Intentando avanzar 21/01/10

Esta vez, en mi pesadilla estoy abrazando a Elliot cuando parecía un niño en un páramo helado tratando de protegerle del frío. Este cala los huesos y no dejo de oir los gritos de los muertos en mi cabeza. Nadie viene a ayudarme, y aunque llamo a Villón él no aparece, y noto merodear a otros, no tan amables, que me buscan y tratan de acabar conmigo. Es cuestión de tiempo. Tic, tac.

//Fdv//

El miembro 'Berenice' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'd10' : 5, 4, 5, 4, 3, 3, 3

//FdI: Fallas, rolealo//

Cuando me despierto parece que el frío se me ha instalado dentro. Tiemblo ligeramente, sintiendo esa sensación de desazón y desamparo. Yo sola, siendo la única barrera para este niño, con depredadores acechando y estando perdida si me encuentran. Recuerdo, una vez más, esa sensación que me embargó en el Rave, cuando todo por lo que luché se esfumó como humo al viento, cuando descubrí que había monstruos peores que yo. Hay gente que me quiere ayudar... pero están lejos, y he perdido a algunos de ellos. Y la misma persona que dijo que no me abandonaría es la que hace que me sienta tan sola. Me ha proporcionado una casa y me ha evitado un castigo, pero una vez más me encuentro esperando... y no lo soporto. No soporto esta incentidumbre. Y si al menos estuvieran aquí Arnold y Pitt bull podría hacer esta casa algo más segura, y Elliot lo estaría, y podría compartir la responsabilidad de educarlo y cuidarlo... es mucho, y yo soy tan poca cosa... Y encima, para terminar, soy una extranjera, tanto en el país como en la Camarilla. Con suerte me consideraran la puta del príncipe. Me estremezco de solo pensarlo. Se supone que voy a vivir aquí y entre ellos, pero más que verlos como aliados los veo como peligros potenciales, sobre todo con Pompignam llevando la voz cantante. Conozco las tradiciones, conozco la etiqueta, ¿pero cómo voy a integrarme? "Contaba con Villón y con Antón para aprender e integrarme, para aprender lo que mi padre no me enseñó, para aprender más sobre mi condición. Uno ya no puede por motivos obvios y el otro..." Se me escapa un sollozo al pensar en ambos. Uno por su muerte, sino reciente sí próxima. Y otro... otro porque no sé como está, no sé si habrá dejado de quererme, no sé si estará bien... no sé si ya se habrá marchado para siempre.

Me giro hacia Elliot, lo abrazo apoyando su cabeza en mi pecho, y no puedo evitar empezar a llorar bajito, intentando controlarme y que no me oiga. Lo hago tratando de darle seguridad... queriendo darle más seguridad de la que puedo o tratando de sentirme más segura yo misma, no sé. Ahora mismo él es el único que está a mi lado. Por un motivo o por otro, ahora él es el único que está a mi lado.

El niño se vuelve, aún dormido, hacia ti, acurrucándose, buscando inconscientemente la seguridad.

Le dejo ahí, acurrucado contra mi, envuelto en mi abrazo. Consigo que las lágrimas paren, aunque otra vez vuelvo a sentirme muy cansada. Espero a que despierte.

Empieza a moverse un poco, y a gemir... parece tener una pesadilla.

¿Qué...? ¿Por qué? ¡Se supone que conmigo no tiene pesadillas! Le acaricio el pelo, con ternura, y le mezo entre mis brazos.

-Tranquilo, cariño, tranquilo.... no pasa nada, estás a salvo.

Parece calmarse un poco, y entonces se despierta y te mira, sonriendo.

- Buenas noches.

-Buenas noches.-le retiro un mechón de pelo, preocupada.-Cariño, ¿estabas teniendo una pesadilla?

Se estremece un poco. Asiente.

Le abrazo más fuerte, tratando de darle seguridad. ¿Por qué la ha tenido? Ayer no la tuvo, y ha dormido hoy conmigo, y me atrevería a decir que ayer se fue a la cama de buen humor. ¿Qué habrá hecho que tenga esa pesadilla?

- Estoy bien... - dice entre tus brazos.

Asiento.

-Mira, ¿por qué no te das una ducha? Eso siempre sienta bien.

- Vale - dice levantándose, un poco más animado. Te da un beso en la mejilla y va a ducharse.

Sonrio un poco cuando me da el beso en la mejilla. Es un cielo. Espero pacientemente a que salga. Me pregunto si hoy también será un día sin noticias de nadie... Me siento aislada en esta casa. Una vez más estoy metida en una jaula de oro. Y Elliot... ¿por qué ha tenido una pesadilla Elliot? ¿No será que alguien le está induciendo a ellas, verdad? Después de lo que he visto, no seria nada extraño. Suspiro con cansancio. Estas noches no están siendo nada buenas...

Tu teléfono suena al cabo de un rato.

- Buenas noches, Berenice...

Por un momento me quedo en silencio, temiendo no haberme despertado y que esto sea parte de un sueño.

-Buenas noches, señor.-Intento que no se escuche mi tono cansado, ni tampoco mi tristeza.

- ¿Cómo te encuentras?

-Pues...-¿qué hago? ¿Le miento? No puedo hacer eso...-Intentando seguir adelante como puedo... temo no estar en mi mejor momento. Aunque... me alegro de escucharle... ¿cómo está usted?

-... pensé que te gustaría saber que el juicio a Miller ya se ha celebrado.

... elude la pregunta... ¿es que solo me ha llamado para eso? Agradezco que lo haga, pero... ¿no le interesa, simplemente, hablar conmigo? Me muerdo el labio un momento. Encima ahora estoy con la guardia terriblemente baja. Malditas pesadillas.

-Así es. Pero no es lo único que me preocupa.-Me quito una lágrima traicionera.- ¿Y cuál ha sido el veredicto, señor?

- Están vivos. Los caitiff pasarán al mando de Pompignan, Miller pasará un tiempo ayudando en la cárcel de los Nosferatu.

¿Qué los caitiff...? Vic y los demás... dios mio, no sé si será mejor que estén muertos... Ahora sí que serán perros de verdad.

-Gracias por decírmelo, señor.