una reverencia clásica en cuanto me vea.

Ella te mira, y se gira, con gesto agraviado.

Me aproximo por detrás a Josephine hasta quedar justo a su espalda.

- Hermoso cuadro...- digo casi en un susurro al lado de su oreja - ... pero es fácilmente eclipsado por tu belleza...- una de mis manos recorre delicadamente su brazo buscando la suya.

Ella rechaza el contacto, airada.

- No me venga con zalamerias ahora, señor Dur - dice, también en voz baja.

La gente alrededor comenta la belleza del cuadro.

- Solo pretendía besar su mano, como viene siendo costumbre en nuestros saludos - coloco mi mano a petición de la suya, aunque no creo que acceda. - Le ha sacado mucho brillo a su discípulo-

Contemplo la obra, fingiendo estar embaucado por ella.

No te deja besarla.

- Aún voy a sacar mucho más de él - dice escuetamente.

- Estoy seguro de ello -

Sigo contemplando la obra, dejando un tiempo largo de silencio.

- Voy a hacerte caso, intentare apadrinar a un artista... ¿que me recomiendas? - la miro - ¿un músico? ¿un escultor?...- barajaba las distintas posibilidades, aunque sin mencionar la pintura. Es su preferida, puede que me pida que busque a un pintor para su disfrute o que deje el campo libre para que la atención sea toda de su protegido cuando llegue el momento, lo dejaré de su mano.

- Un músico estaría bien... vamos, haz lo que quieras - dice, continuando con el enfado - Como siempre.

- Pues empezare a buscar uno - me aproximo ligeramente a ella - aunque... yo no tengo ni idea de como pulirlo...- digo casi para mi. Pero mi intención es que entre al trapo, seguro que esta deseosa de que siga el camino que ella me marque y este es un punto donde lo puede conseguir...

- Desde luego que no sabrías, se necesita perseverancia, disciplina, buen gusto... nada de lo que dispongas.

- ¿Y qué derecho tienes tú a pedir mi ayuda?

- ¿Yo?, no puedo, por eso aun no lo he hecho... - me muevo por terreno peligroso.

Ella levanta la cabeza, con altanería, pero con una breve sonrisa de satisfacción, dada tu aparente aceptación de quién está por encima de quién.

Su leve sonrisa me indica que voy por buen camino.

- De todas formas cuando encuentre al candidato adecuado para el puesto te lo presentare, querría al menos que le dieras el visto bueno - me mostré aun mas bajo su "tutela".

No se gira para mirarte, pero su voz te indica que sonríe de nuevo, más relajada.

- No mereces que te preste mi tiempo pero... siempre hago tiempo para nuevas promesas.

- Haré que valga la pena - Hablo como si quisiera complacerla y espero una respuesta hiriente por su parte, aunque ya empieza a ablandarse.

- Me sorprendería mucho que tubieras las capacidades necesarias para saber ver dónde reside el verdadero arte.

Río ligeramente.

- Si, yo también- ya me había excusado ante ella por mi falta de cultura artística, la verdad es que soy un "toreador" muy peculiar... - Pero quien sabe, igual nos sorprendo... -

- ¿Tienes algo en mente ya? - pregunta, movida por la curiosidad.