La gran prueba (23/12/09)

...

-... Explicate.

-... ¿y por qué debería? ¿Te he pedido yo explicaciones sobre lo que hiciste en el pasado o qué pretendias aquí en París? Hablaste de hechos... y eso es lo que he dado.-Suspiro.- El muy idiota... se enamoró de mí. Le tendí una trampa. Así de simple.

Cht.

Frunzo el ceño.

-Un Sabbat no se enamora así como así...

Dejo la copa en un mueble a mi lado.

-Tal y como están las cosas, así lo veo yo... -digo, despacio-... Tenías información que nosotros no teniamos, y por lo tanto hemos estado haciendo el gilipollas todo este tiempo hasta que decidiste aparecer en el último momento con un Sabbat sacado de un cajón...

Unos segundos de silencio.

-... Pensando mal, podría pensar que esto es un juego de salón, y que sigues con el Sabbat, estando el verdadero Arnold en su refugio esperando un informe tuyo de nuestros actos...

Noto como la ira recorre hasta la última fibra de mi cuerpo. Mis colmillos se extienden.

-Tú... ¿cómo te atreves... cómo te atreves si quiera a insinuar que esto es un truco? He entregado...-la voz casi no me sale de la furia.- He entregado a Arnold... eso no te quepa la menor duda. Lo he entregado... por tí y por Antón... y de la manera más sucia y rastera que te puedas imaginar. Y lo he hecho por vosotros. No te atrevas a insinuar que tengo algo que ver con esos monstruos.

Extiendo los dientes a mi manera... no me va este jueguecito.

Las sombras del cuarto reaccionan a mi enfado, y empiezan a ondear, y el cuarto se empieza a oscurecer.

-Más te vale bajar la voz, o te trituro aquí mismo y te encierro de nuevo en las jaulas...

Pero me doy cuenta de algo... Se ha enojado demasiado por entregar a un sabbat que ni le va ni le viene.

-... Si no te enfadases tanto, me lo creería... Puede que Arnold te quisiera como dices...

Empiezo a acercarme a ella.

-¿Ese amor era correspondido?

Intento tranquilizarme... ha sido mala reacción, pero ha sido la vida de Arnold a cambio de la de este desagradecido. Y estoy harta de ser a la que puedan putear por todos lados y que pueden matar a la mínima... ¿no me amenaza incluso el que está en el punto de mira del principe?

-Y si fuera así, ¿qué?-Respondo con toda la suavidad que puedo.

-... Sabía que algo pasaba, pero no quise indagar más todavía... -me acerco todavía más. Tengo su cara a unos centímetros de la mia-... Tú sire muere, y pasa esto... Se llama Sindrome de Estocolmo. La víctima se enamora de su captor, y hace lo que él quiere.

La agarro por el cuello de la ropa.

-Aquél podría haber sido un pelele de carne, alterado físicamente por Petra y mentalmente por Arnold. Tenías una forma de contactar con él... Nos has estado espiando todo este tiempo, ¿no?

Mis ojos empiezan a enrojecerse.

-No... y te puedo asegurar que si Petra tiene que escoger entre tú cabeza y la mía, escogerá la mía sin dudas. A estas alturas ya se imaginará por qué Arnold no vuelve. ¿Sabes por qué me soltó? Sabía que yo no quería ser como él... no quería ser parte del Sabbat, y si permanecía demasiado en ese sitio acabaría muy mal. ¿Recuerdas cuando recogí las cosas del hotel? Me devolvió el móvil y me dejó su número. Sólo llamaba para asegurarse de que estaba bien. No las tenía todas consigo... nunca se fió de la Camarilla, obviamente. No fue difícil tenderle una trampa haciéndole pensar que estaba en peligro.-Digo, y hay asco por lo que tuve que hacer.- Piensa lo que quieras... pero estaba preparada para tener que matarlo con mis manos si hacía falta, no para tenderle una jugarreta así. Además, una vez más, me hubiera resultado infinitamente más sencillo dar media vuelta y huir. ¿Qué pasa, es que hasta que no sacrifique mi vida por tí, no vas a estar satisfecho? Ahora mismo podría estar en San Francisco tan tranquila, pero no. Me quise quedar a hacer lo correcto... aunque eso supusiera traicionar mis sentimientos. Maldigo que me tuviera que enamorar justamente de él porque esta era la única salida que había para los dos... que uno de nosotros matara al otro. Simplemente quería hacerlo de manera justa, porque él en ningún momento me pidió información sobre vosotros, no se aprovechó de lo que yo sentía por él.

... La miro bien... no parece estar mintiendo. La presa se ha roto, y ha soltado todo lo que retenía... Normalmente aquí no se miente.

Solo es una víctima de las circunstancias...

-... Deberías habernoslo dicho. Podría matarte ahora mismo... pero no soy quien para juzgar lo que elije el corazón de la gente.

La suelto.

-Supongo que no tardaremos en saber la verdad... Si esos dos son los cabecillas, y de verdad Arnold está muerto, Petra será la nueva ductus de la manada Sabbat... y las masacres se triplicarán en la calle.

-Dadas las circunstancias, ¿crees que podría haberte dicho la verdad tan alegremente? Y sí, Petra será la nueva ductus. Así que habrá que detenerla y te aseguro que con ella no tendré reparos. Quiero oirla gritar todo lo que hizo gritar a mi padre.-Digo con el ceño fruncido.

