Intentando avanzar 21/01/10

-Obligas a tu sangre a moverse por el sistema circulatorio. No es díficil... se trata de concentrarte un poco y dejar que la sangre haga el resto. Dura un buen un rato, pero ten cuidado, gastas sangre haciendo esto, no mucha, pero gastas. Y para respirar, no es muy díficil. Es como cuando estabas vivo pero pensando en ello.-Le miro algo extrañada.-¿Qué pasa? ¿No te habían enseñado?

- Pues no... - se queda callado un rato - No me sale.

-Centrate en la sangre.-le pongo ambas manos en sus mejillas, para que sienta mi calidez.- Recuerda el movimiento de tu corazón. Sientela cálida, moviendose con libertad en tu cuerpo. Es tu sangre. Eres tú. Haz que haga tu voluntad. Deseas sentir calor, que el calor aflore a tu piel. Haz que cumpla tus deseos.

Vuelve a intentarlo, un buen rato.

- No me sale... - repite - ...no puedo...

Le miro preocupada. Es extraño, juraría que no me resultó tan difícil la primera vez que lo hice, y que mi padre me lo explicó más o menos así.

-¿Por qué no puedes?-¿tendrá algo que ver con lo que le hayan enseñado en el Sabbat?

-... no lo sé...- parece frustrado -debería poder ¿no?

-Deberías....-Me viene a la mente algo que me dijo mi padre y que no entendí muy bien en un principio..."los que son más humanos les cuesta menos parecerlo. No siempre las apariencias engañan". Debía referirse a la Bestia, ¿no? ¿Será que Elliot está más cerca de ella de lo que pensaba? ¿o acaso él mismo no quiere parecer más humano?-Enfocalo de otra manera. Imaginate que estás dirigiendo tu sangre a fortalecerte, pero en vez de eso, dirigela a tu piel.

Él frunce el ceño, pero lo intenta de nuevo. Parece muy concentrado. Al cabo de un rato te toca.

- ¿Estoy más caliente?

No estás segura, es posible que no le notes tan frío como suele estar, pero si es así es apenas perceptible.

-Un poquito. Quizá... ¿crees que es una tontería tratar de parecer humano?

- No... si tú piensas que no lo es... no debe de serlo...

-Ey... lo que importa no es lo que piense yo, sino lo que pienses tú.

- No sé bien... para qué sirve.

-Básicamente para camuflarnos entre los humanos. Es necesario que nunca se den cuenta de lo que somos.

- Pero nosotros no solemos ir con humanos, como mucho estamos con los ghouls, y ellos ya saben lo que somos.

-No, pero ahora vamos a ir fuera, de compras. Y allí sí hay gente. Por no mencionar si vas de caza, por calles muy concurridas, si entras en un bar, si vas a una exposición, si vas al cine... se me ocurren mil ejemplos. Y aunque no te lo parezca, hay gente muy suceptible. Quizá son sean muchos, pero son suficientes para plantar una semilla que a la larga nos perjudicaría. No pueden saber que existimos, Elliot.

- Lo intentaré de nuevo.

Esta vez, calienta algo más su piel, pero al parecer es incapaz de imitar la respiración.

Sonrio.
-Ahora sí estás más caliente. Pero para respirar tienes que hacer un movimiento de expansión aquí.-digo señalando su pecho.-Los pulmones se expanden y contraen cuando cogen aire y lo sueltan.

Lo intenta de nuevo, pero nada. Además, ha conseguido retener muy poco tiempo su calor.

Esto nos va a costar... y deberiamos salir ya. Las tiendas van a terminar cerrando.

-Vamos a hacer una cosa. Te pondremos una bufanda que te tape la boca, de manera que no se vea mucho tu palidez y que nadie se extrañe si no ve salir vaho por tu boca. Tenemos suerte de estar en invierno.

- Oh, vale. Parece buena idea.

-Bien. Pero prométeme que prácticaras todos los días hasta que te salga, ¿de acuerdo?

- Lo prometo - dice con vehemencia.

Sonrio.

-Bien. Ahora vamos o nos cerrarán las tiendas.-Bajo abajo y busco a un ghoul.

Un ghoul acude servicial a ti.

- ¿Sí, señora?

-Buenas noches, Armand. Voy a salir y necesito que me acompañen dos de vosotros... ¿a quién solía llevarse el señor Antón si requería cierta protección?