Una decisión... o ejecución (29/12/09)

- No te preocupes, traeré a uno de mis acogidos.

-Ah... bueno, pues mejor -digo, encogiéndome de hombros-... seguramente será como enseñar a un mono a conducir un coche.

Tengo que aceptarlo. O me tomo las cosas con humor o reviento.

-Aun queda noche... y no sé que hacer.

- Bueno, si quieres puedes salir, cazar... en nuestro territorio, claro. Siempre bebes de mi bodega, pero a veces apetece sangre tibia.

-... La verdad es que sí... No me vendria mal salir un poco.

Recuerdo bien los territorios marcados en el mapa de Antón.

-¿Recomiendas algún sitio?

- Sal a la aventura - dice con sonrisa traviesa, apretando tu hombro antes de soltarlo - Y ten cuidado. ¿Vale?

Por ridículo que parezca, tiene razón. No tiene sentido vivir la inmortalidad dominado por el miedo.

No tiene sentido vivir dominado por el miedo, directamente.

-Está bien... -digo sonriendo-... Tendré cuidado.

Empiezo a caminar, y voy al salón de nuevo. Allí deben estar mis cosas.

Cuando se fueron, dediqué el tiempo a reflexionar. Las cosas habían cambiado, y mucho. Tenía a una loca junto a su familia persiguiéndome, y parecía que iba a permanecer en París más de lo que pensaba. Fuera como fuera, tenía que ponerme a trabajar de nuevo... tanto en mi trabajo habitual, como en otras cosas. La verdad es que he estado cuestionandome sobre mi... "arte", por decirlo así... y me gustaría probar algo nuevo, sin dejar lo viejo. Lo quiera o no, es mi fuente de ingresos. Al ver entrar a Curtis, me doy cuenta de que la última vez que lo vi fue ayer, aparte de la breve entrada de antes...

-¿Qué tal la noche, señor Miller?

Vaya, está ahi todavía.

-Bien, Berenice, bien -digo, entrando en el salón, y viendo mis cosas. Después de pensarlo un poco, sólo cojo el cuchillo y lo guardo tras mi cuello, dejando la pistola y las estacas.

-De momento las cosas están mejorando un poco -por una vez me siento tranquilo diciendo esto-... Mientras todo se calma, tenemos que ser cautos y procurar no hacer nada peligroso.

Por suerte he conseguido salvarles la vida.

-Creame, es lo último que quiero hacer.-Digo con un suspiro.-De momento me gustaría poder trabajar un poco...

-... No es lo que pretendo hacer.

Me ajusto un poco la chaqueta.

-No hay trabajo que hacer, salvo preparar otro concierto, y demostrar que soy... digno de ser Camarilla. Ya que de momento no hay nada preparado, voy a salir.

La verdad es que lo necesito.

-O nos tomamos un respiro o acabaremos olvidando por qué luchamos, Berenice... Necesito organizar las ideas, relajarme, y para variar un poco de sangre caliente. Tal vez lo necesites tú tambien.

Sonrío.

-No me refería a esa clase de trabajo... Le comenté que tenía un trabajo en San Francisco, ¿recuerda? Y si, tal vez lo necesite. En cuanto a ese concierto... le agradecería mucho si me invitara, en el Eliseo no he oido más que elogios.

Sonrio también, pero con algo de tristeza.

-... Emile es una fuera de serie.

Entonces miro a Berenice.

-No cobramos entrada a vástagos que yo sepa.

-No me refería a eso... si dan un concierto y no me entero, no tendré el placer de asistir.

No sé porque tengo la sensación de estar hablando en idiomas distintos...

-Entiendo... Bueno, eres libre de ir si quieres.

Sonrio recordando.

-Antón quedó hipnotizado la primera vez que la escuchó tocar.

Suspiro.

-Saldré a dar una vuelta. ¿Tú que harás?

-No estoy segura... además, tengo que pedirle permiso al señor Antón.-Me froto un poco la frente, pensativa.-Igualmente... tengo mucho en lo que pensar, y parece que tengo la cabeza un poco más serena...

La miro, en silencio unos segundos.

-Pronto tendrás a Lucia contigo... se paciente.

Empiezo a caminar. Es hora de salir.

-Visita a Basile, no vaya a ser que se quede sólo ahi abajo.

No sé yo si será buena idea...

-No es solo Lucía lo que me preocupa...-aunque sea la primera en mi lista de prioridades.-.. qué tenga buena noche, señor Miller.

Me detengo en el umbral de la puerta del salón.

-Igualmente -y sigo mi camino.

Salgo de la casa, y empiezo a caminar calle abajo.

//abro nuevo hilo

¿Debería salir un rato...? No sé, además, incluso si pido permiso puede que sea estirar la suerte demasiado... y quiero ponerme a trabajar. Subo a mi habitación, y tras ponerme un poco más cómoda, enciendo el portátil. En él tenía puesto el esquema de la historia sobre la que iba a dibujar. Empiezo con bocetos, bosquejos... la caracterización de los personajes no me cuesta nada, a fin de cuentas, estan basados en gente que conocí... gente ánonima cuya historia no la conocerá nadie... salvo por lo que yo cuente. Tengo que admitir... que una parte de mi deseaba, y desea, que todo lo que pasamos la gente que vivía allí no quede en el olvido. A fin de cuentas, hay tanta gente que vive sus vidas tan comodamente, ignorando lo que ahí más allá de su agradable casa y familia... y no me refiero a los que habitamos la noche. Por supuesto, nunca se me ocurriría mencionar nada de vampiros en mis historias... lo que me hacía falta, tener problemas por eso... Además, la realidad es lo suficientemente cruda.