Unos cuantos informes 26/XII/2009

Llego a la casa de mis ghouls y me dirijo hacia mi habitación. Gasto algo de sangre para ganar color y calor corporal y empiezo a respirar, a esta hora puede que los niños sigan por ahí. Subo hasta mi habitación lo más silenciosamente posible. Una vez allí y con la trampilla cerrada me pongo a leer los informes, buscando cualquier dato de utilidad y apuntándolo en una libreta.

Hummm... No es un trabajo difícil, pero tampoco es coser y cantar. Hay que distraer a los guardas sin matarlos. Hay que quemar el almacén para que no pueda guardar la mercancía en los demás. Entretener a los guardas es hasta sencillo. Puedo dejarlos inconscientes o hacer que huyan. Incluso si el chaval pudiese montar un pequeño alboroto podría hacer que se centraran en un lugar en vez de en mí mientras entro y lo preparo todo para quemarlo. Aún así necesito gasolina o algo inflamable, además de desconectar el suministro eléctrico de la zona para que no funcionen los aspersores ni la alarma, aunque saturando los parques de bomberos puedo ganar algo de tiempo. No sé abrir una cerradura, por lo que debería agenciarme un arma con silenciador (al menos en las películas funciona). Demasiados problemas.

Sigo leyendo intentando establecer un plan de acción.

No puede ser tan difícil. Siempre hay un hueco en todo plan de aislamiento, en cada medida de seguridad hay algo que no se contempla. Vuelvo a releer los papeles intentando de nuevo trazar un plan.

//Muchísimas gracias . No volverá a pasar//

Busco también la empresa de seguridad que la vigila. Puede que me sirva. Bien, una no es para nada un problema. Hacer que los guardias se vayan, entrar y pegarle fuego. Busco en internet información sobre el tal Lucco Díaz (su dirección me será útil, pero si sé algo más de él mejor; busco sobretodo cualquier noticia sensacionalista, si la hay). Lo del fuego tendrá que hacerlo el chaval, yo le tengo cierto pánico al fuego, pero eso es lo de menos.

Bien, un tipo respetable, dentro de lo que cabe. Le escribo a mi ghoul un mail al correo que usamos para mis encargos pidiéndole que investigue a fondo a Lucco Díaz (dentro de la legalidad): propiedades, estado civil, a qué se dedican todas y cada una de sus empresas y si alguna está en la bolsa. Y lo mismo con la empresa de seguridad: quién es el dueño, si tiene problemas por abuso de autoridad o violencia desmedida y para quién más trabaja (aparte de otras compañías igual de grandes. El plan ya lo tengo montado, me faltan los detalles.

Dejo las carpetas ocultas entre mis libros, aún no he terminado con ellas.

Cambio mi atuendo por uno más conservador, un pantalón de traje con un polo y chaqueta, además de unos zapatos. Me dirijo hacia el Elíseo.