-No lo entiendes, maldita sea -digo, apretando los dientes y mirando a un lado-... Si nos lo hubieses dicho desde el principio habríamos acabado con toda la célula Sabbat... Ahora puede que ella sea la jefa, inexperta y arrogante ante el poder. Sus chiquillos cabezapalas como el que tenemos encerrado abajo se extenderán como un cancer en un enfermo de sida. Ahora la mascarada corre más peligro que nunca.

-Si te lo hubiera dicho desde el principio, sólo habriamos podido capturar a Arnold antes. Siempre mantuvo a Petra lo más alejada que podía de mí, por no hablar del resto. Además, si él hubiera hecho lo propio, vosotros hubierais muerto mucho antes. ¿No te resultó extraño que el Sabbat perdiera oportunidades tan buenas como la del hotel? Incluso indirectamente, me estaba protegiendo. No se trata simplemente del hecho de haberlo entregado: iba a morir de todas formas. Se trata de como lo he hecho.

-Podríamos haberlos tenido a todos. La obligación del ductus es dirigir la manada. Si lo hubiesemos sabido, podríamos haber tendido una trampa a todos...

Bueno, qué mas dará ahora.

-Volvemos a estar con las manos vacías. Ahora no sé donde buscar. Y mientras, ellos se fortalecerán.

-¿No se supone que van a sacar información a Arnold?-digo, un poco incómoda.

-¿Y qué te hace pensar que se la sacarán? ¿O que luego nos la darán a nosotros? Ellos tienen sus propios perros de presa...

Suspiro.

-Creo que nuestro trabajo en cierto modo ha terminado.

-Ni de coña. Petra irá directa a por mí en cuanto tenga oportunidad. Y un Príncipe que no llama a los Sabbats por su nombre... no sé yo...-entonces caigo.- ¿Por qué narices querrá conocerme mejor el principe...?-Esto lo digo más para mí.

Cada loco con su tema.

-No lo sé... a lo mejor le gustas -digo, con incomodidad-... En cualquier caso, con lo de los Sabbats no podemos hacer nada sin saber nada más.

Cuando dice lo de "le gustas" siento como me recorre un escalofrio. Pero no puede ser. Más bien parecía que el interés venía de antes, de algo que le dijo mi padre u otra cosa...

-Tienes razón. Sólo queda prepararse para lo que pueda suceder.

... Maldita sea... Cojo la copa, bebo hasta terminarla y vuelvo a hablar.

-... Mira... me caes bien en cierto modo, pero esto es demasiado grande y muchas vidas inocentes dependen de ello como para estar ocultando cosas. Si vuelves a ocultar algo así te mataré... -digo, sin rudeza, pero con seriedad.

-Me hace gracia que precisamente tú me amenaces por ocultar cosas. ¿O acaso pusiste un cartel el primer día que llegaste donde dijera claramente que eras un Lasombra? Tú también tenías algo que ocultar por temor. Y hay un problema. Si fuera solo por mi, tal vez lo hubiera dicho. Pero había otra persona. Además, ¿quieres dejar de amenazar con matarme? Me quedó muy claro lo que podías hacer cuando me apuntaste con la ametralladora. Y si de verdad te caigo algo bien, deja de decir que en cuanto me equivoque me matarás, sobre todo despues de jugarmela para salvarte el culo ante el príncipe.

-Ten cuidado, Berenice -entrecierro los ojos-... No hables de mi procedencia a la ligera. Tú no eres el enemigo público, y tienes muchas menos espadas de damocles sobre tu cabeza que yo.

Aparto mi mirada de ella...

-Si no he entrado a golpes en tu cuarto es porque me salvaste la vida. Soy muy consciente de que te debo una... pero para un hombre que vive en tensión constante, el límite de su paciencia es muy corto.

Dicho esto, abro la puerta, salgo y cierro tras de mi. En cuanto cierro, las sombras vuelven a su origen.

¿Por qué coño las chicas guapas siempre me dan quebraderos de cabeza?... Pregunta estúpida, todos me lo dan, tarde o temprano. Intento que este barco no se hunda, pero cada vez que cierro una fuga, se abren tres más.

A saber que estará pensando ahora Triage de mí... o lo que dirá Emile cuando sepa que no podremos irnos en una temporada.

Necesito unos segundos sin pensar nada... mejor voy a la ducha... Hay una expresión en ingles que explica muy bien mi situación actual.

"This is a bullshit"

Estoy prácticamente media hora bajo el chorro del agua... No pienso absolutamente en nada... ojala tuviese más momentos como este.

Cuando salgo me acuerdo de Triage... Lo cierto es que es el único Nosferatu que habló en mi favor, y no me gusta que se entere así...

*Esto es lo que soy, no lo puedo cambiar*

Despues de secarme, me ato la toalla a la cintura y salgo del baño, cojo el teléfono y mando un mensaje.

"Ojala no te hubieses enterado así, Triage... "

Emile entra poco después, sonriendo, radiante.

- Hola, cielo - te besa.

... Este es otro problema... ya no nos podremos ir. Acepto su beso de buen grado correspondiendo, y la rodeo por la cintura con mis brazos.

-... Buenas noches Emile -digo, con el cariño de siempre... pero tristemente.

- Alegra esa cara... me has tenido muy preocupada...

Sonrio un poco... y hablo mientras le recojo parte del pelo tras la oreja.

-¿Cómo te fue el día?