Buscando al allanador 2 (26/XII/2009)

Después de dejar a mis ghouls en la casa cojo el coche y me dirijo rápido, pero sin llamar demasiado la atención, a casa de mi otro ghoul para intentar coger a su hijo durante el camino y que me enseñe dónde reside el tal Raffi.

Llego en unos veinte minutos al duplex donde viven él y su familia. Un barrio de clase media-alta, sin demasiados comercios ni bares, una zona tranquila de París.

Aparco en un lugar desde el que poder ver si sale alguien y espero.

Cuando sube me giro hacia él y le miro directamente a los ojos mientras con voz grave, y muy lentamente, para que no se pierda la fingida importancia de mis palabras, le digo:

-Una cosa que quiero que quede clara. He hecho negocios con Raffi, pero no nos conocemos como amigos, yo no sé dónde vive, ni él sabe dónde vivo. Eso hace las cosas mucho más fáciles, yo no siento la necesidad de matarlo para ocupar su terreno ni él tampoco. Te toca guiarme.

Cojo un cigarro y lo enciendo, abro la ventanillas un poco para que el humo no se acumule. Quito el pié del freno y me dirijo hacia el final de este barrio residencial, para enfocar la dirección que él me vaya marcando.

Le doy al cierre automático y paro el coche. Lo cojo de la chaqueta, con presión, pero no haciendo demasiada fuerza.

-Podemos hacerlo por las malas o por las buenas. No, no sé dónde tengo que ir, sé que es por Les Tours, por los arrondisements 12, 13 o 20. Pero nada más. Tanto tu amigo como yo, tenemos intereses comunes que se han visto amenazados durante el día. Sí, he negociado con él. No, no ha sido en su casa. Sí, lo conozco. No, no solemos vernos, tratamos mediante intermediarios prescindibles, como tú. Mira, la solución sencilla es que de buen grado me indiques el camino una vez lleguemos al barrio; la difícil es que yo saco los colmillos, te doy un buen trago y me meto en tu cerebro, adquiriendo tus conocimientos, por lo que dejas de serme útil y tengo que matarte porque sabes demasiado sobre mí. ¿Cuál eliges?

Remato esta sarta de mentiras con una sonrisa depredadora y un leve crecimiento de mis colmillos. El chico no es tonto, y es bastante precavido, pero no creo que sepa las sutilezas de la dominación. Después de mirarlo fijamente unos diez segundos lo suelto y meto primera para salir.
Uso también mi sangre para incrementar mi fuerza sobrenaturalmente, por si se pone gallito.