Un pequeño respiro (29/12/09)

Por una vez siento que no tengo que preocuparme por nadie, pues todo lo que quiero está ahora en manos de Antón, y sé que él lo protegerá.

Busco algún sitio interesante, que me llame la atención, para pasar el rato y despreocuparme.

Hay un bar cercano donde parece haber buen ambiente.

Lo observo un poco... sí, tiene buena pinta. Pasar el rato ahi puede que no sea mala idea.

Después de darme un poco de color, me aproximo y entro, y examino el interior con curiosidad.

Humanos relacionándose entre ellos, jóvenes buscando pareja, no tan jóvenes ahogando penas, amigas que simplemente han ido a pasar el rato...

Es un buen lugar, sin duda. Lo bueno de los humanos es lo ajenos que están a criaturas como nosotros. Viven su vida con relativa seguridad y bienestar, y en un lugar como este, disfrutan de la compañía de otros como ellos. Me siento tranquilo.

Me pregunto si yo también podría haber vivido así si hubiese tenido una vida normal.

Camino un poco por el interior, viendo los detalles, observando de pasada el estado de la gente. No voy a ir directamente a beber de los incautos. Sólo quiero pasar un poco el rato, observar el ambiente y disfrutar de la música.

Sonrio un poco cuando paso cerca de alguna de las chicas, y continuo andando. Después, me siento en una de las mesas libres, y me relajo. No parece mal lugar.

- Hola - saluda una joven - ¿Vienes sólo?

Miro a la muchacha. Interesante, la verdad, parece una muchacha directa.

-... Sí, por desgracia -acabo diciendo, sonriendo un poco-... Es un lugar interesante.

- Algo deprimente, si vienes solo ¿no? ¿Te has dejado a la novia en algún sitio?

Vaya vaya. La chica no se corta.

Sonrio. No me tomo a mal su actitud.

-Bueno, no es tan deprimente si se mira bien. La música no esta mal, el ambiente es bueno, una mujer atractiva está hablando conmigo -digo, mirándola. Me cae bien. Entonces le pregunto con un matiz de curiosidad-... ¿Qué te hace pensar que tengo novia?

- Vaya... sería un desperdicio si no... - sonríe, quizás algo avergonzada, pero no por ello se corta.

Pongo media sonrisa.

-Gracias -le respondo, agradecido por el piropo-... Soy Curtis

La observo... sí, tal vez ella podría ayudarme.

-Sientate si quieres, no es necesario que estés de pie.

- Gracias - se sienta a tu lado - Yo soy Helena

-Encantado -respondo, sonriendo. Esta mujer es interesante-. Dime, ¿qué te trae por aquí?

- Para ser sincera: aburrimiento, supongo.... No salgo mucho. ¿Y tú?

-Algo parecido...

Suspiro.

-Demasiado trabajo y monotonía, necesitaba un respiro... y ahora me alegro de habermelo permitido -respondo, mirándola.

- ¿A qué te dedicas?

-Cazatalentos -respondo, con naturalidad. De hecho, así podría decirse a lo que hace Antón-... Artistas, músicos, pintores... Me ocupo de encontrarlos.

- No vas a cazarme con un truco tan viejo ¿sabes? - sonríe.

Rio un poco. Bien mirado, tenía razón. Tal vez seguir el consejo de Antón no sea lo mejor en este momento.

-Bueno, es cosa tuya si me crees o no, no he venido aquí por trabajo -digo, sonriendo-... ¿Y tú? ¿a qué te dedicas?

- Un poco de todo... lo que salga - se encoge de hombros.

Un poco de todo... Bueno, tampoco me lo iba a contar todo.

-Me gusta el misterio -acabo añadiendo-. Y ya que hablabas antes de parejas, me resulta también raro que alguien como tú no tenga. Podrías tener a quien quisieras.

Sonrio.

- Eso no fue lo que me dijo Brad Pitt el otro día - responde, como pensativa.

-Entonces "Brad Pitt" es imbecil -digo, mirándola-... Además de casado.

Rio un poco, pero guardo las apariencias.

-¿Has venido con alguien?

- Pues no, no tenía con quien venir... amigos aparte.

Medito su respuesta... Tal vez pueda darle un buen momento antes de irme.

-¿Puedo invitarte a una copa?