Una decisión... o ejecución (29/12/09)

-... Por muy Brujahs que sean... puede que haya una posibilidad de hacer las paces con ellos.

Ni yo creo lo que digo.

-... Se mostró muy comprensivo cuando estuvo a punto de matarme...

Dios...

-... Entiendo...

Nunca creí que Basile podría ser de esa clase de vampiro.

- Lo sé... fuí un hijo de puta... pero mató a mi Sire...

Eso es nuevo también.

-¿Tu sire? -pregunto sorprendido-... ¿Que paso para eso?

- Mi sire era el antiguo lider. Y yo era su único chiquillo. Él le mató para hacerse con el liderazgo

... Así que su sire era el antiguo lider... el que condenó al chiquillo de Antón...

Si Antón lo sabe... no imagino cuanto lo puede detestar.

-... No me imagino a alguien como él matando por poder... pero puede que no sea como aparenta.

- Mi sire era un cabrón... pero se necesita perspectiva para darse cuenta.

- Sí, bueno, una de tantas cosas que hizo, pero yo estaba vinculado y no... no era consciente.

-... No te estoy juzgando, Basile... y aunque no lo haya experimentado, sé lo que hace un vínculo de sangre.

Recuerdo aquella vez, en los sótanos de Jehovah, cuando tuve que darle a Basile mi sangre para que sobreviviera... Espero que no le afecte.

-No hace falta que hablemos de esto si no quieres.

- Supongo que ya da igual.

Siempre da igual... lo que está hecho no se puede deshacer.

Apoyo la cabeza en los barrotes, y guardo silencio. No se me ocurre de qué hablar. Tal vez no haya que decir nada.

Al cabo de una hora, el ghoul de antes se acerca.

- Señor, el amo requiere su presencia en el salón

-... Ya veo...

Me levanto, del suelo, dejando que sea el ghoul quien abra la puerta. Dejo la botella en la jaula, seguramente tendré que volver pronto.

Sigo al ghoul hasta Antón.

Antón sigue en la ventana, pero cuando llegas, se sienta en su sillón.

- Siéntate, por favor - parece más calmado que ayer.

Me siento. No digo una palabra todavía... Puede que no haya conseguido nada, puede que me haya hundido más o tal vez que no los mate... ya no lo se.

Miro al fuego.

- Me cuesta seguir los tiempos de hoy en día, las filosofías, es cansado... - dice frotándose los ojos - ¿Cuáles deberían ser, en tu opinión, vuestros merecidos castigos?

- Ese error te fue perdonado, no te estoy castigando por eso. Por otro lado, un atenuante no implica la anulación de un castigo, sólo su mitigación.

-... Yo no soy nadie para decir cómo tienen que ser los castigos en tu casa. Yo sólo te dije lo que pasaría si mueren -y luego miro al fuego-... ¿Y qué importa que me perdonen los demás si no puedo perdonarme yo?

Suspiro.

-Yo no los castigaría... porque bastante tiene una con no tener sirey ser torturada, y el otro con ser el objetivo de los anarkas.

- Eso se lo ganaron sólos, son errores que ya tienen que pagar. No puedo seguir consintiendo la desobediencia en esta casa, o no viviremos ninguno de los dos demasiado.

Lo sabía... no puede ver más allá de nosotros dos... todo lo demás le importa una mierda.

-Entonces es cosa tuya. Yo no puedo decidir.

- ¿Desistirías de tus intenciones si les castigase sin matarles?

No giro mi cabeza hacia él, sólo le miro de reojo. Tardo en responder.

-Si cuando acabes tienen los miembros y organos en sus respectivos cuerpos, sí.